lunes, 16 de abril de 2012

De enchufes y escopetas

enchufe Hace aproximadamente cuarenta años un enchufe provocó un incendio en el piso donde vivían mis abuelos. Salieron de allí todos sin daño alguno de milagro, pero se perdieron fotos, recuerdos y se dañó la vivienda. Aún hoy aparecen de vez en cuando algunas fotos medio quemadas. Desde ese momento creo que casi todos en la familia le cogimos un poco de cosa a la electricidad, incluso los que no habíamos nacido, y le tenemos bastante respeto al tema de los incendios. Historias de ese tipo creo que las hay en todas partes: familias a las que les dan miedo los barcos porque el tío Fernando se ahogó cuando era pequeño, los aviones porque los vecinos se mataron en un accidente, o los coches porque salieron vivos de milagro pero el susto no se lo quita nadie. Menos los Borbones.

Ahora se sabe más porque parece que se va perdiendo el miedo a hablar de la Casa Real, pero aún muchos españoles ignoran que cuando el Rey tenía 18 años (vamos, ya era mayorcito) “jugando” se le disparó accidentalmente una pistola y murió su hermano menor Alfonso. Dicen que el Rey quedó traumatizado, pero parece que no demasiado vista su afición a liarse a tiros por ahí cargándose preciosos animales que no hace falta ser miembro de Greenpeace para admirar.

Tampoco la familia parece muy afectada por el accidente, porque ahí, por lo que sabemos, se van de caza muy jovencitos y se pasan los cartuchos de padre a hijo con una facilidad pasmosa. Tengo que reconocer que la caza no está entre mis aficiones, pero que como todos los críos de pequeño tenía una atracción natural hacia las armas de fuego. De hecho recuerdo haber pegado un par de tiros con mi padre y no creo que tuviera los 13 años de Froilán sino que probablemente sería más pequeño. No voy a entrar en lo de si Maricharlar tiene que ser juzgado (si violó la ley, claro que sí, pero tiene guasa que mientras tanto su concuñado Urdangarín esté por la calle tan pancho), pero en cualquier caso es llamativo que un crío de 13 años ande con armas de fuego, y se lo dice quien lo ha hecho. La ley dice 14 años, que tampoco son muchos.

Cacería Rey Juan Carlos El Rey ha perdido más popularidad con lo de irse a matar elefantes a 37.000 euros la pieza que con lo de Urdangarín, y no es que esto último le hiciera un gran favor, obviamente. Que nuestro monarca esquíe nos parece bien a todos, y probablemente lo hagan gastando el mismo dinero o más que cargándose elefantes, pero como que nos parece un poco diferente. La cuestión ya no es sólo el despilfarro, que también, o que salga de cacería mientras este país está debatiendo dónde recortar la sanidad y la educación haciendo el menor daño posible. Es la falta de sensibilidad de un Rey que disfruta matando animales tan impresionantes como un elefante o un guepardo.

felino

Ya no se trata sólo de ecología, que probablemente también, o de economía, que seguro que sí. Esos 37.000 euros eran míos y de ustedes y yo personalmente los preferiría gastar en otra cosa. La cuestión es qué clase de imagen pretende dar una persona que disfruta encañonando y disparando a bichos que el resto de los mortales para por ver en un zoo o en un circo. Sólo le falta ponerse a apalear focas en el polo y remata la jugada. Le recuerdo que usted presuntamente representa a todos los españoles, y no sé cuántos seríamos capaces de hacer esa barbaridad.

Llevan una temporadita fina. Mira que ponían verde a los duques de Lugo por la separación y esos temas, y al final van a ser los que menos dan que hablar. Ahora es cuando los republicanos van a aprovechar para meter la  cuña contra la institución de la monarquía, lo cual, perdonen que les diga, es una imbecilidad.

No me parece una imbecilidad criticar la institución de la monarquía, su papel, su oportunidad o lo que quieran, es un debate perfectamente lícito y debería estar sobre la mesa igual que muchos otros como el de las autonomías, que Esperanza Aguirre intentó abrir pero que se apresuraron todos los partidos a meter debajo de una alfombra. Aún estoy pensando si no le habrán roto la cadera al Rey para cambiar de tema.

Lo que me parece una idiotez es criticar la institución por el buen o mal papel que haga su inquilino. Es como si en Santiago se plantean derogar el Ayuntamiento porque Conde Roa se vea obligado a dimitir por el lío que tiene con Hacienda, o como si en Andalucía disuelven la Junta por los EREs fraudulentos, o como si nos cargamos las diputaciones porque suelen ser un nido de chorizos. Una cosa es que una persona meta la pata, o sea un delincuente, y otra que haya que liquidar a la institución en sí.

Esto es, teóricamente, una democracia, así que se puede plantear cualquier cosa. Lo malo es cuando nos las planteamos porque en el ¡Hola! Letizia sale con el “déjame terminar” o el Rey se cae disparando a un pobre elefante. Esa no es la cuestión, no es el fondo del asunto (saludos a Ángel), es una mera anécdota. Claro que en este país de pandereta se tira más del detalle que del conjunto, así que no me extrañaría que además de 37.000 euros (que hemos pagado nosotros) ese elefante le costara a los borbones una corona. A saber.

1 comentario:

  1. El amigo del pueblo16 de abril de 2012, 9:08

    Lamentablemente, en este país sigue teniendo vigencia lo de don Antonio:"España de charanga y pandereta" a pesar de esa capa de barniz de modernidad que no resiste la más mínima inclemencia.Confundimos e interesa confundir modernidad con el aspecto exterior, cuando tiene que ver más con la división de poderes, por ejemplo.La monarquía parece más propia de algo tan moderno como la edad media, que quizás sea la época en la que se vive en España, o de los ingleses pero estos tuvieron la perspicacia de cortarle la cabeza a uno.

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