martes, 15 de enero de 2013

Chiringuitos

A ver lo que tarda en salir en titulares un nuevo escándalo, porque en esta ciudad cada vez que uno levanta una tapa de alcantarilla no sé qué pasa que aparecen cadáveres por todas partes, y aquí ya se van viendo cosas que huelen a rancio. Les hablo de la sala de control del tráfico de Lugo y del mantenimiento de los semáforos, ese tipo de contratos en los que casi nadie se fija mucho (principalmente porque la mayor parte de la gente no sabe de qué va eso). 

De la sala de control del tráfico ya les había hablado en otra ocasión, sólo que ahora me llama poderosamente la atención que tenemos al gobierno socialista defendiendo la privatización porque sale “más barato” y se gestiona “mejor” y a la oposición del PP clamando por el mantenimiento en manos públicas del chiringuito. El mundo al revés, obviamente. 

Desde un punto de vista liberal les diré que tengo mis serias dudas de que se pueda privatizar todo. Sí, sí, no se me alarmen. Ser liberal no es ser anarquista, yo no defiendo la desaparición del Estado sino la minimización de la actividad administrativa allí donde no es necesaria, dejando florecer la iniciativa privada que es la que tira de la economía y, en definitiva, del país. 

En este caso he de decir que yo tampoco privatizaría la sala de tráfico, pero no porque crea que todo ha de estar en manos del Estado, sino porque los tres únicos sectores que considero que han de ser públicos son la administración pura y dura, la justicia y la vigilancia, esto es, la policía y los demás cuerpos de seguridad. 

Tener la red de cámaras que hay en las calles de Lugo (probablemente muchas más de las que ustedes se imaginan) en manos de una empresa no acaba de gustarme demasiado. Teóricamente el uso de esas cámaras es para evitar atascos, y hacer que cuando hay una calle con más densidad de tráfico se abran más tiempo los semáforos para solucionar el problema. No veo yo que funcione demasiado el tema, pero imagino que es más complejo de lo que parece. Les decía que ese es el uso teórico, pero nos conocemos. 

La situación actual es aún más ridícula. Desde el año 2008 no hay contrato para la empresa que está llevando el chiringuito, con lo que están en una situación como mínimo irregular. Vale que puedan pasar unos meses en caso de imprevisión por no haber un nuevo contrato, o porque surjan “imponderables” como que otra empresa recurra el concurso… pero oiga, que va la cosa para cinco años… 

Quédense con este nombre: Telvent. Es la empresa concesionaria. Habrá que estar al quite para ver si tiene otros contratos con el Ayuntamiento de forma irregular, tal y como tiene esos dos de la sala de tráfico y el mantenimiento de semáforos. Quién sabe si nos encontraremos con otro Vendex. Parece que abundan y sólo hay que fijarse en quién sale en la foto de la inauguración.

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