viernes, 28 de marzo de 2014

La presunción de inocencia no es un cheque en blanco

Cuando uno escribe o dice algo normalmente piensa que tiene razón, si no no lo escribiría o no lo diría, ¿no creen? Esto viene a que incluso cuando incurrimos en una aparente contradicción, cuando no la vemos y consideramos que lo que se defiende es de sentido común, puede que en la exposición te olvides de justificar por qué dices algo.

Llevo dos días hablando de las consecuencias que la famosa grabación de Orozco ofreciendo chanchullar plazas a una persona en el mismísimo despacho de alcaldía, saltándose todo principio de mérito y capacidad para proponer que si no hay oposición se le dice a la empresa que meta a dedo a su “apadrinado”. Durante todo ese tiempo no se me ocurrió que alguien saldría a defender a Orozco diciendo que no está ni siquiera imputado por esa grabación y que, por tanto, según el principio de presunción de inocencia debería cerrar la boca y no pedir su dimisión.

Veamos, tengo que reconocer que he tenido que pararme a pensar esto con calma, porque si algo me preocupa es la incoherencia: la ajena me mosquea y la propia me repele. Sin embargo no creo que sea el caso.

Verán, en ningún momento he afirmado que sea delito que Orozco ofrezca o incluso amañe plazas de una empresa contratada por el Ayuntamiento para enchufar a un señor. En mi modesta opinión podría ser considerado tráfico de influencias, pero como entiendo que el propio Alcalde no recibe contraprestación tangible es muy complejo condenarlo por eso… judicialmente. Es llamativo que no sea delito un comportamiento que obviamente va contra los intereses públicos, pero las leyes ya saben que son como las salchichas: mejor no saber cómo se hacen.

Pero es que no he pedido la condena judicial de Orozco sino su dimisión. Es decir, que lo que considero un acto políticamente inasumible, el enchufismo descarado y el uso del ayuntamiento como el cortijo propio donde se contrata de mozo de cuadras al hijo del jornalero fiel, ha de tener una consecuencia política que es la salida de la cabeza de la administración municipal a quien han “pillao con el carrito del helao”.
Orozco no ha dicho que la grabación sea falsa, de hecho no ha dicho nada porque no ha dado la cara sino que ha enviado a Luis Álvarez a partírsela por él y a decir la tontería de la “bonhomía”, que pasará a los anales del caradurismo por poderes. Con esa declaración asumen la autenticidad de la grabación y, por tanto, le dan presunción de veracidad a la situación de hecho que nos han presentado.

Si en medio de la Plaza de España el Alcalde acuchillara a su cuñado creo que no esperaríamos a la condena para pedir su dimisión. Esto no va contra la presunción de inocencia, principalmente porque son hechos no probados judicialmente pero sí reconocidos y probados fehacientemente. Obviamente no es lo mismo que una imputación en la que un señor afirma que te ha dado un sobre con dinero, que es a lo que se enfrentaba Orozco hasta ahora. Cambia bastante.

Por lo tanto, y saben que soy un fiel paladín de la presunción de inocencia tanto de quien me simpatiza como de quien no, cuando hay un hecho asumido, reconocido, indiscutible… sólo queda una salida: la de la dimisión. Iba a añadir “honrosa”, pero no sería el caso.

jueves, 27 de marzo de 2014

Este muerto (político) está muy vivo

Que en el asunto del Pokemon el PP, en su conjunto, tiene que bajar las orejas es una obviedad. Las pruebas que están saliendo sobre la actuación de ediles de este partido en Santiago son como para no alzar la voz demasiado a nivel autonómico o nacional sobre aquello de la presunción de culpabilidad que, como ya hemos hablado muchas veces, se ha instaurado descaradamente en nuestro incultísimo e iletrado país.

Sin embargo, es llamativo que sea el BNG, precisamente el BNG, el que levanta la voz airado y diga que no justifica una moción de censura en Lugo por lo que ocurre en Santiago.

Me llama la atención que sea el Bloque porque se entiende que es el partido que asegura defender las diferencias, el caso concreto, la identidad propia y todas esas cosas que ha elevado a los altares de un fanatismo que fácilmente se confunde con una religión. Decir que “todo el PP es igual” es lo mismo que decir que “toda España es igual”, “toda Europa es igual” o “todos los rubios son iguales”, es decir, una sandez.

Justificar un doble discurso en que se dice que el Alcalde de Lugo tiene que dimitir, que no se puede seguir así, que Orozco “non pode seguir sendo alcalde”… pero por otro lado que no votará una moción de censura porque “el PP es igual de corrupto” es una voltereta con tirabuzón de compleja culminación.

El BNG está acorralado entre su discurso tremendista y la realidad, tozuda realidad, que cada día pone a Orozco más contra las cuerdas. La grabación que se hizo pública hace que los que aún defendíamos su presunción de inocencia, incluso su posible honradez, dudemos más aún y, desde luego, consideremos injustificable que este señor siga un solo día más al frente de un ayuntamiento que se ha convertido, según se desprende de las propias palabras del Alcalde, en su oficina de empleo particular.

De las declaraciones sobre la “bonhombría” de Orozco ya ni hablo, que acabo de desayunar y las carcajadas me pueden dar un disgusto digestivo. Decir que quien habla de colocar a dedo, no a quien tiene más necesidad sino a quien tiene el mejor enchufe, es una cuestión de bondad es desafiar ya no sólo la inteligencia, sino la paciencia de los lucenses.

Y así están las cosas: un Orozco que por primera vez en 15 años parece estar acabado (creo que nunca he sido tan contundente porque nunca lo había visto así), un PP atado de pies y manos por la ajena situación de Santiago, y un BNG absurdo que condena al alcalde pero no mueve un dedo para que se vaya. Esta situación es de guion de cine en plan "este muerto está muy vivo" porque todos dan por cadáver político al Alcalde pero ahí sigue, aunque no tan pancho.

La política de bajo nivel en el ojo del huracán. Y el lucense medio pasmado viendo cómo nunca pasa nada y el más tonto hace relojes.

NOTA de última hora: Nunca edito los artículos, pero he de añadir que me sorprende que el BNG también se atreva a decir que no van a cambiar a "un corrupto por otro", lo que les puede generar demandas por difamación de quien no ha sido siquiera acusado, inculpado, encausado, procesado o imputado por ninguna causa, es decir Jaime Castiñeira, de cuya honradez nadie ha dudado.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Orozco es sólo la punta del iceberg


A este paso va a resultar que Luis Álvarez decía la verdad y el señor Alcalde recibe en su despacho a todo cuanto parado quiera verle para chanchullar una plaza en alguna empresa por ahí de las que dependen del ayuntamiento. Sólo se pide como requisito un buen enchufe.

Camino al Juzgado - Foto de archivo de El Mundo
En Lugo esto no es nuevo, bueno, ni en Galicia, ni en España, pero en la ciudad de las murallas parece que el “e tí de quén ves sendo” es “conditio sine qua non” te puedes arrimar el ascua a tu sardina, siempre que el ascua sea una administración pública.

Sin entrar al trapo de la grabación de la entrevista con Orozco, del que por cierto poco se debía fiar el muchacho que iba a pedir trabajo para grabar todo el asunto, me gustaría hacer una reflexión sobre el caciquismo que parece que no acabamos de sacudirnos de encima.

En esta ciudad siempre que se toca ese tema nos vienen con figuras que llevan unos lustros fuera de la escena política (en concreto Cacharro, no me digan que no pensaban en él), pero parece que no hay que irse tan lejos en el tiempo para ver que los usos y costumbres no son patrimonio de una persona ni un partido, sino que es algo muy nuestro como ciudad. Y es una pena.

Verán, en Lugo siempre enfocamos todo con el dudoso cristal del “ellos” y el “nosotros”. Me incluyo en el lote porque a pesar de que intento con todas mis fuerzas evitarlo en ocasiones me he decepcionado a mí mismo con primeras reacciones de ese tipo, aunque siempre que me doy cuenta intento corregirlas.

Pero es un tema social, una cuestión que deberíamos abordar en Lugo como colectivo, como ciudad, porque ya lo diagnosticó acertadamente el ex fiscal jefe de Lugo, el señor García Calderón, denominándolo “el mal de la Muralla”. Esa especie de psicosis colectiva por considerar favores lo que son derechos, por llamar a “un buen amigo que tengo yo ahí para que te mire eso” cuando con un simple recurso que podría escribir hasta el más zote te tienen que quitar una multa que no es correcta… o para no pagar los 100 euros que te han cascado por aparcar en el medio y medio de una acera.

Porque esa es otra. Las normas no van para el lucense medio. Aquí somos todos muy importantes y parece que sólo tienen que cumplir los demás, los que “no conocen a nadie” en una ciudad donde nos conocemos todos. Esa es la cuestión precisamente.

No protestamos cuando se aprueban normas abusivas porque entendemos que podremos “sobrevolarlas” gracias a ser amigo de un amigo del que pone la multa o del que la tramita, que malo será que no pueda quitártela, y cuando viene alguien a recordarnos que todos somos iguales ante la ley lo miramos como si estuviera loco y no supiera dónde se mueve. Lo malo es cuando ese alguien es una jueza, o dos juezas, que han demostrado un escrupuloso conocimiento de la ciudad y tener un buen par de cojones, con perdón de la expresión y de la incorrección anatómica.

No todas las cadenas de favores son buenas...
Orozco no es más que la punta del iceberg de una ciudad podrida, corrupta y acostumbrada a considerar el poder como una fuente de ingresos y no como un servicio público. Una ciudad a la que adoro con toda mi alma y que por eso me atrevo a criticar, como haces con un amigo muy querido o con un familiar que crees que se ha equivocado: a la cara y con cariño.

En Lugo las alternativas políticas “ciudadanas” son refritos de ediciones anteriores, que marcaron en su día el camino del chanchulleo y que ahora pretenden dar lecciones de moral, con sentencias por delitos de falsedad en su haber y pruebas de fraude contra la hacienda pública. Esa es la “savia nueva” que se nos vende, en una ciudad donde ser “don Fulano” te permite arañar unos miles de votos, por increíble que parezca.

Este es el Lugo que no me gusta, el que entiende que para conseguir un trabajo es mejor aprobar una empresa mixta de gestión del agua en que no se preocupan de la gestión del agua, sino de cuántos colegas puedo enchufar, con carné preferiblemente o con influencia para echarme una mano cuando las cosas pinten bastos.

¿Y el que me gusta? El de esa masa cada vez menos asustada que se enfrenta al poder día a día, llevando al juzgado las injusticias sin el más mínimo interés en ser "califa en lugar del califa" como hacen otros que se rasgan las vestiduras pero sólo quieren ser parte del negocio. Parece que cada vez más gente entiende que hay formas "civiles" de luchar contra el poder sin armar un cristo y que una cosa es montar una manifa para cascar a la policía, lo que todos condenamos, y otra muy diferente rebelarse contra el chiringuito que tienen montado unos cuantos a costa de todos. Y no me entiendan mal, que no hablo de “los políticos”, sino de los caciques, que no es lo mismo: Ni son todos los que están ni están todos los que son.

¿El primer paso? Cuando le toque hacer una gestión no pregunte por un amigo, pregunte por los pasos del procedimiento. Dormirá mejor y no le deberá un favor a nadie.

martes, 25 de marzo de 2014

Vida medieval en Lugo

Para que luego digan que el Ayuntamiento de Lugo no es majo y colaborador. Los vecinos y comerciantes de Fontiñas (avenida antes conocida como Carrero Blanco, expresión que me recuerda mucho a Prince) organizaron este fin de semana una feria medieval con muchos puestos y esas cosas. Me acerqué por allí y había, además de los típicos de peluches y demás productos anacrónicos, una serie de artesanos muy buenos que hacían productos interesantes, cosa cada vez menos frecuente en este asqueroso mundo globalizado.

Feria medieval de Fontiñas: Foto de La Voz de Galicia
Pues a lo que iba, organizan una feria medieval y en vista del interés de la zona por la época nuestros bienamados próceres tuvieron la brillante idea de cortarles el agua, para que se sientan bien aclimatados temporalmente. No sé si han llegado al extremo de montar hogueras en la zona para quemar a las brujas y herejes, que no habría leña que les llegara hoy día, pero lo del agua es un buen comienzo.

Hay zonas en Lugo que cada pocas semanas están temblando cada vez que abren el grifo, porque puede salir agua o no salir, cosa que en el siglo XXI y en occidente es algo a lo que estamos poco habituados. Recuerdo como algo lejano lo de llenar la bañera de agua por si hacía falta, y andar con cazos lavándose por parroquias cuando había cortes en el suministro, normalmente debidos a obras en la calle. En Fontiñas o Montero Ríos no hacen falta obras, ya les cortan alegremente cuando las tuberías, al parecer del año de la tana, se rinden y revientan.

Lo más curioso del asunto es que el Ayuntamiento sigue insistiendo en la maravillosa gestión del ciclo del agua. Con una depuradora que nos cuesta un ojo de la cara a pesar de que se nos dijo que nos iba a ahorrar dinero, una red que se ha renovado en zonas pero que sigue siendo antigua y con unas pérdidas de caudal tremebundas, y un proyecto de empresa mixta que es una barbaridad pero que quieren sacar adelante con sospechosa insistencia (luego vendrán las juezas a aclarar los motivos), no entiendo cómo se atreven a presumir del tema del agua en esta ciudad.

Les reconozco un mérito, que es realmente importante y lo digo sin ironía: ahora puedes abrir el grifo y beber el agua sin vomitar, que bastante es. Esa medalla se la cuelgo porque es cierta, pero cuidado, porque ese no es el único objetivo a cumplir. El establecimiento de una red de distribución fiable y estable es importante, porque si el agua no llega a casa no vale ni para beber ni para ducharse ni para nada.

Lo dicho, como en la edad media, pero sin juglares.

lunes, 24 de marzo de 2014

Fallecer en el telediario

Además de vivir bien es importante morir bien. Desde luego, por muy trascendental que uno sea, eso de que vayan retransmitiendo tu fallecimiento en directo durante dos días a mí se me antoja de una grosería de difícil justificación.

No conozco los detalles, pero como “usuario”, como ciudadano de a pie que se comió las 48 horas de agonía del expresidente Adolfo Suárez, me resulto violentísimo y hasta un poco ridículo eso de dar una rueda de prensa en plan avisar “oiga, que se muere”.

Entendería que se comunicara a las autoridades para que vayan preparándose para el funeral con honores de Estado que corresponde a Suárez, a los amigos para que se preparen… incluso sería entendible una nota de prensa al trascender la noticia pidiendo que se respete el recogimiento y la intimidad de la familia, pero dar una rueda de prensa para anunciar, no el fallecimiento, sino la agonía de don Adolfo, me parece de un gusto dudoso, cuando encima se añade un “rogamos no molesten”. Pues hombre, no des ruedas de prensa y es más fácil que te dejen tranquilo, ¿no creen?

Ahora vendrán las loas y alabanzas que se le negaron en su día y los halagos de personas que, como por ejemplo Felipe González, le hicieron la presidencia imposible hasta tal punto que tuvo que dimitir. Ya saben, la política y sus veleidades.

Escucharemos frases tan tremendas como “toda España se acuerda del hombre que no se acuerda de nada”, juegos de palabras de periodistas que parecen más interesados en demostrar su ingenio que en transmitir una sensibilidad de la que parecen carecer.

Toca la parte del circo mediático, a ver quién consigue la foto del Suárez entubado, de la familia apesadumbrada, del entierro y del Rey llorando si puede ser. Todo lo contrario de quien se retiró con elegancia a un relativo anonimato que algunos quieren justificar en su enfermedad pero que Suárez eligió mucho antes de sospecharse que su mente sería destruida.

La verdad, me tienen bastante harto con estas cosas.

viernes, 21 de marzo de 2014

Musealizando, que es gerundio

“Musealizar” es un verbo que en Lugo al menos conocemos desde hace relativamente poco tiempo. Se trata, como ustedes sabrán, de poner un cristalito a los restos para que estén expuestos, ya sea en plena calle como en locales públicos o privados.

En la ciudad tenemos varios ejemplos: las ventanas arqueológicas de la plaza de Santa María (la de la piscina romana, que francamente tengo mis dudas sobre la pervivencia de la misma expuesta al sol durante años y más años, pero los expertos sabrán lo que hacen…), la Rúanova (esa es la que está junto a la Muralla, en la que se ven unas piedras de, por lo visto, gran interés), y la calle Doctor Castro (alias “las dulcerías”). También hay una especie de ventana arqueológica en esa misma calle en el local que ocupa la zapatería Shoes Piel, aunque francamente no sé muy bien qué se enseña ahí (en la ventana, no en Shoes Piel).

Ahora nos cuentan que habrá una nueva “musealización” de una cámara funeraria que está donde la antigua cárcel. Será para compensar el enterrar otra vez las tumbas aparecidas, aquellas que no tenían una estética lo bastante impactante como para merecer una triste foto según nuestros dirigentes locales.

Pero insisto en que es un verbo reciente. De hecho hay otro que ya era conocido antaño pero al que se hacía poco caso: “conservar”. Los aparcamientos subterráneos construidos en la época de Vicente Quiroga se llevaron por delante una importantísima parte de la necrópolis que había en la que hoy es la plaza de la Constitución. Podría parecer que la única huella que dejaron aquellos restos fueron las raquíticas plazas de aparcamiento de los subterráneos, que tienen aproximadamente el mismo tamaño que los nichos romanos que destruyeron para mayor gloria del progreso y de la civilización. 

Es un equilibrio difícil, el de mantener los restos y avanzar urbanísticamente, pero no puedo menos que ponerme verde de envidia cuando voy a otras ciudades y veo las maravillas que han hecho para poder salvar los restos de su pasado, porque eso no se puede recuperar nunca por mucho dinero que se invierta.

jueves, 20 de marzo de 2014

La ecuación de San Fernando

Que dice don Luis Álvarez, a la sazón concejal de urbanismo y medio ambiente del Ayuntamiento de Lugo, que la administración municipal “en breve” iniciará los trabajos de limpieza del Cuartel de San Fernando. Aprovecha la rueda de prensa, como es habitual en él, para soltar sus puyitas y sus coñas contra la Xunta y la oposición, por aquello de intentar coronarse como el Alfonso Guerra municipal.

Lo que parece que no asume el señor Álvarez es que el deterioro de San Fernando, por lo tanto, se puede achacar a la desidia y dejadez del Ayuntamiento de Lugo, ya que el hecho de hacer actuaciones sobre el cuartel demuestra, por si alguien aún lo dudaba, que la titularidad es municipal y que, por lo tanto, la responsabilidad de que se esté cayendo en pedazos es del propietario, que viene siendo el propio Ayuntamiento.

Es curioso porque vemos que aproximadamente una vez al año repiten esta rueda de prensa (el año pasado ya hablamos de esto en otro artículo) pero siguen echando la culpa de todo a otros cuando es obvio que quien es titular es responsable, como la lógica y la legislación indican.

Es interesante ver la doble vara de medir que se utiliza cuando la responsabilidad es ajena o propia. Miren el circo de tres pistas que montó Orozco cuando se hablaba de las hierbas de la Muralla (bueno, cuando se hablaba de las hierbas de la Muralla desde que gobierna Feijoo, que en el bipartito estaba calladito ante una situación idéntica) cuando era un tema que, si bien todos compartimos que de estético tenía poco, tampoco suponía un peligro.

San Fernando, sin embargo, sí supone un peligro real. Ya han caído trozos de cornisa o de partes de las ventanas a la calle sin que en todos esos meses nadie se haya molestado en hacer una consolidación, y cuando digo “nadie” me refiero a su propietario, que es el Ayuntamiento de Lugo.

Justificar esta dejadez en la falta de compromiso de la Xunta con la cultura de Lugo, cuando se están gastando creo que son 18 millones de euros en hacer un auditorio del copón en la ciudad es, como mínimo, llamativo.

El cuartel de San Fernando habría sido una sede estupenda para el MIHL, que costó 10 millones de euros largos, pasta con la que llegaba de sobra para reparar el cuartel y alojar allí el museo sin necesidad de ponerse a escarbar en el parque de la Milagrosa para construir un nuevo edificio (como si no nos sobraran espacios públicos vacíos en Lugo) que encima tiene bombas para achicar agua y las tendrá eternamente. Ah, y por cierto, edificado donde Cristo perdió el gorro lo que, turísticamente, es de una torpeza inigualable y así se están viendo negros para que vaya alguien a ver el museo de vez en cuando.

Pues lo dicho. Ya lo habíamos analizado y me alegro de que me den la razón: San Fernando es del Ayuntamiento de Lugo. Y el propietario es quien se encarga del mantenimiento. Y el edificio está que se cae en pedazos. Les dejo a ustedes solitos resolver la ecuación.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Difícil tema el de la inmigración

 Estamos tan absorbidos por las pelis americanas que tenemos la absurda idea de que las leyes de aquel país son de aplicación directa en España. Pues no. Por ejemplo, ahora que está encima de la mesa el tema de la inmigración ilegal, vemos que mujeres embarazadas arriesgan sus vidas y las de sus hijos para dar a luz en este país pensando que de esa forma el niño es automáticamente español. Se equivocan.

Eso de que “mi hijo ha nacido aquí y por tanto es estadounidense” puede valer allí, no conozco su legislación pero es lo que se deduce de la pantalla, pero en España no es tan sencillo. Un español es español nazca donde nazca (eso suena al chiste de “los de Bilbao nacemos donde nos sale de las narices”… bueno, el chiste no decía narices…), y por la contra el nacer en territorio patrio no te convierte en nacional por ese simple hecho.

Nuestras leyes dicen que se considerará español a cualquier persona nacida de padre o madre españoles. Es lo que se llama el “ius sanguinis” o la línea de sangre para el reconocimiento de la nacionalidad. El nacer en España sólo da la nacionalidad si los padres son apátridas o las leyes de sus países de origen no reconocen la nacionalidad del hijo. En ningún otro caso.

Esto puede parecer muy restrictivo pero por la contra tenemos que la generosidad de nuestra legislación a la hora de dar la nacionalidad española convertirá, por pura estadística y a la larga, a todo el planeta o a una inmensa mayoría en españoles. Esto es en serio.

Verán, vamos a poner el caso de un emigrante que se marchó a vivir a Buenos Aires en 1.936 (un ejemplo bastante frecuente por desgracia) y que no volvió a pisar España nunca más. Esta persona tuvo hijos en Argentina que, a su vez, tuvieron descendencia. Pues todos son o pueden ser españoles. Digo “pueden ser” porque tienen que tramitarlo en la embajada, pero si demuestran la línea sucesoria “heredan” la nacionalidad. No hay límite para esto, puede ser desde hace dos generaciones o veinte, eso es irrelevante aunque obviamente cuantas más pasen más difícil es remontarse en los archivos… al menos en los antiguos.

Ahora apliquen la lógica: al no haber límites con que tengas un antepasado remoto español, siempre que puedas demostrar la línea familiar puedes “nacionalizarlos” a todos hasta llegar a ti. Esto hace que tarde o temprano toda la humanidad, o una buena parte, pueda ser española porque en un mundo global como el de hoy no es difícil que haya antepasados de distintos países.

Es el absurdo de nuestras normas en ese sentido. Puedes nacer aquí y no ser español y puedes ser español sin haber visto esta tierra en tu vida, ni tus padres, ni tus abuelos, ni tus bisabuelos…

El tema de la nacionalidad es complejo. Se unen dos criterios: el de utilidad, en que cada país intenta “atraer” a población que “le interesa”, y el de humanidad, que hace muy difícil aceptar que se pongan fronteras a los demás, a los que “no interesan”.

Von Braun cuando era "malo". Luego se hizo "bueno"
El primero fue utilizado con gran fortuna (para ellos) por los estadounidenses en la II Guerra Mundial. Antes, durante y después de la guerra se facilitó la fuga de cerebros alemanes a Estados Unidos, incluyendo a conocidos nazis a los que se “perdonó” su condición de tales a cambio de trabajar para los norteamericanos. Einstein fue uno de los primeros en irse a Estados Unidos escapando de la esvástica (era judío y puso pies en polvorosa con gran criterio), y Von Braun de los últimos cuando vio que la guerra estaba perdida a pesar de sus esfuerzos en cohetería, que casi destruyen Londres pero que luego llevaron a los americanos al espacio.

En España estamos preocupados por la frontera sur. Ceuta y Melilla son coladeras de inmigración ilegal de gente que por desgracia no puede vivir ni malamente en su tierra y se ven obligados a intentar saltar la valla jugándose el tipo. Vienen a buscar un futuro mejor como el que los españoles buscaron en su día en Alemania o América. Les cerramos las puertas, o lo intentamos, mientras nacionalizamos españoles a miles de personas que ni siquiera quieren vivir aquí, sino simplemente lograr objetivos espurios, aunque hay de todo, claro está.

No estoy juzgando cómo gestionar las fronteras de Ceuta y Melilla, no hablo de eso. Entiendo que abrir las puertas alegremente obviamente no es una opción, pero aunque entienda que no todo el mundo puede venirse de cualquier manera me cuesta mucho asumir esa doble moral. A veces da la impresión de que sólo es por el tono de la piel, y me cuesta tragar ese sapo.

martes, 18 de marzo de 2014

Ahora le toca a las placas

En la historia de la política moderna hay dos corrientes principales, que en el fondo no son la conservadora y la progresista, sino la liberal y la intervencionista. Uno puede combinar todo esto como le venga en gana, aunque lo normal es que cuanto más extremo es el pensamiento de una persona más se vaya al intervencionismo, a la regulación, a poner los presuntos intereses comunes por encima de las libertades individuales.

En este Lugo nuestro vemos que se sigue la moda de la sobrerregulación y la intervención de lo público sobre todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas. Si los Parlamentos, tanto autonómicos como nacionales, han entrado en la espiral de legislar hasta el aire que respiramos los ayuntamientos no van a ser menos.

La última noticia sobre este asunto es que en Lugo se pretenden regular las placas profesionales que se ponen en los edificios, esas que rezan “abogado en el 2º derecha” o “médico en el entresuelo B”. Obviamente no sólo se trata de regular, sino de cobrar una tasa. Pero no se lo pierdan que lo más grande del tema es que, por lo visto, la tasa hay que pagarla cada tres años, con lo que se convierte en una fuente de ingresos, que es de lo que realmente estamos hablando.

Por supuesto esta medida también afectará a las placas ya existentes. La obsesión de Orozco por controlar todo se lleva por delante un principio jurídico tan fundamental como es el de la irretroactividad de las normas y la seguridad jurídica. Supongo que es donde se nota que ciertas personas no han tenido ni un negocio ni una actividad profesional en su vida. Eso sí, defienden mucho otras bases del derecho como la presunción de inocencia, pero parece que es por su propio interés.

Uno de los más grandes problemas a la hora de montar un negocio es la burocracia. Pues esto es un ladrillo más en el muro de la irresponsabilidad administrativa. ¿De verdad creen ustedes que es razonable que todos los despachos y entes que tienen placas en las puertas estén pendientes de renovar cada tres años la renovación del cartelito? ¿Les parece lógico?

Se regularon los modelos de sillas para las terrazas, aprobando una normativa (que, por cierto, no se cumple) en que se obligaba a instalar un modelo de silla concreto que sólo fabricaba un señor de Sanxenxo. Se regularon los toldos para que todos fueran del mismo color. Se regulan las fachadas para eliminar la madera (esto es lo que más me cuesta tragar). Se regulan los carteles para eliminar la inmensa mayoría. Se regula ahora para ver las placas de las puertas… Se ahogan la creatividad, la libertad, y los usos y costumbres de toda la vida, porque hasta donde yo sé nadie se ha quejado jamás de las placas de las puertas de los despachos.

A lo mejor a ustedes no les afecta personalmente, pero recuerden lo que escribió un pastor luterano, Martin Niemöller, sobre lo que pasaba con los nazis:
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté, porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.

lunes, 17 de marzo de 2014

Dejar que los niños se acerquen a la calle

El viernes por la tarde en la plaza de España hubo una demostración de juegos populares organizada por la Asociación Trebas Galaicas. Pasé por allí para ver cómo era el montaje y he de decir que no pude menos que admirar la sencillez y la efectividad de la organización.

Uno de los juegos consistía en que cuatro o cinco niños competían por meter piñas en un cesto. Había cinco piñas alineadas y tenían que cogerlas de una en una. Más sencillo imposible pero no se imaginan las caras de felicidad y lo bien que lo pasaban los críos.

Me pareció detectar en las caras de los niños, pero sobre todo de los padres y del público, la sorpresa de lo bien que se lo estaban pasando sin ordenador, consola, móvil, o cualquier cachivache con pantallita y botones, virtuales o de los otros.

Uno se para a pensar en esas cosas y ve que nuestra generación, la de que estamos acercándonos a los 40 (es una cosa aproximada, habrá gente de 30 que también), me da la triste impresión de que es la última que jugó en la calle. Además del clásico fútbol estaban la rayuela, el escondite – versión patria o británica, llamada “escondite inglés” -, “sangre”, brilé y cuarenta cosas más con las que nos tirábamos todo el día en la calle sin mayor riesgo que volver a casa con un raspón en las rodillas. El equipamiento, lejos de lo de hoy en que si no tienes la Playstation 4 no eres nadie a los 9 años, era tan sencillo como una tiza o, para los mejor suministrados, un balón. Y tampoco es que fuéramos los niños de la guerra, pero creo que, como decía antes, sí fuimos los últimos en señorear la calle, y sin móvil para que nos localizaran al segundo.

Los niños que el viernes disfrutaban del buen tiempo en la calle, haciendo lo imposible por no ganar nada sino simplemente por ser el primero en recoger unas puñeteras piñas, tenían una alegría que dudo muchísimo que les pueda dar un juego en que tienen que matar marcianos o liarse a espadazos con el prójimo. Desde luego su cara de satisfacción distaba bastante del tontaina boquiabierto en que nos convertimos todos cuando le damos a la tecla.

Y lo peor de todo es que tengo la impresión de que cuando uno se habitúa a esos mundos virtuales es más difícil aceptar la realidad de las cosas, como que te acostumbras a ese universo paralelo que es la informática e Internet y confundes los bytes con los amigos. Hasta tengo la constancia de que hay quien altera su personalidad y tiene una especie de troll interior que sólo sale a relucir en dos momentos: cuando conduce y cuando discute en Facebook.

Pues piénsenlo: si a los adultos que hemos conocido este mundo más tarde ya nos cuesta diferenciar, imaginen un crío que se pasa el día pegado a las pantallas. ¿No creen que le resultará más complejo saber qué es real y qué no? Además, dudo que sea sano para la formación como persona si no se guarda el debido equilibrio. Lógicamente tampoco defiendo que la tecnología se reserve a personas desde los 15 años, pero un niño que no se ha raspado las rodillas no ha tenido infancia, y con la consola el único riesgo es que te dé una descarga o que tengas uno de esos dolores posturales por sujetar mal el mando. Será más seguro, pero no sé yo hasta qué punto recomendable.

Quizás la tecnología sea una maravilla de la Humanidad, no se lo discuto porque soy habitual usuario, pero también creo que ha llegado el momento de tomar aire, respirar hondo y plantearse si no nos estaremos pasando unos cuantos pueblos, empezando por los niños. No se trata de que dejemos que recuperen la calle, se trata de que los animemos.

viernes, 14 de marzo de 2014

Matar a un niño como recurso publicitario

Como cuando lean esto ya será viernes, les voy a poner un enlace a un vídeo que me ha parecido divertido aunque ha traído mucha cola. Casi les invitaría a que lo vieran antes de seguir leyendo y luego le damos una vuelta.


¿Ya lo han visto? La verdad que lo de Internet tiene sus ventajas para estas cosas, en plan contenidos multimedia… Pues hala, vamos a comentarlo.

El vídeo ha sido premiado en Berlín a pesar de que la marca de promociona, Mercedes-Benz, ha insistido en que no tienen nada que ver con el comercial. Personalmente me da la impresión de que encargaron el spot pero les pareció demasiado bestia para ponerlo y respaldarlo con el nombre de la casa alemana.

La broma macabra se basa en el sistema de auto-frenado, que detecta “los peligros” antes de que aparezcan y por eso frena ante las niñas que están jugando pero acelera cuando el crío que se le pone delante es Hitler de pequeño.

La Historia-Ficción es curiosa pero sólo a meros efectos de entretenimiento. Decir que sin Hitler no habría tenido lugar la II Guerra Mundial es como mínimo osado, porque aunque sí es cierto que una persona puede tener muchísima influencia en el curso de la Historia con mayúsculas, también es verdad que no se puede determinar que no hubiera tal acto sin esa persona.

¿Si Karl Marx no hubiera escrito “El Capital” no habría habido Revolución Rusa? ¿Si Luis XVI no hubiera destituido a Necker la Revolución Francesa no habría comenzado? Es peligroso hacer ese tipo de afirmaciones, aunque evidentemente sin una mente genocida como la de Hitler al frente de Alemania las cosas habrían sido muy diferentes, pero no sabemos hacia dónde habría evolucionado la Historia.

Lo que más me ha gustado del anuncio es la capacidad de los berlineses de tomarse a cachondeo no sólo a un monstruo que es el paradigma del mal a nivel planetario sino el asesinato de un niño a manos de una máquina. Pocos tabús más fuertes que ese se pueden violar para ser transgresor, pero miren hasta qué punto les importa un cuerno que no sólo lo han hecho sino que lo han premiado.

¿Tendremos nosotros es madurez algún día? Aunque lo que no sé es por qué Mercedes ha renegado del anuncio... da qué pensar...

jueves, 13 de marzo de 2014

Reincidentes

Nos cuenta El Progreso que en Lugo un empresario del Ceao tuvo la habilidad de localizar en dos días a los autores del robo de maquinaria de su nave y los huevos de ir a hablar con ellos para comprarla haciéndose pasar por un particular interesado. Tras pactar un precio con el presunto ladrón, con la excusa de ir a por dinero y una furgoneta lo que hizo fue avisar a la Policía, que detuvo al supuesto chorizo… que ya está en la calle, con cargos, pero en la calle. La Fiscalía ni se molestó en aparecer por el juzgado para proponer medidas alternativas.

Según el periódico “fuentes conocedoras” dicen que el bueno del hombre corrió un gran peligro por ir a la finca donde estaban las piezas sin protección alguna, y probablemente tengan razón.

Aquí lo preocupante es que un señor cualquiera haya resuelto su robo antes que la Policía, que haya localizado a los ladrones antes que la Policía, que encontrara sus máquinas antes que la Policía y que pueda demostrar la culpabilidad del “presunto” antes que la Policía. Sherlock Holmes hacía las cosas así, sólo que de aquella (ya sé que es una novela, pero me refiero a la época) lo de la reincidencia se observaba con menos simpatía.

Por lo visto la finca donde estaban los artículos robados es la “sede” de una familia de “conocidos de la Policía”. Entiendo que no se refieren a que se vayan de cañas juntos, aunque vaya usted a saber.
 
Que conste que no culpo a los policías, sino al sistema, a las normas, a las leyes y al estúpido buenismo de este país que ve con buenos ojos (o eso parece) que salga antes de Comisaría el chorizo que el ciudadano que pone la denuncia, y encima este último con el temor de que pueda haber represalias.

Las leyes no son duras. Ni a nivel alto, en que robas 200 millones de euros y, con muy mala suerte, como máximo te caen 2 o 3 años de sentencia real y sin devolver más que una parte de la pasta, ni a nivel bajo donde los habituales “conocidos” de las autoridades entran y salen como Pedro por su casa.

Los estadounidenses tienen una serie de leyes llamadas de los “tres strikes” o las “tres oportunidades”, que vienen a decir que la acumulación de delitos agrava la sentencia. Esto sucede cuando uno tiene en su historial un delito “mayor”, entre los que están los allanamientos de morada, delitos sexuales, secuestros, homicidios… y también cualquier delito que se cometa con un arma (aunque no se lesione a alguien), explosivos o que cause heridos. El tercero de estos “strikes” puede suponer pasar de 25 años a cadena perpetua sea cual sea el delito cometido a continuación, incluso aunque no sea de gravedad.

Esto implica que una persona que cometa un error pagará su pena como los demás, pero que si empieza a acumular condenas la cosa no sea tan sencilla, o incluso que si comete varios delitos a partir de ese momento tenga que llevar una vida ejemplar. Podríamos entrar a discutir si tres “strikes” son muchos o pocos. Quizás habría que baremar según la gravedad del delito (por serio que sea no es lo mismo un robo con navaja que un asesinato), pero como teoría no parece descabellada exigir más a quien peor se ha portado.

Pero en España no hacemos esas cosas. En España un empresario encuentra en 48 horas su maquinaria en un conocido lugar de venta de objetos robados y la Policía está atada de pies y manos para intervenir. Somos un país garantista, lo cual me parece bien, pero una cosa es la presunción de inocencia y otra que desde que se demuestra la culpabilidad las cosas se solucionen con unas palmaditas en la espalda y un “hay que ser bueno”.

La reincidencia no es un agravante, es una filosofía de vida. No me comparen al pobre hombre que roba porque se muere de hambre con las pandillas mafiosas que viven de eso y se jactan de ello. Ni es lo mismo ni debería serlo. El nuevo código penal ha endurecido este asunto, pero veremos la efectividad que tiene.

miércoles, 12 de marzo de 2014

¿Dónde estabas tú el 11-M?

Ayer se cumplieron 10 años desde el 11-M. Si les soy sincero ni lo había pensado hasta que lo vi en la prensa. Hay cosas que tenemos tan interiorizadas que quizás te acuerdas un 8 de noviembre y se te pasa el día “que es”.

El 11-M es de esos momentos que todos recordamos enmarcado en el “dónde estaba cuando me enteré” o “qué estaba haciendo”. Yo lo recuerdo con una gran congoja porque me coincidió fatal todo y estuve más de una hora preocupado por mi familia.

Lo que son las casualidades. Yo jamás escucho la radio por la mañana. Creo que lo habré hecho dos o tres veces en mi vida. Aún vivía en la calle Castelao y no sé por qué ese día me desperté antes de lo habitual y me dio por poner música para ducharme. Se me fue el dedo y en vez del CD puse la radio (ya les dije que era todo un cúmulo de coincidencias) y justo estaban dando la noticia: un atentado en Madrid en un tren de cercanías ha provocado varios muertos. Aún no se sabía más que eso con la confusión que caracteriza este tipo de noticias en que el número de víctimas va subiendo poco a poco hasta llegar al tremendo resultado final.

Coincidía que esos días mi hermana, que vive en El Escorial, bajaba a Madrid en el cercanías, no recuerdo exactamente por qué, si tenía el coche estropeado o por lo que lo hacía. Sé que cogía todos los días un tren para bajar al trabajo. Obviamente lo primero que hice fue llamarla por teléfono. No me cogió.

Insistí no sé cuántas veces y durante casi una hora no conseguí hablar con ella. Supongo que hace 10 años era más fácil que hubiera problemas en las líneas porque la mitad de mis intentos acababan con aquella cantinela de “por sobrecarga en la red…”.

Cuando por fin conseguí hablar con ella casi me echo a llorar. No todo el mundo tuvo esa suerte, porque 192 familias perdieron un miembro en los atentados. 192, que es una barbaridad.

Madrid es enorme, pero al final ves que por una cosa o por otra muchas personas que tienes en esa gran ciudad se vieron afectados: el compañero de trabajo de un amigo que murió en uno de los trenes, la mujer de otro… La teoría de los seis grados de separación, esa que dice que entre dos personas cualquiera de la Tierra sólo hay 6 personas en medio, se ve reducida a tres o menos grados cuando estamos en la misma zona.

España no está libre de terrorismo, aunque ya vamos olvidando despacio pero inexorablemente esa terrible época en que nos desayunábamos con un atentado contra una casa-cuartel de la Guardia Civil, una bomba en un hipermercado o un asesinato en plena calle. Sin embargo seguimos en alerta por terrorismo islamista.

Ninguna religión debería rendir pleitesía a un Dios que exige matar. Ninguna tesis política tendría que implicar poner bombas. Nada justificó esos atentados, ni los del 11-M ni los demás. Cualquier otra valoración es, en mi opinión, inválida en sí misma.

martes, 11 de marzo de 2014

Cuando la historia "visualmente no resulta llamativa"

Informa La Voz de Galicia de que el Ayuntamiento tapará más de 10 tumbas romanas encontradas en las obras de la antigua cárcel. Por lo visto, según informaron desde la administración local, “visualmente no resultan llamativas”. Vamos que no han dicho que no tenga importancia histórica o que no sea relevante, sino que no queda bien en las fotos.

Venus de Willendorf
Menos mal que quienes toman esas decisiones no se encargan de la conservación de los castros, que son visualmente corrientitos, o de la Muralla, que visualmente es un montón de piedras. Casi cualquier resto arqueológico de la época prehistórica, desde luego, es una vulgaridad en lo que a imagen se refiere, así que se sobreentiende que si en Lugo apareciera la Venus de Willendorf acabaría en un vertedero o tapada con sacos de arena para que futuras generaciones la redescubran.

Contrasta este escaso interés con el desmedido presupuesto gastado en que veamos una piedra que está en la Ruanova, casi pegada a la propia Muralla. Será porque en el dichoso pedrusco hay grabadas unas letras y claro, eso mola más. Se llevan gastados miles y miles de euros en obras de “musealización”, que fueron una chapuza tras otra ya que aquello parecía una selva, y ahora además del coste de las actuaciones hay que pagar la factura de la luz, ya que han puesto un molesto ventilador que además de hacer ruido supuestamente evita la proliferación de plantas (aunque verdín hay para dar y tomar).

Hacha de Sílex, visualmente "sosa"
Por lo que dice el periódico parece que las tumbas aparecieron a la entrada de la cárcel, en el edificio donde estaba la recepción de la Policía Local. Me gustaría saber qué suelo van a poner en esa zona que mejore el impacto visual de unas cristaleras orientadas a un pasado de casi 2.000 años.

En otras ciudades ves que exponen cosas que francamente al visitante medio le parecen piedras con formas en el mejor de los casos. Lo que pasa es que luego les ponen unas etiquetas donde te explican lo que estás viendo y ahí sí le ves la gracia, por ejemplo, a un hacha de sílex que el gobierno del señor Orozco probablemente confundiría con una piedra de forma graciosa. De ahí la importancia de que los arqueólogos hagan su trabajo.

Lugo se ha gastado más de 10 millones de euros en un Museo Interactivo de Historia, que alberga una serie de “obras de arte” que al público en general, entre el que me incluyo, le suelen poner la piel de gallina. No por feas, que también, sino porque cuando te dicen los precios te asustas. Pero eso sí tiene la ventaja de ser “visualmente llamativas”. Es lo que importa, que la foto quede mona.

Ahora se entiende que en algunos sitios usaran las piedras de los dólmenes para cerrar fincas. Total, sólo son unos “pedrolos” que son poco estéticos y, desde luego, “visualmente no resultan llamativos”.

lunes, 10 de marzo de 2014

La nueva estafa: Comprar Sociedad Civil y que te den Política


Se van acercando lentas pero inexorables las elecciones municipales. Falta más de un año, de hecho 14 meses, pero es el momento de revisar las máquinas de guerra, hacer el pedido de la munición a las fábricas y mandar a las avanzadillas a espiar los movimientos de las tropas enemigas. Desde Sun Tzu sabemos que estas cosas hay que hacerlas con cierto tiempo y que la improvisación puede pasar una factura muy gorda a quien no tenga bien engrasados los pernos.

También parece que antes del verano tienen que irse lanzando las nuevas ideas, para que les dé tiempo a asentarse en las mentes de los votantes, y las listas que tomen forma desde la mal llamada sociedad civil para luchar por los sillones de la Corporación.

Y digo que “mal llamada” porque esos movimientos no son parte de la Sociedad Civil ya que ésta, por definición, no se presenta a las elecciones. En el momento en que lo hace deja de ser tal Sociedad Civil y se integra en el mundo de los movimientos políticos, por lo que renuncia precisamente a su condición previa.

En España tenemos una democracia joven y una población bastante poco curtida en lo que significan ciertas cosas. Los términos “ciudadano”, “representante público”, “político”, y, por supuesto “sociedad civil” son ajenos a nosotros aunque se usen los términos con una alegría propia de la inconsciencia. Es algo así como la física cuántica o el bosón de Higgs, algo de lo que hemos oído hablar en la tele pero de lo que no tenemos ni idea.

En España mencionar a Jürgen Habermas cuando se habla de Sociedad Civil es una rareza (la verdad si les soy sincero yo mismo no sé pronunciar el nombre porque siempre lo he leído, nunca escuchado) cuando es, junto a Alexis de Tocqueville, el principal ideólogo del concepto mismo, aunque con sutiles diferencias entre ambos.

La Sociedad Civil, en resumen, es el conjunto de entidades que, independientes del Estado, suponen un contrapeso al poder político, un punto a considerar en la lucha de intereses que es la vida pública. Normalmente se suelen poner como ejemplo las asociaciones, sindicatos, colegios profesionales, ONGs, e incluso clubes de ocio o sociales y movimientos religiosos.

Sin embargo, en España somos diferentes hasta para esto. La mayor parte de las organizaciones mencionadas están a sueldo de la política, ya que no viven del esfuerzo de sus miembros, que sería lo suyo, sino de las subvenciones. La confusión interesada entre apoyo al movimiento asociativo y la apropiación indebida del mismo es un mal endémico de este país, del que tenemos que librarnos antes de poder considerar la Democracia como algo instaurado realmente dentro de nuestras fronteras.

En nuestro país las asociaciones, generalmente, no nacen para agrupar intereses y luchar conjuntamente por ellos, o al menos no si cuestan un euro. La idea es que se quieren hacer cosas pero se pretende que las pague el Estado a través de generosas aportaciones, y así lo que puede ser desde una simple afición a un fin noble, salga más barato. Cuando la supervivencia de una entidad de este tipo depende del presupuesto de la administración, es que algo está fallando.

Y cuando esas entidades tienen aspiraciones políticas, también es que hay un problema. No me entiendan mal, las aspiraciones personales me parecen lícitas y positivas, pero como tema particular, no de un colectivo que se dice “sociedad civil”, y ahí es donde está el matiz que no entendemos en España.

En un país más normalizado democráticamente lo suyo es que si uno quiere presentarse a un cargo público lo primero que debe hacer es dimitir de su responsabilidad en la entidad a la que pertenece, porque se busca la exquisita separación entre ambos mundos. Es lo razonable, ya que en democracias "de las de verdad" el Presidente de la Asociación Nacional del Rifle no busca ser diputado, sino influir en los diputados como una fuerza externa, independiente, que puede apoyar a unos u otros según un interés parcial y obvio que no sólo no se disimula sino que es la razón de la existencia de esa asociación.

Es un ejemplo muy gráfico, que todos conocemos, aunque aquí caigan bastante mal, pero reflejan perfectamente a qué me refiero. A Charlton Heston no se le pasó por la cabeza presentarse a Senador, sino orquestar campañas para que los partidos escucharan la voz de las personas a las que él representaba, pero desde fuera de la política.

¿Por qué se hace esto? Es muy sencillo: desde el momento en que una entidad de la Sociedad Civil, por ejemplo una Asociación, huele a movimiento político todo aquello que dice se ha de tomar con reservas, ya que en lugar de luchar por los intereses que le son propios como entidad hay que sospechar que entra en el juego de las maniobras políticas y los intereses partidistas. Vamos, que son como cualquier otro partido.

En Lugo tenemos ya un par de ejemplos de asociaciones que afirman que presentarán listas a las municipales. Personalmente me parece un error, porque la Sociedad Civil, la verdadera y genuina Sociedad Civil, no intenta detentar el poder, sino ser un referente para el mismo, que no tiene nada que ver.

Y si los integrantes de estos grupos quieren presentarse a las elecciones, que salgan de su armario, dejen de decir que representan "al Pueblo" y que son la "Sociedad Civil" y se autodenominen como lo que son: políticos, que tampoco tiene nada de malo salvo que estas mismas personas suelen ser los que vapulean el término, en un intento de separar el "ellos" del "nosotros". Pues también son "ellos". Es la nueva estafa: comprar Sociedad Civil y que te vendan Política.

viernes, 7 de marzo de 2014

Educación digital


Llevamos oyendo hablar del fin del papel desde hace años, pero parece que realmente cada vez se acerca más. La crisis económica se ceba con la del soporte físico en las librerías que sólo se dedican a ese noble oficio, el de vender libros, sin combinarlo con otros no menos interesantes y como la venta de artículos de escritorio, una de mis pasiones (me gustan las cosas de papelería, no me pregunten por qué, porque no sabría explicarlo).

El siguiente clavo en el ataúd del soporte papel es que la educación, el último reducto de la obligatoriedad de comprar libros carísimos, se está digitalizando. La Xunta comienza el curso que viene a introducir los contenidos a estudiar en soporte informático: portátiles, tablets, e-books e incluso móviles (estos últimos con el considerable riesgo de aumentar los afiliados a la ONCE en un plazo de 20 años) servirán para sustituir los pesados tomos de libros de texto que nos hacían cargar en tiempos y que llenaron las consultas de los traumatólogos. Y tengo que decir que me parece fantástico.

El soporte digital en la educación es una cuestión de mero sentido común. Más allá de la tontería de los contenidos multimedia (puede tener sentido para alguna cosa, pero dentro de poco veo a los críos siguiendo “Downton Abbey” en vez de estudiar la revolución industrial) es una obviedad que el dinamismo de un aparatejo digital deja en mal lugar al libro de texto. La conectividad, la posibilidad de que se actualicen los contenidos año tras año sin tener que comprar nada nuevo, las posibilidades de llevar contigo una enorme biblioteca sin cargar más que con un cacharro que pesa 300 gramos… y sobre todo el objetivo primordial que es enganchar a los niños al estudio con un medio que les resulta atractivo y familiar.

Obviamente para un niño-consola de esos que pululan ahora por nuestro país (por las salas de estar o sus dormitorios equipados con lo último de la tecnología, claro, porque por la calle no se les ve demasiado) es más entretenido ver las cosas en una Tablet o en un portátil que pasar páginas de papel, que no creo que estén muy familiarizados con el entorno.

Para los nostálgicos les voy a poner un ejemplo de que la cosa no es tan grave. Mi generación estudiaba con libros, pero muchos se enteraron de muchas cosas que venían en los textos gracias a las series de “Érase una vez”, que inculcaron más historia en nosotros que todos los profesores de primaria juntos, porque era algo entretenido que apetecía ver. Igual que todos recordamos claramente a los glóbulos rojos cargando con bolas de oxígeno o a los blancos con porra de segurata en la versión “de ciencias”, que se titulaba “Érase una vez la vida”.

Llevamos muchos años andando este camino, sólo que la tecnología y Steve Jobs han ayudado enormemente a que ciertas cosas puedan ocurrir.

¿Y los libros? ¿Qué pasará con las bibliotecas? ¿Sustituirá la Wikipedia a la Enciclopedia? No tengo la respuesta a esas preguntas, pero sí una orientación: hace muchos años que existe el bolígrafo, un dispositivo mucho más cómodo, útil y práctico que la pluma estilográfica… y se siguen vendiendo plumas.

La cuestión ya no es si es el camino correcto, porque dudo que tenga vuelta atrás. La cuestión es cómo dirigir ese camino de forma que se alcance la meta adecuada: el aprendizaje. Más que el continente me preocupa el contenido.

jueves, 6 de marzo de 2014

La confabulación judeomasónica de Lugo

Confabulando
Que dice el señor Álvarez que las sospechas de amaño de los concursos del Ayuntamiento de Lugo son una “confabulación”. Le ha faltado el “judeomasónica” para parecerse al otro.

Puede que tenga razón, el señor Álvarez, y haya una confabulación a la que se prestan raudos los partidos de la oposición, aunque es más raro que también los jueces, la prensa, los ciudadanos y el sentido común hayan entrado en la senda de la sospecha de un gobierno del que uno de sus principales miembros ha pedido disculpas por ser un chorizo y aprovecharse de las concesiones que él mismo amañaba.


La política al final es un discurso. Como tal puede ser cierto o falso, creíble o no, demagógico o coherente, pero lo peor de todo es cuando es directamente contradictorio. Es muy complicado para el señor Álvarez defender la labor de nuestro alcalde durante los últimos años sin hacer de paladín de las tropelías que los juzgados han destapado. No se puede uno envolver en la capa de la justa indignación sobre las artimañas de quien fue durante mucho tiempo amigo y mano derecha del señor Orozco, además de concejal de Urbanismo (oigan, ¡qué curioso que siempre cae esa concejalía a quienes más quieren trincar!), sin condenar también el fallo de la labor del Gobierno Local “in vigilando”, que se llama en derecho.

Es raro ver a un representante público diciendo “pido perdón, me he equivocado”. Lo hizo el Rey y es raro que no se apuntaran en masa a esa moda, ya que si algo tiene Don Juan Carlos es instinto, aunque le va fallando como excusa para tapar ciertas actitudes que no son de recibo en una testa coronada.

Pero no nos desviemos. Tenemos al amigo Liñares cantando como un canario en sede judicial, aunque ahora su defensa intente “eliminar” sus declaraciones en el Constitucional. Es lo que tiene un sistema garantista, que permite que por un tecnicismo un chorizo confeso pueda intentar desdecirse de todo cuanto contó, cosa que salvo que medie el recurso a la tortura o a la extorsión me cuesta mucho aceptar.

Luis Álvarez - Foto: Ayuntamiento de Lugo
Nadie pone en tela de juicio ciertos hechos: El Ayuntamiento de Lugo ha sido durante años el cortijo de Liñares, que amañó los concursos a su comodidad, que cobró dinero ilegalmente de las empresas adjudicatarias y que hizo y deshizo a su antojo cuanto quiso. Un Ayuntamiento con un paro creciente, como todas las ciudades en la crisis, en que el Alcalde ha reconocido colocar a algún amiguete o algún hijo de amiguete en empresas concesionarias (y encima lo defiende como algo justo y noble, tócate un pie), y que recibía paquetes de joyerías en su casa de las empresas investigadas y que lograron los concursos fraudulentamente.

Eso nadie lo discute porque está probado. Pero hay una conspiración para arrojar dudas sobre las contrataciones del Ayuntamiento según el señor Luis Álvarez.

Todos los gobiernos tienen una persona encargada de decir tonterías. El más conocido de todos fue el genial Alfonso Guerra, aunque el señor Álvarez no tiene ni un atisbo del ingenio y la rapidez del otrora colega de Felipe González. Para eso hay que valer. Para soltar tontadas vale cualquiera, sólo que tienen que colar al menos de vez en cuando.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Cuando lo atípico es típico de Lugo

El Carnaval es una de las fiestas más populares del mundo. Su origen pagano, adaptado como de costumbre al calendario católico, tiene el inicio confuso de las grandes fiestas, y no se sabe muy bien si viene de celebraciones en honor a Baco, las Saturnales o vaya usted a saber lo qué. Se convirtió al cristianismo de aquella manera, ya que “oficialmente” la Iglesia no lo reconoció pero lo toleró como una forma de “desfogar” antes de la Cuaresma, el periodo que ahora se abre y que supone cuarenta días de ayuno y arrepentimiento para prepararse para la Semana Santa.

Pero en Lugo, este Lugo nuestro, parece que a alguno la Cuaresma se le hace corta y le molesta el Carnaval, y por eso se dedica a poner denuncias absurdas. El sábado, sábado de Carnaval como ustedes recordarán, a las siete y media de la tarde me llaman para decirme que está la Policía Local en la Plaza del Campo multando a unos chicos que tenían montada una comparsa de Carnaval. ¿El contenido de la denuncia? Escándalo público.

Cuando a uno le dicen eso lógicamente se extraña y se pregunta ¿pero qué demonios están haciendo para generar tal denuncia? Y allá me fui, porque encima eran participantes de un premio de animación callejera organizada por la asociación Lugo Monumental.

La cuestión es que algún vecino llamó a la Policía por el “escándalo” de este grupo, que representaba un chiringuito playero (“Recuncho Caribeño” se llama el montaje) y alguien se lo debió de tomar en serio, porque cuando llegaron los locales lo del escándalo público no prosperó, pero la “ocupación de vía pública” sí, porque debieron de pensar que el montaje era una especie de bar clandestino.

Obviamente no era tal, sino una pequeña jaima adornada con cocos y palmeras que iban moviendo según se desplazaban por el casco histórico, montando jarana que a mí tampoco es que me vuelva loco, lo reconozco, pero que si no toleras los tres o cuatro días de carnaval ya me dirás cuándo la vas a aguantar.

Espero sinceramente que la cosa quede en nada, porque tendría su guasa (maldita la gracia para los sancionados) que la multa prospere en una ciudad en que en las fiestas patronales se permite a cientos de manteros “ocupar la vía pública” sin ningún tipo de sonrojo y que sufre botellones semana tras semana en el parque y en otras zonas.

Aunque seguro que a nadie le extrañaría. Somos la ciudad que multó a la cabalgata de los Reyes Magos, ¿qué nos podemos esperar?