miércoles, 3 de diciembre de 2014

La categoría de los muertos

¿Hay categorías de muertos?

Este asunto se puede abordar desde diferentes prismas: el histórico, el social, el moral… Por empezar en ese orden, obviamente la Historia nos dice que sí, ya que no se valora igual el fallecimiento de Napoleón que el de su ayuda de cámara, por mucho que nos vengan con la relevancia de todos ante el mundo. Pues va a ser que no.

En cuanto a lo social, con mencionar el circo mediático que hubo en torno al deceso de la Duquesa de Alba o la que liaron cuando nos dejó Adolfo Suárez creo que no es necesario abundar más en el asunto y es prueba suficiente de que tampoco se trata igual a todos, y también tiene su lógica porque hay quien es noticia y quien no lo es.

Nos queda el más importante de todos, el tema moral sobre si es lógico que los seres humanos nos tomemos las muertes de una manera o de otra. Tampoco aquí veo equidistancia y creo que nadie en su sano juicio puede verla y, poniendo un ejemplo extremo que son los mejores para aclarar conceptos, equiparar al terrorista que lleva la bomba en el pecho con sus víctimas es un ejercicio de justificación repugnante.

Desapariciones en el mar
En Lugo hemos vivido de cerca tres sucesos luctuosos en un mismo fin de semana. El homicidio de un hincha de nuestros hermanos del Deportivo de La Coruña a manos de una pandilla rival, el asesinato de una policía en un atraco en que también resultó muerto el atracador y la desaparición, con pronóstico sombrío, de dos marineros gallegos en un barco de pesca.

Cinco muertes en tres situaciones.

 Equipararlas es una imbecilidad, sin paliativos. Me resulta ofensivo incluso que se me diga que hay una mínima comparación entre el atracador muerto y la policía a la que asesinó en plena acción criminal. Puedo aceptar que se categorice a los marineros con la policía pero nada más.

Escena del asesinato de la Policía de Vigo
Nos cuentan que el señor del Deportivo tenía varias condenas judiciales por antecedentes de violencia relacionados con el deporte. También que se citó junto a sus colegas con otra panda de descerebrados para darse de hostias. Si eso no es un caldo de cultivo obvio para que haya un muerto de por medio ya me dirán ustedes. Le tocó a él pero no sería raro que le cayera a cualquier otro, o incluso a un peatón que pasara por allí.

Culpabilizar al muerto no es “políticamente correcto”, nos decían. Ya dejé claro en otra ocasión que no comparto esa tesis, ya que si un señor va borracho, embiste con su coche a otro conductor y ambos fallecen, el primero es un cabrón y el segundo es una víctima, aunque los dos estén igual de muertos. Creo que el ejemplo del terrorista suicida y sus víctimas es también lo bastante gráfico como para no darle más vueltas a ese asunto.

Ultras en los estadios
Nos queda por ver, entonces, si organizar una batalla campal con el fútbol como excusa es suficiente argumento como para culpabilizar, también, al muerto en Madrid. Pues hombre, suficiente no lo sé, ahora que de víctima inocente tampoco lo califico. Si hubieran atacado a un pacífico deportivista que iba a ver el partido opinaría diferente, pero no es el caso.

De hecho creo que esta tesis está más arraigada de lo que nos quieren hacer creer, ya que por ejemplo la Diputación de Lugo en pleno dio el pésame a la familia de la policía fallecida y a las de los marineros desaparecidos (quizás en este caso de forma algo prematura), pero ignoraron al atracador, como es lógico, y al de Coruña.

No todos los muertos son iguales señores y el discurso contrario es una falacia.

1 comentario:

  1. Opino que en el caso del hincha del Depor se ha dado a la noticia una relevancia exagerada. Si, era un hincha de un club de fútbol, pero no fue asesinado en el estadio por unos fanáticos. Él en si era un fanático que junto con otros, quedaron a pegarse contra el oponente. Eso ha dado horas y horas de noticias. ¿Que hubiera pasado si dos bandas urbanas se citan para pegarse y muere uno de ellos? ¿Hubiese sido igual la repercusión mediática? ¿O simplemente hubiese sido una noticia mas, sin imágenes de la salida del féretro, ni de la llegada ni nada por el estilo? Se le ha dado demasiada importancia por creer que eran aficionados al fútbol, cuando en realidad eran aficionados a los palos y las tortas.

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