viernes, 16 de marzo de 2018

Legislar en caliente



En Lugo muchos recordamos el asesinato de la niña de ocho años María Claire Paredes. José Fraiz Parga, su asesino, la intentó violar (insisto, tenía ocho años) y como se resistió le golpeó con una piedra y luego con un hacha en una casa abandonada de la avenida de la Coruña. A raíz de aquel caso se desató en Lugo un terror que duró durante mucho tiempo y que hacía a muchas madres y padres acompañar a sus hijos a todas partes. 

Qué decir del violador del estilete, un degenerado que cada vez que pisaba la calle daba rienda suelta a sus más sucios instintos y sembró el terror en Lugo durante muchísimo tiempo. Hoy está detenido, hasta donde yo sé, porque tras su liberación después de pasar 32 años en la cárcel volvió a agredir sexualmente a una chica (presuntamente, claro). 

¿Qué hacemos con esta gente? Se ve que para algunos no se pueden tomar medidas de defensa de la Sociedad porque no se puede “legislar en caliente”. 

El hundimiento del Titanic fue probablemente el accidente más famoso del siglo XX, y provocó entre otras cosas la adopción de normas de seguridad naval que perduran hasta nuestros días. Supongo que quienes critican eso de “legislar en caliente” están contra esas medidas, porque se impusieron tras una desgracia que conmocionó al mundo. 

No es el único ejemplo, ni siquiera el más dramático. La II Guerra Mundial y la realidad del holocausto, por ejemplo, con sesenta millones de muertos y seis millones de judíos masacrados en la terrible maquinaria nazi fueron lo que creó la situación para crear las figuras de los delitos contra la humanidad y crímenes de guerra. Tal vez deberíamos eliminar esas normativas, siguiendo la lógica perversa de no tomar medidas cuando se detecta un problema. 

Siempre me pregunto: ¿tras cuántos años de cárcel habrían
soltado a Hitler los que no creen en la cadena perpetua?
Pasa con todo. Se prohíbe entrar a los coches en las ciudades cuando aumenta la contaminación; se impide pescar mejillones cuando hay mareas rojas... ¿Acaso debemos esperar a que brille el sol para aprobar una norma que impida acercarse a la orilla cuando hay temporal?

El debate sobre la prisión permanente revisable está en la calle, y los argumentos usados para su derogación pretenden sacar a relucir una supuesta superioridad moral de los partidarios de retirar esa medida de nuestro código penal sobre aquellos que defienden (defendemos) su permanencia. 

Cualquiera que asista a este debate y escuche a sus detractores, supondrá que esa disposición del código penal, introducida en marzo de 2015, está llenando nuestras cárceles de presos sin esperanza de volver a pisar la calle. Han pasado tres años desde su aprobación y sólo ha sido aplicada una vez, a un padre que drogó a sus hijas de cuatro y nueve años y luego las asesinó con una sierra radial. Me pregunto qué clase de reinserción se prevé para un monstruo como ese, qué castigo es “civilizado y adecuado” y no supone “venganza en lugar de justicia”. 

Recientemente ha habido casos terribles que hemos sufrido a nivel nacional, y la sociedad demanda claramente castigos para este tipo de monstruos. Llámenle venganza, llámenle justicia, llámenle “mejor te encerramos en vida porque como te pille por la calle…”, pero me cuesta mucho trabajo entender que se suelte a esa gente a los diez, a los quince o a los veinte años. 

Interesante gráfico. Fíjense bien. Fuente: El País.
El derecho comparado tampoco es excesivamente benévolo con los críticos de la prisión permanente revisable. Francia, Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Holanda, Italia, Noruega, Dinamarca… todas ellas modernas democracias, países que se ponen de ejemplo para hablar de pensiones, educación, transportes y demás tienen en sus legislaciones figuras como la prisión permanente revisable, pero claro, las comparaciones son odiosas cuando no nos interesan. 

Miren, la sociedad se ha de defender. Aquí no hablamos de meter en la cárcel y tirar la llave a un señor por robar una gallina, ni siquiera por asesinar a alguien. Estamos hablando de casos muy excepcionales (uno en tres años, recuerden) y de personas cuyo comportamiento demuestra que no pueden estar por ahí, disfrutando de una libertad que usan para violar y asesinar niños. No hay castigo proporcional para ciertos crímenes. Ni siquiera encerrarlos de por vida. 

Piensen ustedes en el peor de los escenarios, en alguien que mate a cien niños en un colegio o que ponga una bomba que se lleve por delante a doscientas personas en una calle de Madrid. ¿De verdad creen que merece volver a pisar la calle? Yo no, desde luego. Podremos discutir cuándo aplicarla y cuándo no, pero es obvio que siempre aparecerá un crimen que merezca ese castigo, de otra forma nos encontramos con absurdos como que si se hubiera detenido a Hitler, habrían tenido que soltarlo pasados x años.

Este domingo a las 12 de la mañana se han convocado concentraciones para reclamar que no se derogue la prisión permanente revisable. En Lugo será frente al Ayuntamiento. Si les parece algo a defender… allí nos vemos.

3 comentarios:

  1. ¿Cuál creéis que habría sido el resultado de la votación ayer en el Congreso si los partidos hubiesen dado libertad de voto a sus parlamentarios y éste fuera secreto?

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  2. Francisco José Penas Pardo16 de marzo de 2018, 9:19

    Creo que si hubiese libertad de voto, habría ganado el SÍ, a la Prisión Permanente Revisable. Con respecto a la exposición sobre el tema a tratar, decir que no hay más que añadir, ya que todo está muy bien explicado.

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