miércoles, 30 de mayo de 2018

El enésimo plan ''definitivo'' para las bicis

Proyecto presentado ayer. La línea naranja es la delimitación de la zona de actuación
No creo que nadie pueda considerarme sospechoso de no defender el uso de la bicicleta, sobre todo si tenemos en cuenta que en el año 2012, cuando fui nombrado presidente de Lugo Monumental por primera vez, nuestra acción inicial fue proponer un cambio en el borrador de la ordenanza de circulación que se tramitaba en aquel momento para que se permitiera su paso por el casco histórico, cosa que aquel documento vedaba y que, afortunadamente, se modificó. También influye en mi simpatía hacia los vehículos de dos ruedas la sangre, ya que mi familia tuvo durante cien años un taller de bicicletas muy conocido en la ciudad y eso, quieran que no, marca lo suyo.

Sin embargo hay que reconocer que si bien los argumentos en favor de la bici son poderosos, hay cuestiones que los ciclistas tenemos que replantearnos si queremos que el uso pacífico de este vehículo no sea rechazado por los demás. Ayer, sin ir más lejos, un chico mandó a una señora al hospital al atropellarla en una calle peatonal, y no hablamos de un chaval de 15 años cuya edad podría explicar (que no justificar) su inconsciencia sino de alguien que superaba con mucho la veintena. Reconozco que cuando me enteré del suceso sentí un cierto punto de responsabilidad por la campaña que les decía al principio, aunque pensándolo bien es una estupidez creer eso porque quien anda como un loco por una zona peatonal también lo haría aunque estuviera prohibido.

Propuesta presentada por el gobierno en 2016.
Se les olvidó, parece ser.
La alcaldesa de Lugo anunció anteayer la creación de 15 kilómetros de carril bici en la ciudad, una medida que se presume favorable a la bicicleta pero que si les soy sincero yo no tengo muy clara por varias razones. Para empezar, se contradice con la estrategia de la limitación a 30 kilómetros, ya que se supone que ésta no contemplaba la creación de un carril sino el uso de la calzada para convivencia de distintos vehículos. Por cierto, que hace un par de años anunciaban 65 kilómetros de zonas para bicicletas, no de carril bici, pero por lo que se ve la cosa no cuajó o han cambiado de idea. ¿Esta vez van a hacerlo porque se acercan las elecciones? ¿Entonces de aquella lo presentaron a lo loco?

En segundo lugar me resulta una extravagancia la estrategia de hacer carriles para bicicletas ignorando completamente la zona universitaria. Vale que hay un carril bici en la ronda de Fingoy, de escaso uso hay que decir, pero si no se insiste en ese medio de transporte en la zona donde los usuarios son más sensibles al tema, y los estudiantes lo son, malamente vamos a hacer nada metiendo los carriles en la calle Santiago, la bajada al Miño u otras zonas con unas pendientes dignas de una etapa de montaña de la Vuelta Ciclista a España.

Por último pero no menos importante, creo que es más necesario clarificar el uso de la bicicleta y ver qué alternativas tenemos observando lo que hacen otras ciudades. Por ejemplo, en Budapest, Florencia o Brujas, ciudades muy turísticas y con gran densidad de bicicletas, éstas circulan por zonas peatonales (con “sentidiño”, claro) y por cualquier vía en el sentido de la circulación… e incluso en sentido contrario en muchas de ellas. Pegándose mucho a su derecha, y con conductores conscientes de esto, es una manera fantástica de promocionar la bici, aunque tengo mis dudas de que en España el ayuntamiento pueda tomar esa decisión con el código de circulación en la mano, si bien creo que Madrid presentó algo así.

La cuestión es: ¿tiene sentido que las bicicletas se restrinjan al carril bici? ¿No es más lógico crear un uso y costumbre que valga para toda la ciudad y no para lugares específicos? Por ejemplo un debate habitual es si pueden circular las bicicletas por las aceras. La respuesta obvia es que no, hasta que piensas en un niño de 9 años rodando por la Avenida de la Coruña, entonces te lo replanteas. El carril bici podría ser una solución para este tipo de usuarios, no digo que no, pero me parece una solución muy de los 90.

No parece que Lugo sea una ciudad amable con la bici.  Foto: La Voz de Galicia
Pontevedra, la siempre ejemplar Pontevedra, no tiene carriles para bicicletas. Toda la ciudad es una gran zona 30 en que éstas comparten espacio con los coches, y tal vez esa sea la solución más sencilla y soluciona no solo ese asunto sino muchos otros como el exceso de polución, la seguridad de los peatones y, lo que es más importante, no va por parroquias sino que es una solución global.

Curiosamente donde me parecen más necesarios los carriles bici es en zonas peatonales, y no me refiero al casco histórico, donde los considero un disparate, sino en otras como el paseo del Miño, el del Rato u otros similares. Precisamente en esas zonas, donde la bici se usa más para hacer ejercicio que como medio de transporte, es donde hay más problemas entre deportistas y paseantes, porque cuando vas tranquilamente caminando lo último que te apetece es tener que andar apartándote cada dos metros para dejar pasar al Indurain de turno.

Llama la atención que se despliegue esta gran inversión en este asunto cuando sigue sin funcionar el sistema público de préstamo de bicicletas, que es una de las grandes maneras de promocionar su uso. Un día de estos les pondré una pequeña guía de viaje a Budapest, donde estuve hace poco, en que hablo de cómo funciona allí, es una maravilla. Parece que en esta ciudad empezamos la casa por el tejado, y lo que me preocupa no es eso, sino los bandazos en las decisiones.

*NOTA: He modificado el artículo porque las líneas naranjas que aparecen en el mapa no son carriles bici, sino la delimitación de la zona DUSI. Disculpen las molestias.

1 comentario:

  1. Más que carriles bici lo que Lugo necesita es una reestructuración total del tráfico, circulación a 30, calles unidireccionales, fomento del bus urbano, integrAcion de la bicicleta como medio de transporte, creación de parkings para bicicletas, etc. Etc. Con parches o soluciones parciales estamos tirando con el dinero. otra cosa es pedir a nuestros dirigentes que tengan el valor de hacer lo que se tiene que hacer y lo que aún parece más difícil...que lo hagan bien.

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