martes, 3 de julio de 2018

¿Ecología o propaganda?


No acabo de entender bien dónde está el ahorro ecológico en que nos cobren las bolsas. Como es lógico, sí puede haber un par de efectos positivos como que intentemos coger cuatro en vez de seis cuando hacemos la compra en el súper, o que llevemos alguna bolsa de casa, pero si tenemos en cuenta que la mayoría de las que nos regalaban las reutilizábamos como bolsas de basura o cosas así, sigo sin comprender que eso vaya a ser la salvación de los océanos.

No me entiendan mal, soy partidario de medidas ecológicas, pero a mí esto me suena más a chollo para las grandes superficies (los miles de bolsas que despachan Eroski o Carrefour al día pasan a ser un ingreso) que otra cosa. Al pequeño comerciante no solo no le reporta beneficio alguno sino que le genera una situación incómoda para él y para el cliente, pero ya sabemos que la gente protesta en la zapatería de la esquina mientras calla como un muerto cuando le timan en el centro comercial.

Particularmente considero que el modelo de futuro es la bolsa de papel. El problema de éstas es que son muchísimo más caras que las otras (y curiosamente las de papel no se cobran) y menos reutilizables, porque ni las usas para llevar unos zapatos en la maleta de viaje, ni te valen para poner el cubo de la basura. Pero obviamente el papel es infinito si se hacen las cosas bien (hablo de plantaciones de árboles para generar masa forestal suficiente para las fábricas de papel), y además es compostable, que es la palabra que ahora usamos para lo que antes llamábamos “biodegradable”.

Las pequeñas tiendas están negras, igual que los puestos de la plaza y los comerciantes de siempre, porque resulta que tienen que preguntar al tío que les vendió las bolsas cuántas micras tienen de espesor, ya que el Real Decreto habla de diferentes precios de venta según su grosor aunque no según su tamaño, cosa llamativa donde las haya.

Cuando vayan a partir de hoy, bueno, en realidad a partir de ayer, a una tienda y les cobren la bolsa recuerden que no tienen más remedio y que se supone que es por ecología. Y esto es temporal, en pocos años ni pagando podremos tener las bolsas, y esto último curiosamente me parece más acertado.

En cualquier caso, este tipo de medidas ecológicas son siempre discutibles, sobre todo cuando ves que tras molestarte en separar las cosas que van al contenedor amarillo de las del otro el camión de la basura viene y recoge todo junto… ¿de verdad es ecología o solo hablamos de propaganda?

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