jueves, 6 de agosto de 2020

Monarquía o República III: Los costes


¿Los costes de la Monarquía son mayores o menores que los de la República?

Sin ninguna duda la Monarquía es más barata que la República. Es una cuestión de puro sentido común, ya que los gastos de “mantenimiento” del Rey y su familia son razonablemente parejos a los del Presidente de la República (me refiero a vivienda por muy palacio que sea, coches oficiales y servicios generales) y además en el segundo caso tenemos que sumar lo que cuestan unas elecciones.

En España tenemos una monarquía bastante “barata” en comparación a otros países. Los algo más de siete millones de euros anuales que se destinan a la Casa Real (a los que hay que sumar los gastos de viajes y seguridad, que no se pagan de ahí sino de los presupuestos del Ministerio del Interior) son mucho más bajos que los que cuestan otras monarquías vecinas. Noruega presupuesta unos 25 millones anuales, Holanda 39 y Gran Bretaña 42. Más baratas son las de Luxemburgo (unos 11 millones), o las de Dinamarca, Bélgica y Suecia (aproximadamente 14 millones). Todas ellas superiores al coste de la nuestra, al menos al coste “declarado”.

Si tenemos en cuenta, como decíamos antes, que los gastos en una República son similares en lo relativo a salarios, personal, sedes y demás la diferencia de gasto se dispara si tenemos en cuenta el coste de las elecciones Presidenciales. Por ejemplo en las del 28 de abril de 2019 nos gastamos casi 140 millones de euros, y además es habitual que tras su salida del puesto los Presidentes tengan un salario vitalicio y una serie de servicios.

Pero todo esto es paradójico. Se supone que un Rey no debería tener que preocuparse del dinero pero ya ven que donde ha caído Juan Carlos I “el campechano” es precisamente en eso. ¿Qué necesidad tenía este hombre de acumular cuentas en Suiza con comisiones presuntamente ilegales y presuntamente no declaradas a Hacienda? ¿Qué lógica puede mantenerse para juntar euros como una urraca cuando tiene no solo la vida solucionada sino tremendamente solucionada? ¿No se supone que precisamente lo vitalicio del cargo garantizaría que no hicieran estas cosas?

El gusto por el dinero es habitual, claro que sí, pero no tiene ningún sentido en personas que se supone que no solo tienen ya muchos recursos a su disposición sino que saben que tarde o temprano se iba a saber. No hablamos de un señor cualquiera que anda por ahí, sino del Rey de España…

Si les digo la verdad creo que les falta el asistente que acompañaba a los Generales y Césares victoriosos en los desfiles y que les iba diciendo “recuerda que sólo eres un hombre”. La gente se cree invulnerable, y encima con la Constitución en la mano el Rey tiene razón. Se ha creído que podía hacer lo que le venga en gana sin temor a consecuencias, y si bien es cierto que sería difícil meterlo en el trullo en que, si todo es cierto, merecería estar, el daño que ha hecho a la Corona es irreparable. Felipe VI podrá intentar desvincularse, podrá intentar recuperar el prestigio que su padre se ha cargado después de haber sido, curiosamente, el que lo logró reinstaurar, podrá trabajar por el futuro de la monarquía en este país, pero sin duda Juan Carlos I ha hecho muchísimo daño a la institución.

Siempre se rumoreó que el Rey Juan Carlos tenía innumerables amantes (“amigas”, dice la prensa poco menos que cortesana), pero eso se veía como un pecado “venial”. Realmente son asuntos privados, que no tienen una trascendencia directa en su función representativa, si bien es cierto que bien, lo que se dice bien, tampoco queda. Pero son cosas de su casa (con todos los “peros” que tiene que esa casa sea la Casa Real).

Pero echar mano a la caja… cobrar presuntas comisiones ilegales… eso es otro tema. Si los regalos son legítimos y sería un “insulto” no aceptarlos, no le costaba ningún trabajo registrarlos, pagar sus impuestos o incluso, lo que sería más lógico, donarlos a la Hacienda Pública porque se los han dado a la institución, no a la persona. Su “comisión” por los trabajos que hizo para lograr contratos para las empresas españolas ya la tiene en forma de Corona, así que no creo que sea lógico ni lícito que reciba ni un céntimo más. De todas formas, cualquier opción habría sido mejor que hacer esto, si es que lo ha hecho. La presunción de inocencia opera para todo el mundo, no lo olvidemos.

 En todo caso, la Monarquía como tal no es más cara que la República sino todo lo contrario. ¿Eso es un argumento en su favor? Sí, pero ¿es un argumento suficiente para justificar la institución? No, de ninguna manera.

Si aceptamos el argumento económico también es verdad que es más barata la dictadura que la democracia porque nos ahorramos las elecciones, un disparate en toda regla que no se puede aceptar. No todo es dinero.

Mañana hablaremos, como cierre, de la legitimidad de la Monarquía en España y de la conclusión sobre este tema, desde mi punto de vista, claro.


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