Vista parcial del Belén de Begonte. Foto: Ayuntamiento de Begonte |
Desde el pasado día 5 de diciembre podemos cumplir con una de esas tradiciones que teníamos de niños, que aparcamos al llegar a la adolescencia y que ahora, afortunadamente y gracias al durísimo y nunca suficientemente valorado trabajo de algunas personas generosas con su tiempo y sus recursos, podemos recuperar. Ha reabierto el Belén de Begonte.
El año pasado, a causa de la situación sanitaria, tomaron la sabia decisión de trasladarlo a una exposición virtual, pero qué quieren que les diga, no es lo mismo. Nada es lo mismo en una pantalla de ordenador, y por mucho que el 4K y la alta resolución nos permitan apreciar los detalles, no consiguen transmitir el sentimiento, la magia y el encanto de un montaje mecánico que se resiste a la digitalización y que hace improbables equilibrios entre lo naíf y lo cargado de detalles.
Pensaba que sería una cuestión de nostalgia. Como tantos lucenses, relaciono ese Belén con mi infancia, con esa época en que todo nos asombraba y en que, ajenos a redes sociales y conectividad global, prestábamos más atención al mundo que nos rodeaba inmediatamente. Pero no. He repetido la experiencia con mis sobrinas y aquella sensación sigue intacta incluso entre quienes han nacido ya en otro planeta, uno en que es habitual conocer con detalle lo que pasa en un pueblo perdido de América mientras se ignoran las tragedias y alegrías de nuestros vecinos del mismo rellano.
El Belén de Begonte se resiste a la modificación, es uno de los valientes reductos que nos han legado los años 70 y en este año en que se cumplirá su medio siglo de existencia, creo que podemos considerar que ha superado ese peligrosísimo periodo intermedio en que las cosas son “viejas”. Ya no lo es, ya es “tradicional” que es algo muy parecido pero con mucha más poesía, y estoy seguro de que su declaración como de interés turístico Gallego en 2014 blindará su futuro al margen de tentaciones que puedan poner en peligro su esencia.
El soporte prestado por el Ayuntamiento de Begonte y la Xunta de Galicia a este bien cultural es clave para su permanencia, pero no seguiría existiendo sin personas como Julio Giz, la incombustible piedra angular de una gran parte de la actividad social y cultural lucense. A él le debemos muchas cosas, entre otras la brillante inauguración de este Belén, cuyo pregón a cargo del Obispo de Mondoñedo, Fernando García Cadiñanos, fue magníficamente complementado por el Orfeón Lucense y la Banda de Sons e Soños.
El Belén de Begonte, un año más, es un punto obligado de visita para celebrar la Navidad. No se lo pierdan.
Horarios de apertura: Varían según las fechas.
- Del 5 al 23 de Diciembre:
- Sábados, domingos y festivos de 11.00 a 13.00 horas y de 15.00 a 19.00 horas.
- Del 24 de Diciembre al 6 de Enero:
- Todos los días de 11.00 a 13.00 horas y de 15.00 a 19.00 horas.
- Del 7 al 26 de Enero:
- Sábados, domingos y festivos de 11.00 a 13.00 horas y de 15.00 a 19.00 horas.
- Grupos: avisar previamente al teléfono 982 396 121
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