Wifi hospitalario

En estos días en que estoy pasando una temporada en el hospital, acompañando a un familiar, es cuando te fijas en ciertos detalles que realmente hacen que uno esté mucho mejor o mucho peor mientras pasa las horas de la forma menos fastidiada posible.

Una de las grandes ventajas de los hospitales modernos es que junto a las nuevas tecnologías médicas, que casi damos por sentadas a pesar de rayar el milagro día sí y día también, también hay otras cosas que van mejorando el bienestar del paciente y sus acompañantes: camas modernas con miles de botones y palancas para moverlas en todas las direcciones posibles, televisión y teléfono en todas las habitaciones… y ahora el Wifi.

Parecerá una tontería, pero ahora que somos cada vez más tecnológicamente dependientes, no puedo evitar acordarme de la pobre Bea, una amiga que lleva unas cuantas semanas ingresada y que está a remolque de un pincho usb de esos que funcionan los días pares. Si encima de que estás fastidiado no tienes la escapatoria que te da la conexión a internet, no es que sea dramático pero fastidida.

Ya sea para ver los periódicos del día, abrir el correo, charlar en el messenger o recoger la cosecha en Farmville, la cuestión es que siempre se agradece un escape que te entretenga unas cuantas horas de las muchas que tiene el día y que parecen el doble cuando estás en una cama.