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martes, 22 de febrero de 2011

La selección de las tropas

Se acerca el momento. Epapeletasl medio Lugo del PP (y el otro medio, aunque no le guste reconocerlo) está expectante con la lista de 27 nombres (24 de la lista y 3 reservas) de las tropas que acompañarán a Jaime Castiñeira al asalto del bastión socialista del Ayuntamiento de Lugo, un bastión que, en minoría, ya tiene fisuras perceptibles. El único nombre que está garantizado es el de José Manuel Barreiro además de, lógicamente, el del propio Jaime. Todo lo demás son cábalas y rumores. Lo único que sabemos seguro es que algunas personas no repetirán por elección propia, con lo que habrá huecos que rellenar, algunos de ellos difíciles de cubrir.

Es la primera vez que Jaime, que ya fue portavoz durante dos períodos diferentes (tras las respectivas salidas de los portavoces Manuela López Besteiro y Joaquín García Díez), elige a su propia lista. Es un desafío, pero Jaime tiene la gran ventaja de haber sido cocinero antes que fraile. Ha visto los toros desde todos los ángulos posibles: tendido, sol y sombra, barrera y desde dentro del ruedo. Es una gran ventaja ver quiénes se han mantenido fieles a sus principios o a las personas y quienes han dado bandazos, acercándose al sol que más calienta en cada momento.

Probablemente Jaime no necesite consejo alguno, porque sabe más que la mayoría de estos temas, pero desde mi modesto punto de vista ha de buscar una lista que no le reste votos. Parece una obviedad, pero no lo es tanto. Fichajes de gran brillantez aparente, que iban a ser grandes figuras o estrellas en ascenso se revelaron como super-novas, que lo único que hicieron es llevarse por delante algunas bolsas de votos cada vez que explotaron y abrieron la boca. Esto pasa en todas las formaciones, es ley de vida. Lo mejor que puede hacer un miembro de la lista que no esté en los cinco o seis primeros puestos es cerrar la boca siempre que pueda.

Personalmente tengo algo de experiencia en este tema. He vivido dos campañas municipales desde dentro, y es increíble como muchas personas cambian sus fidelidades según cambian de hombro los galones. Igual de difícil de creer es la ceguera del poder: a quienes miran desde las altas cumbres de la responsabilidad les cuesta mucho distinguir entre el peloteo y las auténticas ganas de trabajar. Sólo cuando dejan de estar en puestos de primer orden ven quiénes les dan la espalda y quienes siguen fieles a su causa. Lo malo es que ahí ya es demasiado tarde.

Jaime no mira desde arriba, o al menos ha visto las cosas mucho tiempo desde abajo y los lados; sin embargo, la tentación es grande cuando los expertos en el arte de tirar de la levita sacan sus encantos a relucir. Hay una experiencia previa, la de otras listas y comités que se han creado en los últimos años. ¿Cuántas de esas personas han trabajado y cuántas simplemente vieron colmadas sus expectativas con el hecho de estar ahí? ¿Cuántas personas desean ser concejal porque creen que realmente tienen algo que aportar a su ciudad y cuántas por salir en el periódico?

Evidentemente, hay un componente narcisista en la política. El que lo niegue, miente descaradamente. Todos los que en algún momento hemos estado vinculados a ese mundo lo hemos hecho un poco por salir en la foto, para qué negarlo, pero algunos también porque pensábamos que teníamos algo que aportar. El problema, para quien elige a la lista, es filtrar. ¿Cómo distingue uno a quién está ahí porque cree en su ciudad de quién busca figurar? No es fácil, pero la primera receta es hablar con la persona en cuestión durante más de lo que dura un café.

Deseo a Jaime mucha suerte y sabiduría en su elección, porque es posible que en esa lista se juegue dos cosas: gobernar y hacerlo bien.

1 comentario:

  1. Nó sé, no sé; hablas de peloteo ,afán de protagonismo, salir en la foto, traicionar al cabeza de lista , deslealtad a los principios y a los compañeros; ¿en quién estarás pensando? No me lo puedo ni imaginar; o quizás sí, ¿quién sabe?

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