Ayer en Lugo tuvimos visita del Presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. Vino nuevamente a darse un paseo por Lugo y apoyar a los candidatos del PP al Ayuntamiento – Jaime Castiñeira - y la Diputación – José Manuel Barreiro. Feijoo ha venido a Lugo, y según PSOE y BNG es porque no creen que se gane en la ciudad. Entonces, si están tan seguros de ganar, ¿para qué traen a Pepe Blanco? Si Feijoo no pisara Lugo ¿no dirían que no tiene en cuenta a la ciudad? Pero bueno, si critican igual, al menos que sea porque el Presidente de la Xunta tiene en cuenta a Lugo.
Supongo que los datos que maneja el PP son buenos, porque está prevista una presencia importante del líder gallego de los populares en nuestra ciudad durante la campaña, y si dieran la plaza por perdida no sería así. Tampoco si la dieran por segura, así que la cosa está en el límite, con lo que me reafirmo en mi impresión personal de que en este momento Jaime anda entre los 12 y los 13 concejales, lo que tiene una diferencia importante porque 13 es la mayoría absoluta.
Orozco está muy nervioso, y eso se nota. Hasta parece que está intentando recuperar las más gloriosas frases de don Alfonso Guerra, como la que dedicó ayer a Feijoo (Tahúr del Misisipi, término acuñado por Guerra en 1980 para referirse a Adolfo Suárez). Le falta el gracejo y la ironía de Guerra, pero a lo mejor aprende de aquí a fin de mes.
Que una jueza haya afirmado en una sentencia que en su opinión hay poderosos indicios de delito por parte de Orozco y su tropa en el tema de las torres del parque, puede ser la puntilla para dar el empujón final a un Jaime Castiñeira que tiene a su favor el viento de cola de las siglas populares y la caída libre de las socialistas. En contra tiene, ya lo sabemos, el eterno compadreo PSOE-BNG, que garantiza (Bao dixit) que pase lo que pase el PP no gobernará si no es con mayoría absoluta. Dejemos a un lado que el BNG hace un entreguismo atroz al PSOE (es su única posibilidad de pisar moqueta), y que Orozco ha de contar con los votos de sus denostados nacionalistas (sin ellos no tiene posibilidad de repetir como alcalde). La democracia discutible de esa afirmación de Bao no es sino reflejo de una realidad incuestionable: votar PSOE será lo mismo que votar al BNG y viceversa. A ver cómo explican eso a sus votantes si no es diciendo “¿odias más al PP o al BNG?”.
Las elecciones del 22 de mayo no son una alternativa entre Castiñeira, Orozco y Bao, sino entre Castiñeira y Orozco+Bao. Descartada la mayoría absoluta de Orozco (la de Bao entra en el campo de la ciencia-ficción), sólo queda optar por un gobierno en solitario de Jaime o la reedición del bipartito PSOE-BNG, que tan buenos resultados dio en la Xunta o en la Diputación (se ruega lean lo anterior con tono irónico), donde se repite el esquema del 2x1 que está muy bien para los supermercados, pero regular tirando a mal para las presidencias de organismos públicos.
Nos quedan algo más de dos semanas. Da tiempo a pensarse bien las cosas. Yo, tal y como están las cosas, apostaría por un 13 PP, 10 PSOE y 2 BNG.
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