Con un 12 y pico de paro que en personas son 700.000 desempleados, Portugal se prepara para unas elecciones generales marcadas por la indignación del pueblo con sus líderes y la impresión de un cambio político hacia el centro-derecha. En España, mientras tanto, con cinco millones de parados, un 20%, estamos acampados en las plazas discutiendo el sexo de los ángeles.
No me entiendan mal, que parece que estoy contra el 15M y todos esos movimientos, nada más lejos. Lo que me preocupa es que funcionen como la casilla de fines sociales de la declaración de la renta, que es una especie de vacuna contra la mala conciencia. Gente super progresista (algún día entraremos a ver esa palabreja con detenimiento) que gana un montón de dinero no da ni un céntimo a nadie porque ya marca la casilla y con eso se siente super solidaria, osea. Alguien tendría que estudiar qué pasaría si marcar esa casilla te subiera los impuestos. No la marcaba ni el Tato.
A lo que iba, lo del 15M no está nada mal, hace que muchas personas reflexionen sobre temas estructurales e importantes para España, pero me preocupan dos cosas: la primera es que no se araña más que la superficie de los temas, usándose eslóganes atractivos e ideas que, como las que traté hace un par de días en este blog, son muy sonoras pero poco prácticas. La segunda preocupación es que parece que con eso ya está, que nuestra sociedad lo único que puede hacer es poner verdes a los políticos y los bancos y que con eso ya saldremos de todos nuestros males. Lamento comunicarles que no, que así no vamos a ningún sitio.
Volviendo al título del blog, que habrá sorprendido a más de uno, diré que no conozco ningún país que esté pasando por una crisis del tamaño de la de España y que sepa que tiene un presidente interino, que ya ha tirado la toalla pero que se niega a bajarse del coche oficial. Lo suyo, entiendo yo, sería convocar elecciones pero entiendo que al PSOE no le interesa llamar al pueblo a las urnas para que le den una patada en el culo. Si alguien pensaba que los malos resultados en el 22 de mayo iban a provocar unas elecciones, estaban equivocados, es al contrario: cuanto peor fuera el resultado más difícil sería convocar elecciones para un partido que las iba a perder por goleada.
La solución para España a corto plazo, descartadas las elecciones, es la investidura de Rubalcaba como Presidente del Gobierno. Zapatero no es que esté desgastado, es que no está. La Moncloa huele a muerto desde hace bastante, y la única forma de que los inversores metan pasta en nuestro país (les guste o no les guste es parte de la solución) es con alguien que les de confianza. No estoy diciendo que Rubalcaba lo vaya a conseguir, no lo sé, pero lo que está claro es que Zapatero no.
Si Rubalcaba quiere ganarse la confianza del electorado tiene unos cuantos meses por delante, pero no para prometer sino para demostrar su valía. Si Zapatero renuncia, y ni el más socialista de los socialistas dudan que eso fuera bueno para España, creo yo, Don Alfredo podría marcar las pautas de su gobierno y explicarnos por la vía de los hechos hacia dónde nos quiere llevar. Tal y como están las cosas los números sólo pueden mejorar así que es probable que hasta eso le ayudara en la campaña.
Por todo esto, animo a todos a solicitar la salida de Zapatero del gobierno y la entrada de Rubalcaba, pero ya, antes del verano. Demuestren con hechos que sí tienen ideas y proyectos de futuro para este país. Ahora pueden hacerlo, después de las elecciones a lo mejor no.
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