No suelo utilizar lenguaje tan soez en este blog, pero es que estoy citando a terceros. Verán, el ex-delegado del gobierno en Galicia, señor Cortizo, que además aúna la condición de ser el nº 2 del PSOE por Coruña al Congreso de los Diputados, fue quien vomitó los términos de “cabrones y mezquinos” refiriéndose al PP por su actitud sobre ETA, además de la lindezas dedicadas durante años por los socialistas a populares por su “utilización del terrorismo" de forma electoral.
El día de ayer nos trajo la última maniobra de Rubalcaba, a la desesperada, para intentar captar votos: arrogarse el presunto fin de la violencia de ETA (¿qué fue de aquello de que lo habíamos logrado “entre todos” y “desde la unión del Estado de Derecho”?) y erigirse como los únicos garantes del mantenimiento de la paz. Vamos, lo que viene siendo una amenaza en toda regla: el mensaje subliminal es “Miren que si gana el PP, ETA va a volver a matar”. Imagino que Cortizo lo estará llamando “cabrón y mezquino” en los mítines. No crean que lo critico porque piense que esto va a beneficiar al PSOE. Dudo mucho que la gente trague con un tema en que el Gobierno sólo ha acertado cuando ha hecho lo que le reclamaba la oposición, pero me niego a extenderme más sobre el tema para no hacer justo lo que critico: usar a ETA como argumento de campaña.
En cuanto a lo de la cobardía, es una acusación bastante frecuente que se hace desde el PSOE a quienes rehúyen el debate, y francamente, estoy de acuerdo siempre que se trate de debates no sesgados. Ese el caso del señor Blanco en Lugo. Aceptó participar en cuatro debates, a saber, uno en Televisión de Galicia, otro en la Radio Galega, el organizado por UNAVE y otro en la Cadena SER. Hoy se celebra el tercero, el de UNAVE, y, pese a su confirmada asistencia, tampoco va a venir. Y van tres de cuatro en que hace la espantada.
Evidentemente, Blanco está muy ocupado ahora, no en sus tareas ministeriales, sino intentando no salir esposado en los telediarios antes del día 20 de noviembre, que quedaría muy feo. Ha justificado que no va a dar explicaciones del tema de Dorribo y la gasolinera diciendo que «Como creo en la democracia, de aquí a las elecciones tengo que cumplir con mi obligación y seguiré concentrado todas las horas del día para que el Partido Socialista gane en las urnas, y nada me va a distraer».
Siguiendo una lógica aplastante, entendemos que su táctica para que “el Partido Socialista gane en las urnas” es esconderse debajo de una piedra igual que hacen con Zapatero. Quiero decir, que si está “concentrado todas las horas del día” y ni así tiene tiempo para comparecer ante los ciudadanos de Lugo en debates que aclaren ciertos temas (no necesariamente lo del Caso Campeón, sino otros de interés general) no sé a qué dedica su tiempo entonces.
Blanco afirma que estará “en una situación de indefensión, como poco, hasta el 20 de noviembre”. Aunque judicialmente sea cierto y no pueda, aparentemente, ir a declarar antes de que lo llamen, nadie le impide dar explicaciones ante la ciudadanía de su punto de vista, aportar públicamente las pruebas que dice tener, y esclarecer ante sus posibles votantes las sombras que le acechan. Hasta el Partido Socialista de Cataluña, que va por libre cuando le apetece, le pide que de esas explicaciones. A lo mejor forman parte de la maligna campaña del PP para cargarse a Blanco.
Hoy, a las ocho de la tarde en el Instituto Virgen de los Ojos Grandes (vamos, el Femenino de toda la vida), los lucenses tienen la oportunidad de preguntar lo que quieran a los cabezas de lista del PP (Joaquín García Díez) y BNG (María Xosé Vega Buján). Del PSOE se tendrán que conformar con el número 2, porque Blanco, o se cree demasiado importante para hablar de tú a tú con los lucenses, o tiene miedo a dar la cara y que le puedan preguntar libremente sobre los premios que gana en las gasolineras.
Vaya usted a saber sus motivos, pero me va a costar mucho no pensar que es un cobarde cada vez que lo vea.
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