Ayer Paz Abraira, una de los dos concejales del BNG que sostienen artificialmente a Orozco en la alcaldía, tuvo un gesto que le honra. Mostró una coherencia poco habitual al ofrecerse a aclarar todos los datos y aspectos que sean necesarios del parque de energías alternativas del Ceao. Ese parque fue realizado por Orozco (de ahí el nulo sonrojo de Abraira por poner verde a su jefe, cosas de la política) y nos ha costado a los lucenses nada menos que 756.000,00 €, más que la cafetería del parque que ya es decir. De ese dinero 181.000,00 € eran de una subvención del ministerio correspondiente que ahora probablemente hay que devolver, ya que el chiringuito sigue sin funcionar, y sólo ha generado en una década 9.500,00 € hace tiempo. Ahora no genera más que dudas.
La coherencia de Abraira es parcial, en cualquier caso, ya que su partido, el BNG, acaba de pasar la apisonadora interna para laminar a toda oposición que pudiera tener el grupúsculo en el poder. Les explico. El BNG no es un partido político al uso. Es una agrupación de muchos partidos, con sus líderes respectivos y corrientes ideológicas diferentes. Lo que pasa es que han sido bastante listos y saben que por separado no tienen nada que hacer. Tuvieron un líder en su tiempo, Beiras, que fue el que concentró todas las sensibilidades para poder subirse al coche oficial, y lo consiguió.
Estos días tuvieron un aquelarre en que intentaron limar asperezas. Consiguieron justo lo contrario. Ahora nos encontramos con que en esa nube de partidillos el que manda es la Unión do Povo Galego, y que pide que se respete “la voluntad de la mayoría”. En las inmortales palabras de Federico Trillo: “¡Manda huevos!”. Que quienes no respetan la voluntad de la mayoría en ningún ayuntamiento, diputación, ni organismo al que se arriman pida justo lo contrario para sí mismos no deja de ser de chiste.
Estaría bien que la UPG se pasara por Lugo y pidiera el respeto a esa mayoría. Los dos concejales del BNG en la ciudad tendrían que dejar que Jaime Castiñeira fuera Alcalde de Lugo y que el PP gobernara en la Diputación. Es lo que han pedido a sus colegas en el congreso interno, pero una cosa es lo que se hace dentro y otra lo que se hace fuera, sobre todo si hay sillones en juego.
Respetemos a la mayoría, cuando la mayoría es nuestra. Es el resumen de la coherencia del BNG. Lo siento por Paz Abraira, reconozco que es una persona trabajadora y eficaz, incluso coherente en muchísimos aspectos, pero si lo fuera completamente no sería concejala del gobierno, sino de la oposición que es a donde los lucenses la han enviado claramente en las urnas. No hay interpretación posible que justifique que con dos concejales de veinticinco uno esté dando órdenes, salvo la dictadura de las minorías.
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