Señales con pies de barro

Que los tiempos no están para andar tirando el dinero es algo que todos sabemos sobradamente. Cuando un Ayuntamiento hace una actuación se supone que debe ser pensada para permanecer en el tiempo, y preferiblemente con un coste proporcional a su utilidad y duración.

En Lugo se echaba de menos una señalización turística, y se está instalando en estos días una que cumple muchos requisitos que eran muy necesarios. En ese sentido, hay que felicitar al Ayuntamiento por la iniciativa que, más de 11 años después de la declaración de la Muralla como Patrimonio de la Humanidad, venía siendo una imperiosa necesidad.

La nueva señalización me parece razonablemente elegante, quizás demasiado concisa en sus explicaciones, aunque para eso ya están las guías turísticas, y se echa de menos que, además de en gallego, castellano e inglés haya un par de idiomas más dedicados a personas que se dejan caer por Lugo como portugueses, italianos y franceses, pero reconozco que esto no es sólo discutible sino que puede ser incluso excesivo.

Por supuesto ahora toca el “pero”.

Por el amor de Dios, ¿alguien puede justificar cómo se puede ser tan sumamente chapucero a la hora de instalar una señalización de este tipo en un recinto histórico? Fíjense en la “cimentación” que han hecho en la primera de las fotos, de la señal la de la Plaza de la Constitución (últimamente parezco obsesionado con esta plaza, pero es que me coincide pasar mucho por allí) o en la segunda, que corresponde a los pies de la señal instalada en la Iglesia de A Nova, en la calle de la Reina.

¿De verdad creen que a un particular le dejarían hacer esa mamarrachada en suelo público, en pleno casco histórico y, para más INRI, justo frente a nuestros principales monumentos?

Por si esto fuera poco, me gustaría saber de qué materiales están hechas estas señales, su coste y su duración prevista. Supongo que, conociéndonos, no serán precisamente baratas, y ya  hemos gastado mucho dinero en este tipo de señales en el pasado cuya duración ha sido más bien escasa. Les voy a poner un ejemplo, que también lo es de cómo se hacen las cosas en el Lugo de Orozco. Si van ustedes a la plaza de la Constitución (otra vez), verán que aún está instalada una señal de las anteriores, que se pusieron hace menos de 10 años. Está en  un estado lamentable a pesar de que la intención, cuando se pusieron, era que durase décadas vistos los materiales empleados. Por cierto, en una señal dice que la puerta se abrió en 1887 y en otra que en 1888. Curioso.

¿Vamos a estar pagando señales cada x años de materiales que se supone que se instalan para que perduren? ¿No podrían tener el detalle de retirar las antiguas al instalar las nuevas para que, al menos, no demos esa sensación de chapuza que tanto se da en nuestra querida ciudad?

Fíjense el estado en el que están las señales antiguas, tanto el pie, que puede tener disculpa porque será uno de esos materiales tan modernos que se oxidan y “son así”, como el cartelón, cuyo estado es menos defendible.

Bien por la señalización turística, pero a poder ser estaría bien que la hicieran con algo de “sentidiño”, que escasea bastante. Si gastamos cuartos que no sea en señales con los pies de barro.