Un argumento en teoría debería sostenerse por sí mismo. El problema es cuando dicho argumento en realidad esconde una motivación diferente de la aparente y sólo se convierte en una disculpa para dar palos a un adversario, ya sea político o de otro tipo. Por ejemplo, decir a voz en grito que los recortes en educación van a empeorar la formación es un argumento aparentemente válido (si fuera sin el grito, mejor aún, pero bueno, cada uno se expresa como puede) pero que puede ser una artimaña política.
La Educación con mayúsculas de este país ha caído en picado en las últimas décadas. Cada generación está menos preparada que la anterior, aunque quizás con más títulos. Hablar de derecho con un licenciado de hace treinta años es un placer, hacerlo con uno de hace cinco una tortura. Las gestorías, que se nutren de gente con poca experiencia (eso es normal, ahí van a adquirirla también) son un caldo de cultivo de nulidades que no tienen ni idea de a dónde se envía un papel. Cada vez que uno va a un médico que tiene menos de cuarenta años se echa a temblar… Si lo llevamos a los quinceañeros la cosa se pone más negra aún. Estos hijos de la LOGSE estudian con gran detalle los afluentes del río Miño a su paso por Galicia, pero no tienen ni la más remota idea de dónde está el Volga o cuál es la capital de Turquía. Su ortografía se reduce a las “k” y las abreviaturas de los sms y los Reyes Católicos o Franco les suenan a “gente de antes, no sé”.
La generación de los que nacimos en torno al año 75 tuvimos el privilegio de estudiar la EGB, que ni era la barbaridad de nuestros padres con tribunales que te examinaban con diez años o menos, ni la coladera que es ahora. Lo de “la letra son sangre entra” se sustituyó por una figura de autoridad, siempre apoyada por los padres, de un profesor que lidiaba con cuarenta niños y no solía tener mayores problemas salvo con los “gamberros”, y hasta estos tenían sus límites.
El problema de la educación, señores míos, no es económico. La educación no (sólo) es cosa de números. Es evidente que 25 niños en un aula estarán mejor atendidos que 40, pero no podemos hacer de esto el caballo de batalla y pensar que con reducir el número de alumnos por profesor vamos a arreglar nada. Mientras en las casas no se enseñe educación, respeto, disciplina y acatamiento a la autoridad del maestro es imposible que esos sufridísimos funcionarios puedan sacar un programa decente adelante.
Cuando yo estudiaba un profesor podía sacarte al pasillo, mandarte a hablar con el profesor, reñirte y, la mayor de todas las amenazas, llamar a tu casa. Hoy, gracias a una política que además de absurda es suicida, los padres en lugar de dar credibilidad a un adulto de 40 tacos se la da al cabestro de su hijo de 12, y ante un suspenso en lugar de reñir al crío se va contra el profesor. Los tiros se vuelven a las escopetas.
Un aula no es una democracia, eso es lo que muchos parecen no entender. No hablamos de una igualdad entre profesor y alumno porque sin una vara de mando es imposible que un crío haga lo que tiene que hacer. Es como la tontería de que “mis padres son mis colegas”. Pues muy mal, tus padres son tus padres y aunque sean buena gente y lo que tú quieras en ciertos momentos tienen que ejercer la autoridad que como tales deben utilizar cuando te desmandas.
Mientras el profesor no tenga autoridad, mientras los padres, con una dejación de funciones que raya lo criminal, pretendan que el colegio eduque a sus hijos (en el colegio dan cultura, la educación te la dan en casa), mientras que nuestras normas se ablanden para reducir el nivel de la clase al del más tonto para que nadie se sienta discriminado… no vamos a ningún sitio. Ni con un profesor por alumno.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarVeo cada día a padres que me dicen que sus hijos no tienen valores, que no saben lo que les enseñan en el colegio... y se me abre la boca como a un besugo.
No entiendo a los padres que desautorizan a los profesores, no entiendo el "colegueo" entre padres-profesores-alumnos, todos deberíamos tener claro nuestro lugar.
Por suerte he conseguido rodearme de gente que piensa como yo, de los de "si te han castigado, algo habrás hecho" (y luego hablo con el profesor, para enterarme si es que es realmente importante y actuar si es necesario), de los que creemos que a los niños se les educa en casa y que el cole es para aprender. También es verdad que hoy, por suerte, hay muchos tipos de colegios que ayudan a formar personas con diferentes valores, haciendo que sea posible que en casa y en el cole se hable de cosas muy parecidas.
Pues eso, que hoy me has tocado uno de mis temas "favoritos" y no he podido evitar el comentario.
Don Marcelino Domingo, ministro de instrucción pública, cuando a las cosas se les llamaba por su nombre, de la República decía:"Que en cada niño analfabeto se suicida un pueblo". El contexto de la frase está en la necesidad´de la instucción en España y la obligación de los poderes públicos de satisfacer esa necesidad.Pero qué decir cuando son esos mismos poderes públicos ,que nososotros elegimos,los que promueven el analfabetismo y llevan a su propio pueblo a un genocidio cultural.Desde nuestra Constitución casi llevamos una ley de educación por legislatura( otro día hablaremos de la incontinencia legislativa de nuestros políticos), cada vez con peor resultado. Y yo me pregunto no debería de ser este tema de la educación, junto con sanidad y pensiones, algo consensuado definitivamente y alejado del debate/teatro político.Parece que nuestors políticos no están por la labor y creen que a traves de sus varitas mágicas, digo a golpe de BOE acabarán con el paro, mejorarán la educación y seremos FELICES Y COMEREMOS...
ResponderEliminarEl caso de nuestro bachiller, que falta hácía cargárselo sino simplemente mejorarlo con nuestra asignatura pendiente del idioma.Pero no primero hay que desprestigiarlo, empezando por el profesorado par luego eliminarlo.Yo tuve la suerte de asisitir al instituto cuando aún existía esa incomparable casta de los catedráticos de instituto cuyo prestigio estaba incluso por encima de los de la universidad y de los que en Lugo tuvimos representantes señeros.Pero parece que los políticos necesitan ovejas y no personas que piensen y lo primero es cargarse la educación. Una de las causas de esta crisis es que en todos los estamentos de poder y sobre todo en la política tenemos gente que no progresa adecuadamente sino es en la avaricia.Debería de haber un Nuremberg ejemplificante para todos aquellos que han suicidado a este pueblo.
ResponderEliminarTem resposta no "artigo" que nos adicou...
ResponderEliminarhttp://historiasdesdelugo.blogspot.com.es/2011/12/la-esvastiquina.html
Gracias por su interés pero por primera vez desde que tengo este blog me he visto impulsado a eliminar su "respuesta" ya que si se dan por aludidos como neonazis no tienen cabida aquí.
EliminarPois agora só teria que escrever um artigo sem mentiras, simplesmente. No referente à falta de liberdade de expressom já estamos mais que acostumados, nom se preocupe.
ResponderEliminarSaúdos
Hay grandes diferencias de opinión, pero también en la forma de usar el lenguaje. Donde usted habla de "mentiras" yo lo sustituyo por "opiniones", y como tales no las hay verdaderas o falsas, sino simplemente respetables y no respetables.
EliminarFrancamente, la xenofobia y el racismo a mi entender entran claramente en el segundo grupo, y entiendo que no deben estar muy orgullosos de sus opiniones si se ven obligados a esconderse tras unas siglas o el anonimato de Internet.
Un saludo.