Lugo no es una ciudad especialmente entretenida, hay que asumirlo con naturalidad. Eso no es necesariamente malo, ya que no hay nada más útil para rellenar tiempo libre que desarrollar sanas aficiones como pueden ser el deporte, la lectura, hacer puzzles o fotografiar abejarucos (que, por otra parte, no tengo ni idea de si en Lugo hay bichos de esos, pero si no los hay, pueden valer gorriones, que de esos sí tenemos). Para estas actividades la tranquilidad es requisito previo, y en Lugo de esa tenemos para exportar.
Lo que es un poco más raro es ver que de las pocas cosas que hay para hacer en lugar de reforzarlas cuando la gente tiene más tiempo libre, se recortan. La piscina municipal de Frigsa, la descubierta quiero decir, en lugar de cerrar a las 21:00 como todos los días de diario, los fines de semana cierra a las 20:30, media hora antes, con lo que a las 20:00 te hacen salirte del agua. Vale, no es mucho tiempo de recorte, pero ¿qué lógica tiene? ¿no sería más conveniente hacer justo lo contrario?
Por otra parte no veo tampoco excesivamente lógico que se fije un calendario (del 15 de junio al 31 de agosto) para la piscina exterior sin tener en cuenta la climatología. Ya sé que es muy complicado hacer de otra manera, y que la Administración es lenta y rígida, pero quizás ver que en los últimos años la primera quincena de septiembre, o el mes entero, está siendo mejor que junio o incluso que julio podría hacer que se modificara un poco el calendario o al menos se previera la posibilidad de abrir en otras fechas.
A pesar de tener un río importante pasando por nuestra ciudad, hay pocas opciones para echarse al agua en espacios públicos en Lugo. El Fluvial es privado, con lo que si no eres socio no tienes opción, y los otros accesos practicables son en los Robles o en las islas. Las noticias que salen habitualmente de las barbaridades que sacan del río no animan precisamente a meter los pies descalzos en ese agua. En eso reconozco que yo soy más de piscina quizás por la tranquilidad de ver bien dónde te estás metiendo.
El BNG estaba obsesionado con hacer una playa fluvial pública, iniciativa que no sólo comparto sino que aplaudo firmemente. Se les pasó la obsesión al llegar al poder por la vía de la rendición de Orozco, quien para mantenerse de alcalde cedió ante sus deseos de gobernar un 50% de Lugo con dos concejales. También se les olvidaron otras ideas como la modificación del PEPRI, la eliminación de las torres del Garañón o aquella “teima” que tenían con lo malvado que era Orozo para Lugo.
Otro verano está tocando a su fin, al menos administrativamente, ya que queda una semana para el cierre de la piscina. Septiembre probablemente sea un mes caluroso. Pues ya saben, a llenar la bañera.
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