La publicidad, como ya hemos hablado en alguna ocasión, es fiel reflejo de nuestra sociedad. En tiempos en que la gente es medianamente educada uno no se encuentra anuncios chabacanos como los que padecemos ahora, y cuando nuestra educación básica decae también lo hace la corrección de quienes, a través de la identificación con nosotros, pretenden colocarnos sus productos.
Pero hoy no voy por ahí, sino por el escándalo que se ha armado en Suecia ante la noticia de que Ikea, la multinacional de los muebles “carga con él a casa y móntalo tú mismo” (nada que decir sobre esto, que yo tengo una pila de muebles de Ikea) ha eliminado de su catálogo para Arabia Saudí a las mujeres que aparecían en la publicación. Photoshop que te crió para sacar a las señoras modernas que se podían ver en el catálogo, y que tenían la desfachatez de dar la impresión de que hasta podían trabajar o algo así. ¡Inconcebible! En un país en que una persona por el hecho de ser mujer no puede, por ejemplo, tener carnet de conducir es una aberración que aparezca en pie de igualdad... como si pudiera elegir los muebles.
Uno se pregunta, si han llegado a ese punto, cuál es la política de una empresa de este estilo en lo relativo, por ejemplo, al personal. ¿Tendrán mujeres trabajando en las tiendas? Ya no digo dirigiéndolas, que eso ya asumo que no, sino simplemente informando de que “la estantería Bôünstraders se ha agotado y hasta el día 5 no nos viene”. A lo mejor se ofende algún prehistórico de esos si el dependiente que le atiende tiene tetas.
Me preocupa que, ya no occidente, sino la civilización, se pliegue a los designios medievales de una sociedad anclada en el siglo XII por un mero interés comercial. Obviamente a esta gente se le consienten estas cosas porque tienen petróleo, que si no ya veríamos cómo les iba, pero quizás el resto del mundo debería empezar a plantearse a qué precio se pagan los barriles, y no me refiero a dólares.
Que en Arabia Saudí, Irán, o cualquier otro país al que le faltan unos 500 años para llegar a entender conceptos tan sutiles como “democracia”, “voto”, “urna” o cosas así, no se permita publicar viñetas de Mahoma, pues miren, ellos mismos. Que en Inglaterra, Francia o España nos echemos a temblar por lo mismo por si al día siguiente te meten una bomba o un tiro entre las cejas, ya me preocupa bastante más.
El Ministerio de Exteriores, en su página web, publica una serie de "recomendaciones" en el apartado "costumbres" para visitar Arabia Saudí. Les invito a echarles un vistazo. Si después de verlos les apetece ir de viaje allí, personalmente les recomendaría una consulta con un psiquiatra de renombre, para que se lo miren.
La globalización es un asco, pero en esto podría echarnos una mano. Siempre se ha dicho que la televisión y las suecas en minifalda abrieron más la España franquista que cualquier reforma política. A lo mejor si las señoras saudíes tienen posibilidad de ver la tele (cosa que dudo) o se van acostumbrando a ver que hay mujeres que hasta son consideradas personas en occidente (otro concepto revolucionario), empiezan a pensar en la remota posibilidad de tener esos mismos derechos.
He mirado por curiosidad la web de Zara en Arabia Saudí. Es normal, con mujeres y todo. Me alivia saberlo.
Eso sí, si yo fuera Inditex, Ikea o cualquier otro monstruo comercial de este tipo me pensaría, ya no dos veces, sino 27, la opción de retirarme elegantemente de esos países. Probablemente pierdan pasta ahí, pero les garantizo que dormiríamos mejor, no sé si ellos, pero muchos otros sí. Después de todo Inditex es gallega y uno se identifica con esas cosas.
Y todavía alguien se creera que fue cosa del franquiciado.
ResponderEliminarhttp://franchisor.ikea.com/statement_cat_sa.pdf
No solo las mujeres, tambien hombres de otras razas e incluso las fotos de las diseñadoras de los productos.
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