Tal vez hayan visto el debate de ayer por la noche y tal vez no. Si no lo han visto les cuento más o menos de qué fue la cosa. Dos candidatos, una moderadora, una mesa enorme, un plató aséptico que parecía más una mesa de operaciones que una tribuna de debate (por curiosidad, ¿se han fijado que en España los debates siempre son sentados y los americanos casi siempre los hacen de pie?), y sendos discursos previsibles.
No estuvo muy fino ninguno de los dos participantes, uno porque quizás no es un gran orador y el otro porque nos esperábamos más de él. Es lo malo de generar expectativas altas. Confiesen que no hace falta que les diga quién es quién porque lo saben perfectamente. Se les han venido los nombres a la cabeza según leían. El subconsciente es una gran cosa.
Empezando por Feijóo, creo que estuvo razonablemente ágil y que contestó a Pachi Vázquez con cierta calma, pero me dio la impresión de que se fue calentando según iba avanzando el programa. No lo vi nervioso, pero sí me pareció que se cabreaba por el discurso de Vázquez, aunque se controló bastante bien. Se le escaparon unas cuantas veces los términos “señoría”, supongo que por la costumbre de debatir en el Parlamento (pero queda raro en un debate), y eché de menos que contestara al discurso generalista de Vázquez en que se hacía el abanderado de los pobres y los oprimidos del mundo, en plan letra y música de “la internacional”.
Por su parte, Pachi se dedicó todo el rato a hablar de “las familias, los parados, los jubilados”... Evidentemente queda muy bonito decirlo una vez, o dos. Cuando repites y repites y repites es cansino y suena forzado. Su intención era obvia: presentarse como el defensor del pueblo y de los débiles frente a un gobierno malvado y opresor. Parecía que fuera el líder de la Resistencia en la Francia ocupada, en lugar de miembro de la organización que rigió los destinos de este país hasta hace unos meses. Defendía ser el valedor de los pensionistas tras haber congelado su partido las pensiones; de los funcionarios cuando el PSOE bajó los sueldos a todos... Esas cosas.
El error más grave de Vázquez, en mi opinión, fue insistir tanto con que no había contratos con PEMEX a pesar de que la evidencia indica lo contrario, ya que la propia empresa lo ha confirmado. Lo dijo tantas veces que parecía que lo estaba deseando, tal vez en un suicida intento de dañar a su oponente haciendo la puñeta a toda Galicia. Por otra parte la explicación dada por Feijóo de que no se puede hacer público el contrato porque las cláusulas lo prohíben, francamente suena rara. Quizás deberían hablar con los mexicanos para pedirles que permitan enseñar aunque sea la última página, donde van las firmas, para cerrar la boca a todos los que pongan en duda el tema de si existe o no existen los puñeteros contratos y tranquilizar a los 3.000 empleados que deben de estar durmiendo mal.
Hay políticos que saben hablar y otros que no. Por ejemplo, ideologías a un lado, Guerra era un parlamentario brillante al igual que Rajoy o Beiras (por poner un caso de cada). Feijóo suele hablar bien (no me meto en el contenido sino en el continente) pero ayer no tuvo su mejor día. A Vázquez no lo puedo juzgar demasiado porque lo he escuchado pocas veces, pero en general no me parece excesivamente bueno en oratoria. Lo veo encorsetado en soltar una y otra vez los mismos argumentos vengan o no a cuento.
Por ejemplo, Feijóo abrió hablando del paro. Al medio minuto Vázquez le reprochó que no quería tocar el tema del paro. En la respuesta Feijóo, además de decirle “oiga, si es con lo que he abierto” volvió a darle al tema y explicar su postura. Vázquez repitió “veo que usted no quiere hablar del paro”... Si yo fuera Feijóo tal vez habría saltado sobre la mesa, porque me pone de muy mala uva que alguien venga con el discurso preparado sin ser capaz de adaptarlo a las circunstancias.
Otra cosa llamativa es que Pachi no fuera capaz de dejar de interrumpir a Feijóo todo el rato. Éste por su parte cayó un par de veces en la tentación de hacer lo mismo (queda feo), pero en general mantuvo la compostura bastante más. Hasta tuvo un par de puntitos de humor cuando en respuesta a su afirmación de que Galicia está entre las tres comunidades con más profesores por alumno Pachi le dijo que “es que ha bajado el número de alumnos”. “Y también tendré yo la culpa de eso”, le contestó Feijóo. No le salió mal.
La mejor parte del debate para Feijóo fue la que creo que le debió gustar menos, la del “autogobierno”. Jugó la carta del nacionalismo como muleta obligatoria de Vázquez para llegar, si el PP pierde la absoluta, a la Xunta, y de que el programa electoral del PSOE es irrealizable de entrada porque se verán obligados a pactar con, como mínimo, una o dos fuerzas más. Le planteó si cedería a los planteamientos del nacionalismo en este tema y Pachi no contestó, principalmente porque no puede hacerlo. Vázquez, creo que equivocadamente, hizo veladas referencias a “otras autonomías” con más autogobierno, y ahí Feijóo tuvo su mejor frase de la noche: “¿Quién tiene más autogobierno? ¿Una Cataluña intervenida o una Galicia saneada?”. Tampoco estuvo mal su reflexión sobre que Cataluña, Valencia y Andalucía, las tres comunidades que reformaron sus estatutos, están pidiendo rescates.
Por último les hablo del tema de los datos, que siempre pasa igual. En otras ocasiones, y también lo mantengo en ésta, he defendido que antes de un debate de este tipo los datos deberían “cerrarse”. Es decir, que una semana antes del debate (por ejemplo) los intervinientes deberían tener la obligación de entregar a un moderador independiente los datos que van a usar y sus fuentes, para que puedan ser contrastados. No es lógico que nos metan un barullo de cifras en el que creo que se pierden hasta ellos y que encima suelen ser contradictorias. Al final casi no nos ha quedado claro si el paro ha subido o ha bajado.
A los medios les encanta dar “ganador” a uno u otro. Me resisto a dar mi opinión expresa aunque, como es obvio después de leer lo anterior, lo tengo bastante claro. De todas formas fue un debate bastante aburrido, no me ha parecido excesivamente enriquecedor. Aún así, creo que en los debates el ganador es el espectador, que puede aclarar un poquito más quién le da más tranquilidad o confianza. Lo demás, francamente, es marear la perdiz.
NOTA: Las frases entrecomilladas no son citas literales sino acotaciones para separar la idea que creo que quisieron transmitir. Las puse entre comillas porque no sé cómo ponerlas sino para separarlas de mis propias aportaciones. No me vengan luego con que cito mal, están avisados ;)
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