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martes, 30 de octubre de 2012

Proporcionalidad

Hablábamos ayer de Amancio Ortega y su donación de 20 millones de euros a Cáritas. Por la tarde se me ocurrió hacer un experimento contable y me puse a calcular cuánto supondría eso para su economía en comparación con una “normal”.

Vamos a suponer que una persona que tiene vivienda propia y esas cosas tiene un patrimonio de unos 150.000 euros en total (es un suponer). Alguien que ya esté con el riñón más cubierto y que tenga algún pisito (el típico heredado el que tenga la suerte de tenerlo, el apartamento en la playa...) podríamos suponer que tiene un patrimonio de unos 250.000 euros aproximadamente. Insisto, es un decir, porque yo no llego a eso ni de coña, pero es una forma de establecer un inicio.

El señor Amancio Ortega tiene una fortuna de unos 38.000 millones de euros, que no está mal. Ha dado a Cáritas 20 millones a gastar entre lo que queda de 2012 y el 2013. Una simple regla de tres nos permite concluir que para el supuesto de la persona “normal” esto equivale a 79 euros más o menos y para el otro, el de la multipropiedad, unos 131 euros. ¿Ha dado usted a la caridad sus 80 euros, hermano? Y si el Premio Planeta supone una dotación de 600.000 euros, ¿Lucía Etxevarría ha dado sus 315 a la caridad para poder abrir la boca sobre el señor Ortega?

La proporcionalidad es una gran cosa, porque pone muchas veces las cosas en su sitio. Evidentemente para Amancio Ortega 20 millones son millones como para cualquiera, probablemente sea un esfuerzo incluso menor que los 80 euros para una persona “normal”, pero oiga, que son 20 millones (me repito, pero es que es pasta). Podría haberse comprado un yate o una mansión en la costra brava y lo ha regalado.

Pero no quiero seguir dando la matraca con Ortega. Les voy a poner más ejemplos de las virtudes de la proporcionalidad y su aplicación práctica en nuestro Lugo del alma.

La Muralla sucia
Hace unos meses la Xunta de Galicia hizo la tradicional limpieza de hierbajos de la Muralla de Lugo. Se hace cada x años y siempre que empieza a haber verde en nuestro principal monumento la oposición de turno (el PP en el bipartito y el bipartito en el PP) se ponen como hienas para reclamar “una solución” a este problema, que ninguno soluciona cuando le toca, probablemente porque los dos saben que no se puede solucionar fácilmente.

La Muralla limpia
Aquí se junta el hambre con las ganas de comer, porque, insisto, no es fácil arreglar ese tema salvo barnizando la propia Muralla (no se tiren de los pelos, hay barnices que en las casas de piedra llevan usándose décadas y van de fábula) pero al mismo tiempo es una foto muy jugosa para el aspirante a sustituir al que le toque tirar de las hierbas.

El Ayuntamiento de Lugo, por supuesto, se unió al coro de voces que ponían verde a Feijóo por no tener la Muralla en perfecto estado de revista, olvidando convenientemente su defensa de idéntica situación cuando Touriño era el titular del chiringuito autonómico. Cosas de la política.

¿Y qué tiene esto que ver con Amancio Ortega y sus millones? Mucho. Ahora les desvelo la oculta y reveladora comparación, sólo reservada a iniciados. El Ayuntamiento de Lugo abrió hace años una “ventana arqueológica” en la ruanova a través de la que se ven unas piedras que por lo visto son importantísimas (vamos a fiarnos). La ventana de marras tiene la característica de estar en un plano directamente inferior al adarve de la Muralla, que está hecha de piedras, y no faltó un gracioso que tirase un trozo de historia para cargarse el cristal blindado del “centro turístico”.

La ventana arqueológica en Agosto 2012
Tras muchos años de tener cerrado este fundamental punto de concentración de turistas, privándonos de las excursiones que venían a Lugo a ver las piedras bajo el cristal, por fin se reabrió el vidrio y se puede contemplar nuevamente la supuesta maravilla.

Pero hete aquí que, curiosidades de la naturaleza, en dos meses desde que se abrió el tema la vida se ha abierto paso y ha cuajado de hierbajos la ventana arqueológica, con lo que ahora más que un pedrolo histórico parece el jardín botánico de Pin y Pon (ya saben, “Pin y Pon, Pin y Pon, pequeñitos...”).

La ventana arqueológica en Octubre 2012
¿Es comparable la obligación de mantener limpia una Muralla de más de dos kilómetros y medio con una ventana de un metro cuadrado? En mi opinión sí. La lógica es la misma: o estamos a mantener presentables las cosas o no estamos. Obviamente la importancia de una cosa no es igual a la de la otra, pero tampoco el esfuerzo necesario. No me comparen el presupuesto de quitar las toneladas de hierbas de la Muralla con ir diez minutos con una rasqueta y algo de sentido común a limpiar cuatro piedras.

Lucía Etxevarría debería dar 315 euros a una entidad benéfica para poder hablar mal de Amancio Ortega. Cuidado, tampoco tendría razón aunque los diera, pero al menos no sería incoherente. Aquí lo mismo, cuando el Ayuntamiento limpie su metro cuadrado podrá hablar mal de los demás. Mientras tanto... calladitos están tan guapos...

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