Viene hoy a toda página en la prensa local un resumen la entrevista que Paco Rivera le hizo ayer a José Luis Otero en Punto Radio. Para no perderse una coma.
El tema empezó por la desaparecida matrona de la que les hablaba ayer, que sabe dios dónde anda, pero derivó en una crítica sin paliativos a varias personas del Ayuntamiento de Lugo, empezando por su alcalde e incluyendo en el saco al exconcejal Piñeiro. Les acusaba, entre otras lindezas, de ser corresponsables de la quiebra de Fundiciones Pardo, pero la cosa no quedó ahí.
Imagino que los juzgados de Lugo están bastante sobrecargados, pero aun así no habrán pasado desapercibidas las declaraciones de Otero en que asegura tener documentación sobre el caso Campeón “y de otros” y amenaza con que “cualquier día empiezo a largar”.
También nos cuenta Otero que las farolas que él hacía a 18.000 pesetas la unidad fueron compradas en Madrid por Piñeiro, de forma reiterada, a 180.000 pesetas. Han leído bien, 10 veces el precio. ¿Alguien se imagina los motivos que podrían llevar a buscar una empresa de fuera de Lugo que cobra una farola al precio de diez de la ciudad? Otero hace referencia a que él no pagaba “mordidas”… ¿tendrá algo que ver? Lo dejo a su inteligente criterio.
Creo que ha llegado el momento de plantearse ciertas cosas. Quizás debería haber un listado de precios en que las administraciones pudieran consultar lo que cuestan las cosas que pagan para que las empresas pudieran hacer ofertas. Ya sé que hay unos procedimientos, que si el concurso, que si la licitación y todo ese rollo pero los hechos demuestran que no funcionan.
Yo les propongo lo siguiente: el ministerio correspondiente, que podría ser tanto Hacienda como Administraciones Públicas, podría sacar un listado de precios base para los productos, desde los folios hasta los bancos de la calle, y en base a ese listado de referencia se harían las ofertas ante las administraciones. Cualquier rebaja sobre ese precio se entendería como una mejora de la licitación y un aumento haría perder puntos.
Ya está bien eso de que “como es para la administración y el dinero no duele le calco el doble”, o diez veces más por lo que veo. Hay que tener en cuenta que un bolígrafo vale lo mismo para el Ayuntamiento de Lugo que para la Xunta, e incluso hacer “juntas de compras conjuntas” para abaratar sería una idea. No es lo mismo pedir ofertas para 100 paquetes de folios que para 100 millones.
Pero volviendo al tema local, Otero hizo acusaciones muy serias que imagino que podrá demostrar, y que implican tanto a Piñeiro, que aparentemente contrató a cuenta del presupuesto municipal cosas muy subidas de precio teniendo ofertas más bajas en Lugo, como al Alcalde, que por lo que dice José Luis Otero era conocedor y cómplice del asunto, ya que no le puso coto.
La Justicia deberá intervenir, otra vez, lo cual les puedo jurar que no me hace ninguna gracia. Dentro de poco haremos como los americanos y elegiremos a los jueces en las urnas. Después de todo están teniendo más influencia en la vida política que cualquier concejal.
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