Ayer se celebró el primer encuentro de las “I Jornadas de debate sobre el casco histórico de Lugo” organizado por Lugo Monumental, que tuvo como protagonistas a Paz Abraira, concejala del BNG, Raúl Veiga, Presidente del Colegio de Arquitectos en Lugo, Eugenio Corral, Gerente de la APEC y Jaime Castiñeira, concejal del PP y portavoz de vivienda en el Parlamento de Galicia. Una interesantísima jornada en la que se trató el tema del futuro urbanístico del casco histórico, es decir, del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PEPRI).
La unanimidad fue absoluta en un aspecto fundamental: la reforma del PEPRI es necesaria y, además, urgente. Incluso el público, entre el que había arquitectos, arqueólogos y otros profesionales relacionados con este tema, coincidió en este punto y demandó que se comience un proceso de modificación para aprovechar lo mejor del vigente plan y cambiar sus evidentes errores. Evidentes vistos hoy en día, claro está.
El punto clave del fracaso del PEPRI en lo que a rehabilitación por parte de particulares se refiere lo abordaron todos los ponentes, aunque Eugenio Corral fue el que puso el acento sobre ese aspecto: la arqueología. Mientras comenzar una obra y encontrar restos arqueológicos en el solar, lo cual en Lugo es un suceso que tiene muchas probabilidades, suponga automáticamente la casi segura ruina del promotor, no habrá quien se atreva a comprar y rehabilitar edificios en el centro.
Como ejemplo Eugenio citó el Templo de Mitra. La Universidad se encontró con esa “sorpresa” al excavar el solar donde construía su sede, y su puesta en valor supuso la friolera de tres millones de euros. ¿Qué pasaría si le sucede esto a un particular? Que no sobreviviría económicamente a esa obra.
Hoy día el PEPRI está obsoleto. Eso no quiere decir que no fuera un plan estupendo en su día, y que no sirviera para nada. Sí que sirvió, y sí que supuso un antes y un después en el urbanismo en Lugo. Si hubiera existido antes todavía disfrutaríamos de edificios de gran belleza y personalidad que hoy sólo podemos contemplar en fotos y libros de historia.
Desde Lugo Monumental se abordó también el aspecto más “de andar por casa” del PEPRI. Además de ser una norma orientada al urbanismo, contiene normas más detalladas que impiden, por ejemplo, que la carpintería de un edificio pueda ser de madera barnizada. Eso no parece caber en cabeza humana, aunque Raúl Veiga nos explicó que las puertas de madera en su color son un “invento moderno” ya que antiguamente no existían.
Tengo que reconocer que aunque comprendo el argumento no lo puedo compartir. Piedra, madera y hierro forjado parecen ir de la mano en un escenario histórico. Puede que no existieran algunos de esos elementos hace quinientos años, pero tampoco existía el metacrilato que obligan a poner en lugar de los letreros de toda la vida. Creo sinceramente que hay cosas que no tienen sentido, como impedir la madera en las puertas pero obligar a usarla en las terrazas, que están a la intemperie y se estropean con más facilidad.
Fue, por tanto, una jornada en que se mezclaron los grandes temas urbanísticos con las pequeñas preocupaciones (no tan pequeñas cuando te pueden sacudir una multa de bastantes miles de euros) de los empresarios del centro. Y son quizás estas últimas las que también pueden desanimar a otros inversores a instalarse dentro de murallas, porque es más sencillo colocarse en una calle donde no te vuelven loco con doscientas normativas sobre urbanismo y estética de tu local.
Cuidado, apoyo firmemente que haya normas, que haya unas limitaciones, que se designen unos materiales y unos requisitos… pero me cuesta mucho más asumir ciertas órdenes que son de difícil comprensión, como eliminar la madera del casco histórico.
De todas formas este tema no acaba aquí, así que supongo que dará mucho más de sí en breve.
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