Como casi todo en esta vida el Facebook tiene sus ventajas e inconvenientes. En sí mismo no es malo ni bueno, si no que depende del uso que le demos, pero es innegable que ha revolucionado la vida cotidiana de mucha gente, que está más pendiente de lo que ve en la pantalla que de lo que percibe con sus ojos de la realidad. Es llamativo e incluso preocupante, porque se está empezando a convertir en un proyecto de Matrix en que lo importante no es lo que ocurre sino cómo sale en la foto para subirla al Face.
Hay una costumbre especialmente molesta, que dependiendo del contenido puede llegar a ser incluso repugnante, que es el de las cadenas. Desde las de los gatitos a las de las oraciones por nosequién, hasta las que pretenden obligar a alguien a meterse en agua helada porque si no tiene que pagar una mariscada (que va a ser que no).
Que conste que esas cosas me parecen mal a medias, porque con pasar de largo lo tienes fácil, pero hay una concretamente que no me convence. Es una cadena de esas en las que tienes que publicar en tu estado una frase. Yo mismo participé en eso, aunque lo que me mosquea no es el hecho en sí, sino el contenido. Ver en el muro de un amigo que le han tocado 1000 euros en un “rasca y gana”, que se va a casar, o que va a tener un hijo es motivo de alegría a menos que seas una mala persona. Que al felicitarlo te suelten en un mensaje privado que era una broma y que tiene que hacer lo mismo es una puñeta, porque tiene dos efectos secundarios principales: el primero es que dejes de fiarte de las noticias de tus amigos, y el segundo que te desilusione saber que una cosa buena no es cierta, y estamos faltos de buenas nuevas. Si la cadena es para hacer bromas publicando cosas sorprendentes y extrañas, aún, pero no me vale para desilusionar a nadie.
Evidentemente la gente no lo hace por nada malo, pero hasta en eso hay que ser un poco críticos. Recuerdo una cadena en que había un acertijo que si no lo resolvías tenías que poner una foto de una jirafa en tu perfil. Bueno, eso tiene su coña, sobre todo cuando veías que la mitad de tu agenda eran jirafas, y no dañaba a nadie. También otra cadena que invitaba a poner de foto a tu personaje favorito de dibujos animados durante unos días. Ese tipo de cosas tienen su gracia, por qué no, pero cuidadito.
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