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jueves, 23 de octubre de 2014

No soy yo, eres tú

Cuando una relación se rompe la decisión la suele tomar una de las partes. En ocasiones es “por mutuo acuerdo” pero es lo menos habitual, aunque se venda así de cara al exterior para no humillar a nadie.

Pero la persona abandonada suele buscar explicaciones ajenas a sí misma: “¿hay alguien más?” es la gran pregunta cuya respuesta no quieres saber, porque sea cual sea es demoledora. Si te contestan que sí, significa que tu pareja te ha dejado por otra persona “mejor”, lo que es devastador. Pero ¿y si te contestan que no? En mi opinión es todavía peor, porque te están diciendo que prefieren estar en soledad que contigo, que prefieren el vacío, la nada, a tu compañía.

Que te abandonen sin motivo entiendo que no es fácilmente asumible. Pero si las explicaciones que te dan se alejan del “no es por ti, es por mí”, y se centran en explicarte tus defectos, los que han hecho la convivencia imposible, tampoco es plato de gusto.

La solución más sencilla para la autodefensa es echar la culpa de todo al que se va. Decir que los motivos que alega son falsos, que en realidad se marcha porque hay otra persona y que te ha traicionado. Aunque tú ahora bebas y te emborraches, cosa que antes no hacías, o estés todo el día de mal humor y tratas mal a la familia porque has cambiado de trabajo y en el que estás eres infeliz, o porque has empezado a cometer delitos y tu pareja no quiere relacionarse con alguien así.

Es comprensible, sí, pero también peligroso. Peligroso porque si el que abandona la relación tiene razón y sus motivos son ciertos, quizás deberías reflexionar sobre cómo eras cuando os conocisteis y enamorasteis y cómo eres ahora. “¿He cambiado tanto?, ¿en qué me estoy convirtiendo?”. Esa es la pregunta que debes hacerte.

Se suele decir que cada uno se ve a sí mismo mejor o peor de lo que es pero nunca como es realmente. Eso es lógico porque tampoco los demás nos ven como somos, sino que cada cual utiliza las lentes coloreadas de sus propios prejuicios para analizar lo que le rodea. Con el espejo somos igual de subjetivos, pero hay cosas que ayudan o deben ayudar. Si todos te dicen que has engordado, por mucho que te quieras engañar llega un momento que la ropa te aprieta, y es el momento de comer menos pan y patatas e intentar volver a donde estabas, a tu talla.

Por supuesto que esto no es un canto a las bondades del abandono, sino una reflexión sobre lo que te puede hacer pensar sobre las causas del mismo.

Mi matrimonio goza de excelente salud, por cierto. No se alarme nadie.

1 comentario:

  1. Es un sentimiento compartido esto que expones muchos afiliados del Partido Popular No tragan más la situación en la que estamos
    Un jefe de grupo que no se habla con sus compañeros que ve enemigos en todas partes que ha condenado a algunos concejales al ostracismo y que si no le das jabón ya no eres de su cuerda
    Seguramente Barreiro lo eligiera como candidato es una mala noticia para el partido porque no ganaremos alcaldía

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