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viernes, 28 de noviembre de 2014

El domingo todos a la Muralla

Este domingo hay un acto doble y simultáneo en que se celebrarán dos cosas al mismo tiempo: el 14 aniversario de la declaración de la Muralla como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y el 150 aniversario de Cruz Roja. No me digan que se lo van a perder, porque no deberían.

La idea es fantástica por su sencillez: rodear el adarve de la Muralla con paraguas rojos, que se venderán a tres euros la pieza y el 100% de la recaudación irá a parar a una de las entidades más apreciadas en todo el planeta, la Cruz Roja. Espero ver a cada uno de ustedes con uno en la mano, que es por una buena causa y encima contribuirán a dar visibilidad a nuestra ciudad, que esa es otra.

Si la cosa sale como debe, la imagen que se transmitirá será la de una auténtica marea roja que cubra nuestro principal monumento, y es algo que estéticamente llamará mucho la atención. Tanto que si lo hacemos bien es probable que se le dé difusión nacional mediante televisiones y periódicos, que buena falta nos hace salir por ahí por cosas buenas y que vean que la huelga de recogida de basuras, ese atractivo turístico según el señor Orozco, no es más que un mal recuerdo.

Pero para que los telediarios recojan imágenes de la Muralla plagada de paraguas rojos, de una auténtica marea de solidaridad y de participación es necesario que todos colaboremos. Subir media hora a nuestro querido anillo pétreo y comprar un paraguas de tres euros es un precio muy bajo a cambio de la lucha diaria que sostiene día a día gente que por muy poco se enfrenta a la muerte, literalmente, en sitios de los que apenas hemos oído hablar.

Y no sólo eso. Cruz Roja colabora también con nosotros y nuestros vecinos. Durante muchos años algunos pensábamos que era algo oficial, como el Sergas o la Seguridad Social y no, sólo que es una entidad que ha trabajado durante un siglo y medio para convertirse en un referente internacional, al que se respeta incluso en los conflictos armados, y en vez de “llama a la ambulancia” a todos nos salía “llama a la Cruz Roja”.

Hoy día están nuevamente de rabiosa actualidad, y no por gusto sino por el ébola. Que países “avanzados” hayan tenido que sufrir el trauma de los contagios y la psicosis colectiva (por cierto parece que ya no hay ébola en el mundo desde hace unas semanas porque ya no abren los telediarios con el asunto) por no aplicar o aplicar mal la experiencia de los trabajadores de Cruz Roja es triste. Si hubieran preguntado a quien realmente sabe, o mejor aún, si le hubieran encargado la gestión del tema otro gallo nos habría cantado.

Cuando uno habla de zapatos se va a Doval, cuando habla de pasteles entra en Ramón, cuando quiere comer bien va al Verruga (toma emplazamiento publicitario) y cuando piensa en enfermedades africanas tendría que acudir a Cruz Roja, que es quien sabe del tema. Es así de sencillo y el domingo lo recaudado se destinará concretamente a la lucha contra el ébola. Si no les parece suficiente motivo, al menos háganlo por egoísmo, por dar un paso adelante en favor de la imagen de nuestro Lugo de cara al exterior y porque no sólo salgamos en los telediarios porque los juzgados entran a saco en la Diputación y el Ayuntamiento, que ya es triste.

El domingo todos a la Muralla. No podemos faltar.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Un bodrio escultórico, supuestamente contra el maltrato

Hitler dejó una marca en la Historia que difícilmente se va a borrar. La más grave, la de los muchos millones de muertos que su intervención provocó, tanto con el asesinato organizado de los judíos de Europa como con los caídos en las batallas de una guerra que él inició.

Aunque les parezca increíble, creo que también influyó notablemente en campos que no tienen nada que ver con los que tradicionalmente se le suponen. Por ejemplo el arte también recibió su influencia, ya que se posicionó claramente contra el arte “decadente”, es decir, todo aquello que no fueran las óperas de Wagner o las esculturas y pinturas clásicas. El propio Hitler era un artista frustrado. Quién lo hubiera sabido, habría sido mejor pagarle una carrera de pintor mediocre que dejar que dirigiera sus fantasmas hacia el resto del mundo.

Por negación, es decir, por hacer lo contrario de lo que este monstruo decía en todos los campos, creo que hubo una importante tendencia en los países vencedores de la guerra para negar todas y cada una de las opiniones que los nazis vertían sobre cualquier cosa. Es una herramienta histórica muy utilizada, como es el tema de la cristiandad y el aseo personal durante la edad media para contrariar las abluciones purificadoras de los musulmanes, y otras situaciones semejantes.

Todo esto hace que el arte contemporáneo, que viene a ser para muchos una auténtica tomadura de pelo, justifique cualquier chorrada a la que se ponga un título más o menos imaginativo. Si encima el pagano es la administración, que es lo más habitual, entonces el cachondeo sí es una forma de arte.

La supuesta maravilla - Foto de El Progreso
El día internacional contra el maltrato a las mujeres se inauguró una “obra de arte” (las comillas van con toda la intención) en el Hogar de Santa María, en la ronda de la Muralla. Si pasan por allí verán unas cosas alargadas de piedra que supongo que tendrán un simbolismo tremendo porque al profano en el asunto le sugiere un monumento al concurso de tapas, por aquello de las brochetas que están muy de moda.

La diseñadora del bodrio, como no podía ser menos, es la artista de referencia del Ayuntamiento de Lugo, Luz Darriba. La misma a la que se había encargado una revista virtual (es decir, que era una web) por la que cobraba un interesante sueldo mensual, incluso los meses que no publicaba nada. Cuando publicaba solía reducirse a un copiar y pegar de artículos que la señora leía por ahí. Hoy día la revista no existe, o al menos no sale nada cuando tecleas la dirección que se anuncia como oficial (http://foeminas.lugo.es), aunque quizás el asunto es parecido al de la web cultural de Lugo.

La tontada de escultura ni siquiera fue realizada por la señora Darriba, que se limitó a garabatear en un papel el perfil de la cosa esa mientras era un buen escultor el que se encargó de plasmarla en piedra. Quizás habría sido buena idea encargar el proyecto al señor directamente, pero claro, a ése no se le deberán seguramente favores políticos y un apoyo incondicional como es el caso de Luz.

Supongo que nadie que visite nuestra ciudad dudará, a la vista del conjunto, que es algo contra la violencia de género. Lo digo porque la gente está mucho más preparada que yo para eso, supongo, porque a mí lo que me sugiere es un homenaje al carneiro ao espeto, o algo tipo gallifante. No lo tengo muy claro.

Eso sí, lo hemos pagado con el dinero de todos. Si esta gente tuviera que vivir de colocar sus obras en el mercado seguramente otro gallo cantaría.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

No comprendo el suicidio

Hace algún tiempo escribí un artículo que no recuerdo exactamente cómo se titulaba pero que era algo así como “si quieres matar a alguien, empieza por ti mismo”. Era, obviamente, un canto contra el maltrato y el asesinato de personas a manos de sus parejas principalmente.

Hoy, sin embargo, he de decir que salvo esos cabrones que se dedican a cargarse a sus mujeres por el simple hecho de que éstas no quieren seguir aguantando sus tonterías, o porque creen que hay otra persona, o por lo que sea (que no hay justificación posible)… no comprendo que alguien se quite la vida.

Bueno, miento, hay otra excepción, sólo que esa no la considero suicidio sino eutanasia. Un diagnóstico terrible, de enfermedades dolorosas sin posible cura ni remisión también justifica, en mi opinión, una decisión aparentemente ilógica en cualquier otra circunstancia: la de poner fin a todo y evitarse un sufrimiento terrorífico.

En los demás casos no me cabe en la cabeza una medida como esa. Si es porque te ha pasado algo horrible que acaba con tu economía o con una situación personal compleja vería más razonable hacer las maletas y marcharse a otro sitio donde empezar de cero, incluso a otro país o a un entorno totalmente distinto en que nadie te conozca.

Supongo que puede parecer una falta de empatía absoluta, y quizás lo sea, no se lo voy a negar, pero hay cosas que me cuesta mucho trabajo entender.

La desesperación que tiene que sentirse para decidir poner fin a la vida de uno mismo ha de ser insoportable, sobre todo cuando ni siquiera por tu familia eres capaz de sobreponerte y seguir adelante, como un acto de amor a quienes sabes que vas a destrozar la vida o, al menos, a dañarla seriamente. Si hay niños pequeños ya ni les cuento.

No me entiendan mal, no culpabilizo al suicida que bastante tiene con lo suyo, sólo que no me entra en la cabeza que hagas algo así y más preparando el escenario para que quien te encuentre sea tu pareja. Me van a permitir que diga que me parece una cabronada y un acto de egoísmo atroz (aquí sí que culpabilizo un poco, vale). Aunque el problema sea de pareja. Si hubo algo en algún momento, aunque sólo sea por respeto a eso, ten la dignidad de no hacer pasar a quien quieres o a quien quisiste por semejante trago.

El tema de los suicidios es muy espinoso. Hay más muertes por esa causa que por accidentes de carretera, en parte por el aumento de los primeros pero sobre todo por el descenso de los segundos. No veo que haya un esfuerzo social tan grande para intentar evitar miles de muertes anuales como el que supone poner radares, patrullas y multas por doquier. Quizás sería bueno reforzar grupos de ayuda, recuperar la popularidad del “teléfono de la esperanza” o, yo que sé, buscar nuevas vías de echar una mano a alguien que obviamente no está bien.

La provincia de Lugo fue, en 2010, la que más suicidios tuvo de toda España por habitante. Vale que el clima no ayuda, o que la situación económica y social es compleja, pero insisto en lo que decía antes: siempre queda la opción de vender todo lo que se tiene, juntar el dinero que se pueda y largarse a empezar de nuevo en otro sitio con más luz y menos presión social. No quiero simplificar nada, sólo dar una idea de una opción diferente.

El suicidio es terrible, es una situación muy compleja ya lo sé… pero mirando para otro lado no se va a ayudar a nadie.

martes, 25 de noviembre de 2014

El turismo de Lugo ya no tiene web

Errar es humano, les recordaba recientemente en una cita, aunque en pijo porque la ponía en latín, así que voy a reconocer otro error, que últimamente no doy abasto con ellos. Todo lo que he dicho siempre sobre la web turística www.lugoturismo.com, las críticas, los problemas, los fallos, los errores… tengo que retirarlo. Ya no contiene error alguno, porque ya no hay web de turismo de Lugo.

Si uno teclea en cualquier navegador la dirección de la página web de turismo de Lugo será automáticamente redirigido a la web oficial del ayuntamiento. Es una forma sencilla y efectiva de tomar el pelo al posible turista, que tendrá, eso sí, una hermosa foto del Alcalde dirigiéndole a un blog que sigue teniendo el triste aspecto que lleva meses presentando. Vamos, una cosa con una pinta como entre a medio hacer y buque hundido.

Pero oigan, no todo van a ser malas noticias. También tenemos la aplicación de móvil que, al menos en el mío, se ve de pena porque no se adapta a la pantalla con lo que es buena para los cortos de vista pero mala para el resto de la población. Aquí no quiero ser muy tajante porque a lo mejor es que como llevo poco tiempo con el móvil me he liado yo y la veo mal, pero por de pronto no consigo enterarme de nada.

500 descargas de la aplicación...
¡Guau! ¡Llamen al Guinness!
La aplicación en Android, eso sí, ya tiene la friolera de 500 descargas. 500 personas se han bajado la aplicación (499 y yo, hay que decir) con lo que esa barbaridad de gente es la que hace que el dinero gastado en esta iniciativa realmente se pueda considerar como algo bien invertido (modo sarcasmo: On).

La pregunta del millón, espero que no literamente, es la siguiente: ¿cuánto se han gastado en esa web turística? ¿Y en la aplicación? ¿Están haciendo una nueva página que despiste más aún a la gente y que nos cueste decenas de miles de euros de los fondos públicos? ¿Es que no saben hacer una página que dure más de dos o tres años sin tener que empezar de cero porque les importa un cuerno tirar el dinero?

El turismo es importante, no les digo que no, y las inversiones en ese campo suelen ser rentables siempre y cuando se hagan con cierto “sentidiño”. No es el caso de Lugo. Aquí se ratea el dinero para poner personal en la Domus del Mitreo, uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de la ciudad, mientras se gastan fondos a lo loco en hacer la misma web una y otra vez.

Imagino que en breve harán nota de prensa, o rueda ante los medios, para presentar la “nueva web turística municipal”. Como si fuera un logro. Como si en dos años no estuviera como la actual, desaparecida o hecha unos zorros. Como si les importara gastar bien nuestro dinero.



Si tecleas www.lugoturismo.com...

Te sale la web municipal "normal".


Y desde ahí al blog del Alcalde, que parece un desguace

Así me sale la App en mi móvil...


lunes, 24 de noviembre de 2014

Qué triste la vida del millonario

En la cola de Doña Manolita
1.720 euros de lotería es la que traje de Madrid, comprada en la administración de Doña Manolita. No sé si le ha tocado alguna vez el gordo pero la cosa va más por la canción de “a la sombra de un león” que por otra cosa. Teniendo en cuenta que para mí son sólo dos décimos, eso nos deja que me han encargado la friolera de 84. Casi nada.

La verdad es que es “culpa” mía, porque fui yo el que avisó en Facebook y por whatsapp a la gente de que iba a Madrid y que el que quisiera me encargara los décimos. Y lo hicieron, vive dios que lo hicieron. Pero si les soy sincero más allá de la preocupación de si se me ha quedado alguien en el tintero o si me traje décimos de menos, no tiene mayor importancia el tema.

Eso sí, que no me digan que no somos un país de ludópatas. En el fondo todos queremos hacernos ricos y dejar de trabajar, o trabajar con menos presión que es parecido. Soñar es gratis y el comprar esos décimos nos permite dar vueltas a la cabeza con el famoso “¿qué haría yo si me tocara el gordo?”.

Mucha gente dice que dejaría de trabajar. Yo entre ellos. La verdad es que no es exacto, lo más probable es que siguiera trabajando pero en lo que me apeteciera y a mi ritmo. Quizás me intentaría pagar una campaña electoral a la alcaldía, vaya usted a saber. No se trata de comprar el mandato, pero lo que nos íbamos a reír en esa campaña…

Lo que sí se plantea uno es el tema de la honradez. Verán, soy actualmente depositario de una importante cantidad de lotería de una Asociación. Si toca el gordo, estamos hablando de una cifra que rondaría los 200 millones de euros. No me digan que no es tentador salir por pies con los millones, claro que si realmente me lo planteara en serio no estaría anunciándolo en el blog, ¿no creen?

¿Merece la pena, toda la vida desconfiando?
Porque bien mirado vale, sí, te coges los millones y te vas. ¿A dónde? ¿A alguna república bananera a cambiarte la cara y estar toda la vida mirando por encima del hombro y a los lados por si viene alguien a por ti? ¿A un país donde no haya extradición pero donde el día menos pensado te pegan un tiro para robarte los millones que has logrado fraudulentamente? ¿Realmente merece la pena esa vida?

Habrá quien piense que sí. Que con tanto dinero puedes vivir como un rajá y permitirte casi cualquier cosa. Puede, no les digo que no, pero a costa de perderlo todo: tu vida, amigos, familia… porque no se engañen, desconfiarás toda la vida de todos. Cualquiera que se te acerque… ¿será porque le caes bien o porque quiere aprovecharse de ti?

Qué triste la vida del millonario si es por algo por lo que tiene que escapar de todo y de todos. No me gustaría, la verdad. Ni por 200 millones de euros.

jueves, 20 de noviembre de 2014

La función de una escalera

¿Cuál es la función de una escalera? Aunque la pregunta parece sencilla no lo es tanto, porque está en función de las necesidades que ustedes pretendan cubrir. La respuesta obvia parece ser que es facilitar una forma de subir o bajar para superar desniveles u obstáculos, pero eso es si ustedes utilizan el prosaico punto de vista del ciudadano de a pie, que en su inocencia considera que un conjunto de peldaños es eso, algo que se reduce a una cuestión de utilidad.

San Domingos de Bonaval
Hay escaleras y escaleras. Además de la escalera de Jacob por la que suben los ángeles al cielo, tenemos otras conocidas como la de San Domingos de Bonaval o las que conforman una de las estampas más curiosas de los museos vaticanos. También está la típica escalera del pintor, o la que bajan dignatarios de otros países cuando llegan a nuestra tierra, haciéndose la clásica foto con saludo incluido.

Todas las escaleras físicas tienen algo en común. Su función principal es la que decíamos al principio: salvar un desnivel. Algo tan prosaico que en Lugo se obvia en favor de una cuestión más importante y profunda: que la escalera sea bonita, aunque te mates en ella.

Estética acertada en mi opinión
He tardado en hablar de ella porque estuve de viaje y no la había visto en persona. La nueva escalera de la Plaza de Abastos, una obra de ingeniería digna de ver, renueva la imagen del edificio y, hay que decirlo, mejora notablemente su estética. Personalmente me gusta, estéticamente quiero decir. Las anteriores, incrustadas en la entrada, eran feas de narices, y las nuevas suponen un soplo de aire fresco en cuanto al diseño y la fotografía.

Pero hay muchos ciudadanos desaprensivos y con un gusto más que discutible que tienen la absurda teoría de que lo importante es que las personas que van a la plaza puedan acceder al piso superior sin romperse la crisma, como si no fuera digno matarse en un elemento de alto valor ornamental. No me digan que no quedaría preciosa la foto del suceso en la portada de los periódicos. Todos diríamos “¡qué pena!, pero hay que reconocer que de manchar algo de sangre, esas escaleras son un sitio ideal de la muerte”, en este caso de forma literal.

Lugo puede presumir de pasar ahora a los anales de la curiosidad arquitectónica, como Castellón con su aeropuerto sin aviones o Venecia con el puente de Calatrava en que más de un ciudadano se ha abierto la cabeza por no fijarse en que pisaba cristal en un día de lluvia y olvidarse de poner unas sencillas ventosas en las suelas de los zapatos.

Se acusa a los peldaños de estar a la intemperie, porque no tienen cubierta que los tape ni perrito que les ladre. También de ser estrechos, incómodos y resbaladizos. Incluso de estar mal diseñados por no desaguar bien, lo que un atento y hábil operario solucionó taladro en mano, demostrando que el sentido común a veces supera al mejor de los diseños. Todo ello puede ser cierto, aunque personalmente no he apreciado el elemento deslizante que le atribuyen, si bien sí puede ser que los escalones sean un poco estrechos.

Probable nido de porquería en no mucho tiempo
Creo yo que el principal defecto de la famosa escalera es que la parte de debajo va a ser un nido de mierda tarde o temprano. En vez de aprovechar el hueco para poner un puesto de periódicos o una pequeña floristería, como hacen por el mundo adelante, se pone una valla y se espera que la gente sea civilizada y no tire papeles e inmundicias. ¡Qué bonita es la inocencia!

Me dirán que la plaza busca algo práctico, una escalera en que una persona cargada de bolsas esté más preocupada en no romperse los huevos (frescos y de gallina que es lo más habitual) que la cabeza, pero es porque ustedes probablemente adolecen de un sentido estético que sí tiene nuestro bienamado alcalde, y que en este caso comparto, aunque no en otros. No hay más que ver sus grandes aportaciones ornamentales a la ciudad: ese paseo de las lápidas en la Plaza de España, envidia de todas las capitales del país, esa maravillosa plaza de San Marcos, una vez eliminadas las horrendas fuentes y los jardines en favor de manantiales que pierden agua y farolas torcidas, ese Cantiño que lejos de ser aquella acogedora plaza es ahora un hermoso centro de aterrizaje de OVNIs…

Resumiendo: ¿Cuál es la función de una escalera? Si eres usuario, que te sirva para subir y bajar sin matarse, si eres arquitecto que quede estética, y si eres Alcalde ganar votos.

La plaza ha quedado más bonita, sí. Ahora sólo falta que no se mate nadie y redondeamos la alegría.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Déjalo ya

Que hay gente loca es algo a lo que nos enfrentamos todos los días. Hay grados, por supuesto, pero es cierto que sin llegar a pensar en que necesiten camisa de fuerza (o sí, según el día) no me digan que no se han encontrado con gente que demuestra, con un altísimo grado de certeza, que está como una cabra. Literalmente.

Hay un perfil de enajenados que han encontrado su mejor campo de acción en las redes sociales. Allí pueden perseguir a quien quieran o amenazar con más bien poca sutileza sin temor a mayores consecuencias, no porque legalmente no sea perseguible la amenaza vertida digitalmente, sino porque casi nadie se toma en serio a estas personas y no se suele llegar a ir a la policía a decir “oiga, que una pirada me ha dicho tal cosa”. Lo dejas correr porque al final te rebajas a su altura y aunque caigas en la tentación de rebatir las tonterías que dicen cuando llevas un rato te sientes más tonto que ellos porque se supone que tú eres una persona normal, o así lo crees, así que decides colgar el teclado y dejar la discusión.

Pero insisten. Y parece que tu “retirada” es darles la razón, y eso cuesta. A mí me ha pasado varias veces, alguna de ellas muy reciente.

Demostrar madurez es muy bonito, pero también tiene su parte de sacrificio, porque te da la impresión de que le estás otorgando una victoria a la enajenada que lleva cinco o seis días dando vueltas en círculos a un asunto totalmente secundario. Y cuando encima algún amigo salta con el tema, ves que la mentada lo único que quiere es seguir discutiendo, porque probablemente no tiene otra cosa que hacer en la vida más que intentar dar rienda suelta a sus desvaríos en donde le dejan, ya que su marido la ha dejado y su familia no le habla. Amigos ninguno, cansados de tanta tontería y en el trabajo minimizan la relación con ella porque saben que es peligrosa. Hasta te avisan de que te alejes.

¿Cuál es la solución? Dejarlo correr. No hay otra, aunque cueste. Aunque sepas que alguna persona que está leyendo todo eso piense que se ha salido con la suya. Peor estás quedando entrando al trapo, ya no sólo ante terceros, sino ante ti mismo. Cuando te va la marcha y te gusta el debate es complicado abandonarlo, pero has de razonar que hay cosas que ya no son tertulias sino pozos de inmundicia donde sólo puedes salir malparado sí o sí, porque aunque ganes la discusión es a costa de tu propia cordura. Es lo malo de discutir con locos, que te contagian.

Me dirán ustedes, “¿y no es este artículo una especie de intento de dar un punto final llevando la tuya por encima?”. Pues quizás sí, no se lo voy a discutir, pero ya les he explicado en más de una ocasión que un blog tiene mucho de terapéutico y que si a mí me contenta dejar esto aquí escrito, ¿qué más les da a ustedes? Dejen que este artículo quede colgado aquí para que a lo mejor a otra persona le sirva de guía contra el impulso de seguir dando vueltas a las cosas eternamente, y a mí me sirva para dar por finalizada una etapa estúpida de mi vida con un propósito de enmienda: el de no caer otra vez en lo mismo, al menos durante un tiempo. Lamentablemente no es la última vez que la intento cerrar pero resurge, porque los seres humanos somos así de bobos.

martes, 11 de noviembre de 2014

Tradiciones poco tradicionales

“Hamburguesa deconstruida de setas y pimiento con huevo al ali-oli” es el nombre de la tapa que ha ganado la categoría de “tradicional” en el concurso de tapas de este año. Han leído bien, “tradicional”. Vamos, de toda la vida.

¿Quién no ha deconstruido una hamburguesa en su casa? ¿En qué bar han dejado de servir una típica burguer de setas y pimientos? ¿A alguien le extraña el ali-oli como acompañamiento?

Vaya por delante que no dudo ni de la calidad de la tapa ni de su sabor. El local que la preparó, el Riba, es conocido por sus excelentes tapas. No voy por ahí sino por la tomadura de pelo que me parece que supone el calificar semejante cosa de tapa “tradicional”.

Evidentemente no soy objetivo. Ya vieron que el viernes les puse un artículo sobre el concurso de tapas en que hacía una campaña descarada a favor de la brocheta de rape que, si bien no es precisamente un pescado a la plancha, sí es una forma de preparación con una importante solera.

¿Qué criterio se sigue para decir si una tapa es tradicional o no? Les voy a poner como ejemplo los ganadores de tapa “tradicional” de los dos años anteriores. En 2013 ganó esa categoría la Tapa Peregrino de La Encina: saquito de pasta filo relleno de grelos y langostinos con cuerpo de pulpo y cabeza de zamburiña. En 2012 el premiado como tapa tradicional fue la Milhoja de bacalao con queso Marqués de Cernadas…

Insisto, para que quede claro, en que no dudo de la calidad de esas tapas. De hecho la de La Encina ganó el concurso con el mayor número de votos del público, pero ¿de verdad les parece una tapa “tradicional”?

En Lugo, capital de la gastronomía gallega (española no gracias a la torpeza de quienes presentaron el dossier, que era cutre con ganas) lleva muchos años haciendo tapas que son la delicia de propios y extraños. Ni la pasta filo ni lo saquitos de nada son tradicionales, y mucho menos las milhojas de bacalao. De las deconstrucciones de hamburguesa ya no hablamos.

Cuando uno hace un concurso ha de ser consecuente. Yo entiendo perfectamente que a la organización le mola lo de hacerse los modernos para intentar salir en el telediario, porque la prensa sólo refleja lo “novedoso”. Que un local gane un concurso de tapas con unos callos no es noticia. Que lo haga con “estómago de cerdo fileteado con fondo de legumbres maceradas” sí. Nada que decir sobre eso, pero entonces que se carguen la categoría de “tradicional” y pongan dos nuevas: “guay” y “reguay que lo flipas”. Entonces no tendré nada que decir.

¿Que qué entiendo yo por tradicional? Un plato que sepas cómo se come y por dónde tienes que empezar. Por poner un criterio. O que hace 20 años no te hiciera reír, que hoy no nos atrevemos para que no nos digan que somos unos paletos.

Si en Lugo se hiciera una pasarela de moda "tradicional" con estos criterios veríamos que Agatha Ruíz de la Prada no podría participar por no ser lo bastante atrevida.

El emperador va desnudo, señores, y encima come raro. Hoy se acepta la desnudez como algo normal y lo veo estupendo, pero no me lo vendan como tradicional, porque no lo es.

viernes, 7 de noviembre de 2014

La buena hostelería

Aunque no soy hostelero tengo una relación muy importante con ese mundo, como supongo que todos ustedes saben, por mi familia. Ya no desde que nací, sino desde que nació mi madre somos “los del Verruga”, para bien y para mal. Sobre todo para bien, hay que decirlo.

Aun así escribo poco sobre ese tema porque se puede interpretar mal si digo lo que realmente pienso, pero francamente, últimamente estoy perdiendo la escasa prudencia que me quedaba y suelto lo que opino sin ningún tipo de cortapisa, salvo las que me impone la legalidad vigente y un elemental sentido de la buena educación.

Hoy voy a hacer una campaña descarada en favor del Verruga, pero no sólo del restaurante de la familia, sino de un tipo de hostelería que corre un serio riesgo de desaparecer: la buena.

Verán, hoy se vuelven a poner sobre la mesa las 10 tapas más votadas del concurso de tapas de Lugo de este año. Durante este fin de semana tendrán ustedes la oportunidad de ir a probar nuevamente las 10 mejores (a criterio del público) y un jurado “profesional” (las comillas son porque eso de vivir de comer tiene su cosa) elegirá a los ganadores en diferentes categorías.

Entre las diferentes propuestas tenemos varias en las que no entraré, y una en la que sí: la del Verruga. Reconozco que no soy imparcial y no porque sea el local familiar, sino porque este año mi madre ha elegido para el concurso mi plato favorito de la carta: la brocheta de rape.

Para hacerme el objetivo, les voy a poner un extracto de lo que opina de esa tapa un blog vasco de turismo y viajes que habla sobre cinco de las tapas del concurso:

“Otra de pescado, sí. En Galicia es de una calidad extraordinaria y eso ha pesado en la elección de las tapas que recomiendo. Si preguntas por un restaurante para comer en Lugo, el Verruga (Rúa da Cruz 12) estará entre los más nombrados. No os dejéis engañar por el aspecto menos creativo que las anteriores, la tapa con la que concursaron era puro sabor marinero. El rape delicioso y el acompañamiento con un puré le iba que ni pintado”

Lo que más me gusta es lo de “no os dejéis engañar por el aspecto menos creativo que las anteriores”. Esa es la cuestión. ¿Un restaurante es un lugar donde vas a comer bien o un laboratorio para experimentación con animales de dos patas? Yo opino lo primero, como es obvio. Si quisiera comer nitrógeno me iría a la sede de Bayer.

Nunca me ha gustado la “nueva cocina”. Me parece una tomadura de pelo como la mayoría del arte moderno, ese en que cuelgan cuadros al revés o pintados por niños de guardería y los “expertos” no se dan cuenta. Es cierto que cosas que hoy vemos normales como el paté de pescado fueron en su día innovaciones, pero digamos que fueron avances “razonables”. Otra cosa es cuando se ponen a mezclarte oro en las tartas o gases nobles (¿?) en el pescado. ¿De verdad alguien quiere hacerme creer que el oro aporta algo a un pastel o sólo es la pijería de decir “he comido oro, a que soy guay”?

Francamente, la hostelería es otra cosa. Es atender a la gente con amabilidad, profesionalidad, en un local acogedor (para eso hay gustos, claro), y ofrecer comida que esté rica y sea de calidad. Todo lo demás es una tomadura de pelo, y aunque puedo entender que se le dé importancia, no comparto que cualquiera de los elementos principales se obvien en favor de la estética.

Reconozcamos que un plato de caldo bien hecho, una pata de cabrito, un buen rodaballo a la espalda o un bocadillo de calamares de la plaza mayor de Madrid nos abren más el apetito que un “Foie-gras caliente con manitas de cerdo sobre costra de cebollitas y patata” (plato real recogido por Alfonso Ussía en un genial artículo sobre el tema). Y si no, es para preocuparse.

Así que ya saben, prueben las 10 tapas si les apetece, y valoren su sabor y su calidad. Si les apetece más hacerles una foto con el móvil para subirla a Facebook que comérselas, es que tenemos un problema.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Buen viaje, Ney

Aunque me intento centrar en nuestra ciudad, cosa que no siempre consigo, hoy les voy a hablar de Coruña, pero de la parte más relacionada con nosotros: la plaza de Lugo. Y más concretamente de su habitante más famoso, que nos acaba de dejar para siempre: Ney.

No era un vecino de los de dos patas, sino de cuatro. Un precioso golden retriever que, con el carácter bonachón y paciente que caracteriza a estos perros, se hacía querer por todos los que por allí nos acercábamos. Se hizo, sin lugar a dudas, un hueco en el corazón de todos los visitantes de la plaza de Lugo y no exagero si les digo que en alguna visita a La Coruña me acerqué por allí sólo por verlo.

Trece años dando y recibiendo cariño, con esa cara de buenos que tienen los golden, que parece que siempre están pidiendo mimos… y si cae algo de comer, pues también. A tal punto llegó la cosa que le tuvieron que poner un cartelito para disuadir a la gente de que le diera comida, porque no le hacían ningún favor, aunque cualquiera se resistía.

Para que se hagan a la idea del grado de popularidad de Ney, se abrió una cuenta bancaria para recaudar dinero para hacer una estatua al perro. De hecho se tramitó ya el permiso ante el Ayuntamiento y no sé cómo está ahora la cosa, pero su lamentable fallecimiento imagino que podrá acelerar el proceso. Debería.

Ya ven cómo somos los seres humanos. Se nos está quedando gente por el camino y pasamos de todo porque nos caen antipáticos o simplemente no lo pensamos, pero sale un perro cariñoso y llueve el dinero para hacerle una estatua. Es una aberración, sí, no se lo voy a discutir, pero es así. Quizás porque Ney te alegraba el día, cosa de la que no todo el mundo puede presumir, y la felicidad que se reparte vuelve a ti en forma de aprecio, al menos en teoría.

En Lugo hay otro golden que lleva el mismo camino de Ney. Un precioso perro cuyo nombre ignoro, pero que es un impresionante ejemplar, enorme, que suele pasear a cierta distancia de sus dueñas con lo que parece que va por libre. Le llamamos el “autopaseante” y luce un collar rojo que lo hace inconfundible. También es de los que te alegra la tarde, como dos espectaculares cachorros de San Bernardo que andan últimamente por ahí, y ante cuyos dueños debí parecer un friky porque les pedí que me dejaran hacerles una foto a los perros. Supongo que no seré el único.

Hay animales que sacan lo más humano de nosotros. Mi “ahijado”, del que ya les hablé alguna vez, es otro precioso golden retriever (sí, tengo debilidad por esa raza) que me ha alegrado muchísimas tardes, aunque un difícil divorcio entre sus propietarios ha traído como resultado que haga más de dos años que no puedo ver al bueno del perro. Cosas que pasan, pero difíciles de olvidar.

Ney nos ayudó a sentir, y quien piense que eso es ridículo que razone un momento si alguna vez ha experimentado una emoción viendo una película. Pues es parecido. No todo es mentira aunque sólo sean actores, así que cada uno siente como le da la real gana.

Y cuando hagan la estatua iré a verla, y lo más probable es que me emocione al recordar a un perro que sólo estaba allí, pero que únicamente con eso era capaz de darnos alegría.

Quiero terminar dando las gracias a la propietaria de Ney. No todo el mundo que posee un perro de este tipo, tan hermoso además, tiene la generosidad de "compartirlo" con los demás. Ellos lo hicieron siempre, con paciencia y cuidándolo para que todos disfrutáramos de él. Es un mérito importante, no se lo minimicen porque no es fácil. Eso sí, les queda un consuelo, el de saber que muchos le teníamos aprecio a su mascota y, también por extensión, a ellos por haber permitido que fuera un poco de todos.

Buen viaje, Ney. Te echaremos de menos.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Errare humanum est... sed perseverare diabolicum

Hoy publica El Progreso un artículo de Joaquín García Díez titulado “soltar lastre”. Un texto valiente que, conociendo a su firmante, no se quedará únicamente en bonitas palabras, aunque le cueste algún disgusto. Me ha hecho reflexionar, mucho más de lo que se imaginan no sólo ustedes sino el propio Joaquín.

Creo que mi decisión de abandonar el PP fue errónea, no porque no fuera meditada o porque me “arrepienta”, sino porque fue un acto de cansancio, de hastío, pero contradictorio con la forma de pensar que he compartido con ustedes muchas veces en este mismo blog. El camino no es la retirada, no es la huida, porque lo que estamos haciendo los que nos vamos es dejar los partidos en manos de quienes nos han metido en todo este lío sin presentar batalla. Les estamos dando una victoria que no merecen.

El camino es que todos entremos en masa en los partidos, no que nos marchemos.

Mi baja en el PP se debió a una sensación total de derrota y de impotencia. Parecía que éramos una minoría los que criticábamos las formas y maneras de muchas de las cosas que hoy se hacen, y cómo se hacen, pero resulta que no estaba tan solo como pensaba, sino que simplemente es una cuestión de que esas cosas “no se dicen”, y menos en público.

Quiero invitar a todas esas personas, y a las que se lo pensaron, a que no lo hagan. Leer el artículo de Joaquín de hoy y no sigáis mi ejemplo, porque no es digno de seguirse, sino el que marca él. “Si me queréis, quedarse”. Lo que hay que hacer es luchar dentro del PP para que sea lo que nunca debió dejar de ser: un partido decente y con ideales.

La valentía no es marcharse, ni tampoco estar ahí para “hacer número” o esperar a que “venga alguien” a cambiar las cosas. No lo harán. Quienes pueden cambiarlas sois vosotros, somos todos, incluso los que hemos tirado la toalla pero que estamos a tiempo de volver a recogerla. La valentía es, dentro del grupo, enfrentarse al sistema y decir que “hasta aquí hemos llegado”, y echar a los que lo están perpetuando y corrompiendo.

¿Qué me gustaría? Haber leído antes a Joaquín y haber tenido el valor de enfrentarme a la situación desde el interior de un partido que, por increíble que parezca decirlo hoy día, sigue siendo con el que más me identifico ideológicamente a pesar de los pesares. No me he marchado a ningún sitio, sólo he rebajado mi condición de “militante” a la de “simpatizante”, pero sigo siendo el mismo.

La ira de la gente explica el ascenso de grupos extremistas, pero esa rabia que hay en casi todos los españoles no se trasluce en acciones dentro de partidos, y es donde debería de notarse. Lo que hay que hacer es recuperar el control del PP y los demás partidos para hundir desde dentro a los que lo han llevado a la podredumbre en que estamos en todos los niveles. España ha de cambiar, pero sólo lo puede hacer desde la legalidad, la mesura y la democracia, y eso sólo lo podemos lograr los ciudadanos a través de los partidos políticos. Y yo no debería haber dejado ese camino. Mucho menos servir de ejemplo a nadie.

¿Significa todo esto que quiero volver? No. Volver ahora significaría que esto fue una “espantá” como cuando amenazas con marcharte de Vodafone o Movistar para que te regalen un teléfono nuevo o te mejoren las condiciones de la tarifa. Y no es eso. Claro que me gustaría regresar algún día a un partido como el que me cautivó la primera vez, pero no al que hay hoy. Lo dejé precisamente por eso, porque cambió hacia algo que no me gusta.

También reconozco que es muy cómodo dejar la parte complicada a gente que da la batalla ideológica todos los días, sin aspavientos ni titulares de prensa. Amigos míos, os debo una disculpa, y es ésta. No debería haberos dejado solos en la lucha por unas ideas que compartimos, pero sabéis que sigo con vosotros, no desde la militancia pero sí desde la condición de simpatizante, desde la coincidencia ideológica y, por qué no decirlo, desde el afecto personal. Sois la esperanza de un PP desnortado, no caigáis en mi error y no abandonéis. Hay más gente como vosotros de la que imagináis pero están esperando un aldabonazo para salir a la luz.

Mi incoherencia es mía y por ahora no le voy a dar más vueltas. Errare humanum est… sed perseverare diabolicum…

martes, 4 de noviembre de 2014

Una visión de Lugo de la mano del maestro Álvez

Que Pepe Álvez es un maestro con la cámara ya lo sabíamos antes de ir ayer a la inauguración de la nueva exposición “Movilandia”, que recomiendo vivamente y que pueden ver en el Museo Provincial de Lugo. Que tuviera una visión tan oscura de una ciudad que se está tiñendo de gris, y no sólo por la meteorología, no lo tenía tan claro.

La verdad es que la exposición ya nos sonaba a muchos, porque este artista de la imagen nos regala con bastante frecuencia imágenes de su cosecha en Facebook, por cierto, que ese es el tipo de cosas que te hacen pensar que al final sí merece la pena estar en la puñetera red social.

Pero la exposición es casi deprimente, no por la calidad sino por el contenido. Ver este Lugo nuestro cayéndose en pedazos, ayudado por una mano maestra que retrata con la puntería del francotirador del objetivo.

Hay fotos que tienen una indiscutible belleza dentro del horror. Una del clásico club “latino” resume las penurias de una parte del casco histórico: local cerrado, pintura desconchada, pintadas y un ambiente de decadencia al que no se consigue escapar de todo a pesar de las multimillonarias inversiones de nuestros dineros comunes. Otra, la de la estación de autobuses, parece una imagen sacada de una película apocalíptica, de esas tipo Mad Max o una cosa por el estilo. Es lo que hay.

Pepe nos explicó que usa un móvil, un iPhone 4 (sin “S”) y aun así hace lo que hace. Todas las fotos de la exposición se hicieron con ese dispositivo, el que todos llevamos en el bolsillo, pero con mucho talento. Anda que no hemos hecho fotos todos, por miles, para guardarlas en el ordenador y olvidarnos de ellas. Pepe hace exposiciones, pero es que tampoco es lo mismo un dibujo a lápiz que haga yo (negado con todo lo relacionado con las artes plásticas) que el que haría Picasso.

A muchos nos quedaba el consuelo de que las grandes fotos se hacen con grandes cámaras, y que las nuestras son corrientes porque no tenemos medios. Desde ayer no puedo seguir pensando eso. Así que no, señores, la cuestión es el que sujeta el teléfono, no el aparatejo en sí.

Les recomiendo que vayan a ver la exposición, insisto, pero vayan preparados para una visión realista, bella y terrible de nuestro Lugo. Y para recibir una dosis de humildad en lo que a hacer fotos se refiere. O una lección, que para eso Pepe es maestro.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Un elogio (moderado) de Podemos

No se asusten con el título, que no me he golpeado con la cabeza en una piedra ni me ha dado un ictus o algo así, sigo en mis cabales, o al menos tan en mis cabales como podría estar últimamente.

Ya es oficial, que hay encuestas sobre la mesa que empiezan a poner a Podemos como primera fuerza en intención de voto, lo cual es para echarse a temblar, no porque el señor Pablo Iglesias proponga cosas que ni él sabe cómo va a hacer, sino por el hecho de que a la población le dé igual.

España es un país raro de narices. Mandamos a Eurovisión al Chiquilicuatre, que sería muy gracioso y todo lo que ustedes quieran, pero como una cuestión de consumo interno de la que es poco recomendable presumir demasiado y menos aún tomárselo en serio. Lo grande es que no fue nuestro peor resultado en el festival de la canción, lo que debería dar lugar a unas cuantas tesis doctorales sobre el tema.

Manifestación 15-M... ¿De veras nadie veía venir a Podemos?
Poner verde a Pablo Iglesias y a Podemos es un ejercicio que medio país está llevando a cabo con el consiguiente cabreo del otro medio (o casi). Cualquier comparación que se haga entre las formas y maneras de la cabeza visible del nuevo “partido” y, por ejemplo, Hugo Chávez o Hitler hace que quien las hace (yo mismo) les vea su lógica mientras los que están al otro lado abren los ojos como platos y dicen que “¡cómo te atreves!”, aunque sin tumbarte la argumentación sino únicamente repitiendo el “¡qué osadía!”, sin mayores argumentos.

Pero les decía que iba a hacer un elogio de Podemos y vamos a ello.

Podemos ha logrado lo que hasta hace poco parecía impensable: organizar el descontento de los ciudadanos que estamos hasta las narices de todo cuanto vemos en los telediarios. La corrupción, sobre todo, ha sido la gota que colmó el vaso. Aguantamos todo tipo de abusos y de disparates, que se construyan cosas absurdas como aeropuertos sin aviones o piscinas sin agua, que nos sangren por todas partes y más. Pero ver que encima se escojonan en nuestra cara y se llevan para casa sacos de dinero que es nuestro ya ha sido intolerable.

Y ahí surge Podemos, como veníamos vaticinando muchos desde hace muchísimo tiempo. Sólo hay que leer diversos artículos de este blog, de hace ya años, en que se veía venir algo así a la legua: un listo que ha canalizado todas esas energías negativas, ese hartazgo, ese cabreo, y los pretende transformar en votos. Y lo está haciendo.

Lo mismo que pasó en Alemania en los años 30, insisto nuevamente. Hitler no ganó solamente por tener un discurso convincente y una personalidad magnética, que también, sino por el desastre absoluto al que se enfrentaba. Si hubiera tenido a gente seria en el otro bando, alguien que se opusiera a sus planes con limpieza y rigor probablemente la historia habría sido otra, porque no olvidemos que los partidos fascistas también surgieron en Inglaterra, Estados Unidos y muchos otros países, sólo que perdieron. Incluso personajes famosos de la historia americana, como Charles Lindbergh, tontearon con las ideas nazis y apoyaron a Hitler, aunque más tarde se “arrepintieron” por haber sido engañados.

Sobre las críticas a las críticas, les diré que también llamaban “belicista”, “exagerado” o “agresivo” al señor Winston Churchill. Si le hubieran hecho más caso otro gallo cantaría.

En España puede ocurrir lo mismo con cierta facilidad, porque además hay un componente adicional: nos encanta ver cómo caen los poderosos. La famosa palabra alemana que da nombre a la alegría por la desgracia ajena, “Schadenfreude”, aquí se refiere sobre todo a la desgracia ajena de los de arriba.

Chistes sobre la muerte de Emilio Botín certifican esa mala leche patria, que viene ya desde los viejos cantares de ciego que se cachondeaban en la edad media de reyes y señores. No hemos cambiado mucho.

El problema no es que caigan los poderosos, el problema es quién ponemos en su lugar. Podemos está monopolizando “la alternativa”, y eso es terrible, porque nadie sabe muy bien ni lo que propone ni cómo lo pretende alcanzar. Sólo se sabe que ataca muy bien a los partidos actuales, y, si les soy sincero, tampoco es que haya que ser un catedrático para eso, porque lo están poniendo a huevo. Como a Hitler en su día.