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lunes, 24 de noviembre de 2014

Qué triste la vida del millonario

En la cola de Doña Manolita
1.720 euros de lotería es la que traje de Madrid, comprada en la administración de Doña Manolita. No sé si le ha tocado alguna vez el gordo pero la cosa va más por la canción de “a la sombra de un león” que por otra cosa. Teniendo en cuenta que para mí son sólo dos décimos, eso nos deja que me han encargado la friolera de 84. Casi nada.

La verdad es que es “culpa” mía, porque fui yo el que avisó en Facebook y por whatsapp a la gente de que iba a Madrid y que el que quisiera me encargara los décimos. Y lo hicieron, vive dios que lo hicieron. Pero si les soy sincero más allá de la preocupación de si se me ha quedado alguien en el tintero o si me traje décimos de menos, no tiene mayor importancia el tema.

Eso sí, que no me digan que no somos un país de ludópatas. En el fondo todos queremos hacernos ricos y dejar de trabajar, o trabajar con menos presión que es parecido. Soñar es gratis y el comprar esos décimos nos permite dar vueltas a la cabeza con el famoso “¿qué haría yo si me tocara el gordo?”.

Mucha gente dice que dejaría de trabajar. Yo entre ellos. La verdad es que no es exacto, lo más probable es que siguiera trabajando pero en lo que me apeteciera y a mi ritmo. Quizás me intentaría pagar una campaña electoral a la alcaldía, vaya usted a saber. No se trata de comprar el mandato, pero lo que nos íbamos a reír en esa campaña…

Lo que sí se plantea uno es el tema de la honradez. Verán, soy actualmente depositario de una importante cantidad de lotería de una Asociación. Si toca el gordo, estamos hablando de una cifra que rondaría los 200 millones de euros. No me digan que no es tentador salir por pies con los millones, claro que si realmente me lo planteara en serio no estaría anunciándolo en el blog, ¿no creen?

¿Merece la pena, toda la vida desconfiando?
Porque bien mirado vale, sí, te coges los millones y te vas. ¿A dónde? ¿A alguna república bananera a cambiarte la cara y estar toda la vida mirando por encima del hombro y a los lados por si viene alguien a por ti? ¿A un país donde no haya extradición pero donde el día menos pensado te pegan un tiro para robarte los millones que has logrado fraudulentamente? ¿Realmente merece la pena esa vida?

Habrá quien piense que sí. Que con tanto dinero puedes vivir como un rajá y permitirte casi cualquier cosa. Puede, no les digo que no, pero a costa de perderlo todo: tu vida, amigos, familia… porque no se engañen, desconfiarás toda la vida de todos. Cualquiera que se te acerque… ¿será porque le caes bien o porque quiere aprovecharse de ti?

Qué triste la vida del millonario si es por algo por lo que tiene que escapar de todo y de todos. No me gustaría, la verdad. Ni por 200 millones de euros.

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