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martes, 17 de marzo de 2015

El alcalde se saltará las ordenanzas, y encima lo anuncia...

La ley es igual para todos, pero sabemos que los Ayuntamientos no dictan leyes sino ordenanzas, y supongo que a eso se agarrará el señor Orozco para saltarse sus propias normas aduciendo interés para el pueblo, cuando no deja de ser mero electoralismo barato.

El PEPRI, el URBAN y muchas siglas más imponen que las fachadas del casco histórico sean vírgenes cual novicia conventual, y hace no mucho tiempo sancionaron dura y repetidamente a todo ciudadano que tuvo la osadía de colgar en sus balcones cualquier tipo de elemento, ya fuera una camisa a secar o un cartel anunciador de servicios jurídicos, dentales o cualquier otro.

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Pero anuncia el señor Orozco que esa norma no es tan rígida como parece, y que para mayor cachondeo no sólo se la va a saltar, sino que la va a violar en la casa de todos, en el Ayuntamiento, colgando una banderola reivindicativa de los servicios de hemodinámica, medicina nuclear y radioterapia… y todo esto a ocho semanas de las elecciones, aunque quizás soy muy malpensado es mera casualidad.

Esas casualidades que hacen que durante años se olvidara de este tema, o que cuando la Xunta estaba troceada por sus colegas del PSOE y sus socios-Guadiana del BNG no se reclamara tal cosa, ya no sólo para el HULA sino para el antiguo Xeral, ya que si es urgente ahora también lo sería de aquellas, digo yo.

Que el tema del HULA es un vertedero de votos para el PP es una obviedad. Que se calculó mal su incidencia, y francamente aún creo que se infravalora desde ese partido, es otra cosa básica de entender para cualquiera que vea el asunto con una mínima distancia… Pero…

"Excepto para el señor Orozco", olvidó añadir
la entonces concejala, nombrada irregularmente por cierto
Pero si Orozco y el PSOE siguen insistiendo en la politización del tema, sacando sus colores (literalmente) a la palestra y poniendo este asunto, claramente autonómico, como centro de la campaña local se arriesgan a conseguir el efecto rebote: que la gente vea que es lo que es, una burda maniobra electoral para arañar votos y hacer daño a Jaime Castiñeira por su doble condición de concejal y diputado.

Y lo peor de todo, es que si se desmoviliza a la gente por la politización del asunto, y se desanima a respaldar la reclamación por verla electoralista quizás la ciudad deje de pedir a voz en grito esos servicios que tanto necesitamos. Eso es lo más grave, sin duda.

Lugo es una ciudad bastante anestesiada en lo social y lo político. Salvo unos cuantos salvatierras que se van cambiando de siglas cada poco tiempo y se ponen la piel del cordero de “el Pueblo”, el resto de los lucenses son poco proclives a la manifestación y la reclamación. Pero el tema del HULA es lo bastante grave como para haber conseguido sacudir momentáneamente el letargo del lucense medio, y su utilización repugnante para arañar votos, cuanto más descarada sea (que ya lo es) más daño hará al fin último, que para muchos es evitar perder nuestras vidas y las de la gente que queremos de camino a La Coruña en una puñetera ambulancia.

La Plataforma, formada por la Federación de Vecinos y Abre la Muralla, está metiendo la pata tremendamente al permitir que esto se capitanee desde la calle Salmón (sede del PSOE local para quien no lo sepa), porque probablemente les suponga seguir recibiendo interesantes apoyos pero al final se diluirá la lucha final, y se quedará en un circo político que sólo revolverá un río del que Orozco sabe pescar como nadie.

Eso sí, volviendo al inicio… si el actual alcalde tiene el valor de poner las banderolas en el Ayuntamiento que luego no se queje si recibe alguna denuncia. Ya está bien del doble rasero.

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