Hoy he estado con ocho ladrones: me han robado cada uno 15 minutos de mi vida que jamás recuperaré. Dos horas de plúmbeo, predecible, soso y descafeinado debate entre los ocho cabezas de lista al ayuntamiento de Lugo.
Nota al margen para Sonia Méndez: los 15 minutos salen de las dos horas que duró el debate, dividas entre los ocho ponentes: 60 minutos de cada hora multiplicados por dos horas son 120 minutos, y si divides 120 entre 8 te da 15. Bueno, quizás en la calculadora que usa la concejala serían 50 minutos cada candidato que sumarían 2:57 horas. Si no lo pillan es que no han estado atentos estos días.
Hasta Orozco estuvo aburrido, y eso que no es uno de sus defectos. Parecía uno de esos leones que ya están de vuelta de todo y que, tumbados, apenas se preocupan de mover el rabo para espantar a las moscas. Francamente creo que no se molestó en elevar el nivel visto el panorama, y posiblemente acertó. “Pa qué”, pensaría.
Público asistente al principio de la sesión |
Los discursos predecibles, mecánicos, llenos de lugares comunes. El público entregado a sus respectivos candidatos, ya que la sala estaba llena pero por miembros de las diferentes listas, acólitos, y trabajadores de los diferentes partidos, lo cual no tiene nada de malo, pero le resta interés. También había chavales jóvenes, que se fueron al cabo de un rato, cuando se consiguieron despertar lo bastante como para andar.
Si les soy sincero hasta me cuesta trabajo explicarles de qué se habló, porque la cosa fue tan descafeinada… Una ponencia inicial (transparencia, gestión, “lo importante son las personas”, turismo, trabajo, empleo…) en la que se mencionaba a Lugo de forma genérica. Luego algunas preguntas sorprendentemente obvias como “¿qué opinan de las encuestas que se están publicando?” (Evidentemente los que les salen bien “son solo encuestas pero es una satisfacción”, y los que les salen mal “la verdadera encuesta es el 24 y los ciudadanos le darán la vuelta a la situación”). Bla bla bla…
Hasta respondieron al guión preestablecido los de la plataforma que pide los votos para Orozco… perdón, ha sido un lapsus, quiero decir los servicios para el HULA, que hicieron su pregunta de rigor para fastidiar a Castiñeira y, una vez logrado su minuto de gloria ("¡Hala, chúpate esa!" decían con la mirada), se marcharon sin esperar a que terminase el debate. Supongo que a preparar la factura por los servicios prestados.
Las únicas notas de color las pusieron algunos candidatos de agrupaciones con pocas posibilidades, que nos hicieron reír un rato. Desde el patetismo de alguno que le quedaba tan grande el debate como la chaqueta, hasta el que se nos puso a hablar de la importancia del sector pesquero. Sí, han leído bien. Se ve que en el Miño este año habrá temporada de atún.
La bisoñez de los nuevos candidatos les pasó factura, ya fuera por nervios o por falta de conocimiento de la ciudad. Incluso en ocasiones tiraron piedras contra su propio tejado hablando de que su primera medida al llegar al Ayuntamiento sería enterarse de cómo funciona (pues estamos listos...) o contando la anécdota de que un candidato de su partido, al que las encuestas no le daban representación, se pasó a otro y de repente le dieron en los sondeos 6 concejales (vamos, que el problema era el partido y no el candidato).
Habrán visto que he intentado no dar pistas ni nombres porque hasta me da cosa poner quién provocó cada bostezo. El nivel general fue tan tremendamente bajo que no merece la pena.
Público que resistía hacia el final... |
Encima, por si esto fuera poco, de Lugo no habló nadie, fuera de los típicos mensajes genéricos de “mejoraremos el transporte”, “haremos un Lugo para las personas” o “acabaremos con la corrupción del ayuntamiento”. Propuestas: cero. Imaginen cómo sería el tema que yo pensaba preguntar por la opinión de los candidatos sobre mantener la estación de autobuses de Lugo en donde está ahora y no la hice porque me parecía fuera de lugar…
Eso sí, hablaron de la PAC, el precio de la leche, el paro, las competencias de la Xunta sobre saneamiento rural… todo muy importante para el votante medio de Lugo.
En cuanto a la dialéctica, dejando al margen los contenidos (como nadie dijo nada, todos bajo mínimos), muy bien Orozco y Portomeñe, bien Castiñeira y Olga Louzao, regular Rocha y Arrojo (ahora Arroxo), y bastante más flojo Agustín, aunque eclipsado por supuesto por Ildefonso Saavedra, quien por cierto afirmó que los grandes partidos son los únicos a los que benefician los medios de comunicación (¡¡¡mátame, camión!!!).
Por último decir que la gente que va apoyar a su candidato, que me parece muy bien, debería ser más educada. No es normal que se pasen todo el debate haciendo aspavientos y chistecitos básicos de los contrincantes en voz baja/alta, que es la que se pone para que parezca que comentas con el de al lado pero que realmente es para que te oigan los de alrededor, y “crear opinión” o que los jefes vean lo ingenioso que eres y lo bien que se te da ridiculizar al adversario o aplaudir al propio. Vamos como en el cumpleaños de mi sobrina. La de seis años, no la de nueve.
En resumen: entré con las dudas de a quién votar, y salí pensando a qué ciudad irme a vivir. Así de penoso fue el asunto.