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lunes, 13 de abril de 2015

Mi primera (y decepcionante) experiencia con Ciudadanos en Lugo

Les advierto antes de nada que hoy el artículo es largo, hasta para ser yo. Luego no digan que no les previne. Tras este aviso de interés público, vamos al tajo:

Cartel de presentación.
El pasado jueves acudí al “Café Ciudadano”, el primer acto abierto al público del que tuve noticia convocado por la agrupación lucense de Ciudadanos. Como el viernes cumplía los 300 artículos en Galicia Digital decidí posponer mi análisis de lo que vi hasta hoy, aprovechando estos días para valorar mis impresiones. Siguen siendo las mismas y no son muy buenas.

El juego de las expectativas, esa trampa mortal en la que ha caído Podemos, es peligrosísimo en cualquier esfera de la vida, pero en política es particularmente letal. Los 15 diputados de Podemos en Andalucía, un resultado que debería ser calificado de excelente partiendo de la nada, son considerados como una debacle frente al que se ve como éxito, los 9 de Ciudadanos, y todo es debido a que unos esperaban mucho más y los otros algo similar o incluso peor. Ya ven cómo están las cosas.

Reconozco que mis expectativas eran altas. El discurso de Albert Rivera en general me gusta, es sólido, parece coherente, suena bien, lo presenta con una facilidad de palabra envidiable y, encima, tiene un punto de respeto hacia los demás partidos al que no estamos acostumbrados y que resulta atractivo. Lógicamente, al ser esa la única cara visible de Ciudadanos te haces a la idea de que los demás serán como clones, y buscas un clavo ardiendo al que agarrarte. Y no.

Para ir entrando en materia comienzo hablándoles de la pésima organización del evento. Llegamos un poco despistados, porque al ser convocado como “Café Ciudadano” no teníamos muy claro de qué iba el asunto. El subtítulo, un “queremos escucharte”, sugería un intercambio de ideas en dos direcciones, lo cual sonaba muy bien. Nuestro despiste no mejoró al llegar porque allí los que también parecían un poco perdidos eran los propios miembros de la organización. Nos dirigimos a algunos conocidos y sabían lo mismo que nosotros: nada.

Preguntamos dónde tendría lugar el acto, y nos dijeron que no sabían porque los sofás donde pensaban sentarse los habían ocupado unas chicas que iban a tomar un café. Llamativo no tener la previsión de ir antes a coger el sitio si no tenías hablado con el local un espacio donde tratar los asuntos a los que se iban o dónde atender a la gente. Tampoco es argumento que fuéramos muchos, porque sacando los que tenían la pegatina del partido (supongo que militantes o miembros de la candidatura) no creo que llegáramos a la decena los interesados “externos”.

Salimos al exterior, a una terraza trasera, y allí hubo una brevísima presentación de dos frases por parte de dos miembros de la ejecutiva de Ciudadanos en Lugo. Nada que objetar, que de discursos castristas estamos todos más que hartos. A partir de ahí, te quedabas un poco despistado nuevamente porque los miembros de Ciudadanos se presentaban entre ellos en “petit comité” (por lo que se ve no se conocían todos).

Entre toda esta confusión surgió un faro de esperanza: Olga Louzao, portavoz de Ciudadanos en Lugo percibió nuestra mirada de confusión y se acercó a hablar con nosotros. Un punto importante para ella. Nos acogió y nos preguntó si éramos afiliados, simpatizantes o simplemente personas que acudíamos por curiosidad. Éramos de este último grupo.

Tras unas amables palabras que disiparon notablemente la pobre sensación sobre la organización del acto, diluyéndola en simpatía y cercanía, entramos en materia. Limpieza, transparencia, cambio, ilusión, trabajo, energía, preparación, sensibilidad… todo palabras hermosas y muy apropiadas que son, a día de hoy, necesarias en la política local… pero… siempre tiene que haber un pero… a mí no me resultan suficientes. Necesito más en unas municipales. Necesito Lugo. Ni una palabra sobre la ciudad o las ideas para mejorarla o cambiarla.

Quienes me conocen saben que soy un pelín osado en estos temas (sobre todo cuando me tocan “mi Lugo”), incluso, diciéndolo suavemente, algo mosca cojonera (en confianza con ustedes, y que no salga de aquí, creo que el término con el que me definí ante los interlocutores de la charla era “tocapelotas”, pero de buen rollo). Pues ejerciendo como tal les indiqué que me parecía que su discurso era bueno pero un poco vacío de contenido para unas locales, más apropiado para unas elecciones generales.

El vecino quiere saber que quien se presenta es honrado, pero casi le importa tanto o más si le van a poner el banco, la farola, o si el autobús va a seguir parando delante de su casa o a trescientos metros.

Para poner un poco a prueba el tema, les pregunté por dos temas concretos: ¿tiene intención Ciudadanos de reformar el PEPRI? ¿Qué opinan sobre la nueva estación intermodal que se proyecta en las Gándaras? La respuesta a ambas preguntas, tras un silencio incómodo, fue: “no nos queremos comprometer con cosas que no sabemos si podemos prometer”, es decir “ni idea”. Preocupante cuando el primero es el tema más importante que hay sobre la mesa para el casco histórico y el segundo uno de los fundamentales para el futuro de la ciudad.

Creo que se me notó el chasco en la cara, porque vino como refuerzo un tal Pedro (no me quedé con el apellido, porque aunque lo dijeran, que creo que no, soy un desastre para estas cosas, lo reconozco) que al rescate volvió a los temas habituales: el despilfarro de Orozco en el MIHL, en la cafetería del Parque, Liñares, Pokemon… en fin, las cosas que cualquier lucense piensa cuando lee esas noticias. Pero no dejaban de ser sitios comunes, la adaptación del discurso de Bárcenas y los ERE de Andalucía traído a Lugo, dentro de la falta de propuestas que observé… y ahí saltó lo que más me preocupó de toda la velada…

Para cubrir sus obvias lagunas en ese sentido añadió algo como “hasta que entremos en el Ayuntamiento y abramos los cajones no sabemos lo que nos vamos a encontrar” (algo que puede parecer razonable) “porque hay cosas que no son públicas, como el convenio de la empresa de recogida de basuras”. Ahí me quedé frío. Sí es público. De hecho yo tengo una copia porque se publicó en el B.O.P. y lo busqué cuando fue la huelga del verano. Se lo dije y me lo discutió “no, no es público”. “Sí, sí lo es”. Y ahí quedó el tema. Hasta yo sé cuándo es buen momento para dejar un tema que no lleva a ningún sitio.

Algunos miembros de Ciudadanos en Lugo.
La foto no es del acto del jueves, sino de la presentación.
Foto: La Voz de Galicia
Por último, que creo que por hoy ya es bastante, hay otro importante asunto que me preocupa. Ya tienen hecho el programa electoral y ya se lo aprobaron “en Barcelona”. Entiendo que un partido reciente revise las cosas que ponen sus “nuevos”, y eso no me parece completamente disparatado pero… si ya tienen el programa electoral ¿qué pintábamos allí? Es decir, si iban a “escucharnos”… ¿qué querían oír? Porque francamente, si el programa está ya cerrado no sé de dónde han sacado las cosas, pero no de escuchar a nadie que yo sepa. Y si ya lo tienen listo, ¿para qué nos dicen que vayamos a hablar? ¿Para hacer terapia?

Creo que a Ciudadanos le ha pasado lo contrario que a Podemos. Mientras los de Pablo Iglesias calcularon mal los tiempos y salieron con adelanto a la palestra, lo que les ha dado tiempo a subir alto pero también a pegársela sin conseguir nada importante, los de Rivera han esperado demasiado y los va a pillar el toro. Que a un mes y medio de las elecciones aún no te conozca ni el gato (aunque sí a tu jefe porque sale en el telediario) es raro como mínimo, y que tu programa electoral se haya hecho entre cuatro amigos tampoco parece lo más razonable en unas municipales.

Están verdes, muy verdes, y eso solo se lo pueden permitir los partidos con una infraestructura sobre la que descansar, que no es el caso. Tendrán un éxito relativo, ya que hay alguna gente que vota en las municipales pensando en clave nacional y llevados por el Telediario, pero menos de la que probablemente se esperan, y no sé si las 2.500 personas que, más o menos, hacen falta para entrar en el ayuntamiento.

Salí decepcionado, la verdad, pero iremos viendo lo que pasa. Probablemente les parezca duro con esta agrupación, y es cierto, lo soy igual que lo he sido con todas las demás, pero es lo que hay a día de hoy: ciudadanos hartos y necesitados de un faro de esperanza. Espero que mejoren algo porque Olga me pareció una mujer preparada, inteligente, atenta y animada a cambiar las cosas, pero no sé yo… creo que se han dormido un poco y me faltó mucho Lugo. Muchísimo.

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