El otro día se debatía agriamente en un foro el tema del C.D. Lugo, cuyo consejo de administración por lo visto dimitirá en esta semana al completo, o casi al completo (me parece entender que los cargos políticos se quedan). El motivo, aparentemente, es la nueva propiedad del club que ha pasado en un 49% a manos de Tino Saqués, y quizás el requerimiento que éste envió al club el 20 de febrero en que reclamaba una convocatoria de junta general extraordinaria de accionistas.
El C.D. Lugo, que iba bien, se ve obligado a pasar a ser una sociedad anónima deportiva por una norma en la que no vamos a entrar, aunque nos ha hecho la puñeta a todos porque ha sido la que empezó todo este rollo, si bien es cierto que el Breogán pasó por lo mismo y ahí lo tienen, tan rufo.
Hacían falta unos milloncejos de euros y aquí es donde empieza este calvario. Primero se pide a los lucenses que pongan el dinero, llamamiento de escaso éxito porque se limitaba mucho la compra de acciones con el pretexto de que hubiera “para todos” (ojalá ese fuera el problema) y que se intentaba evitar que una o dos personas controlasen el club. Bonito objetivo si no fuera porque al final les ha salido al revés.
Algunos, que somos ajenos al mundo del fútbol y tenemos poco que decir sobre ese tema, compramos acciones en un intento de ayudar a la marca Lugo y a defender a un club que, hasta para los no forofos, viene bien y es positivo para la ciudad.
Como aun así no se juntaba el dinero ni de broma, y faltaban todavía un millón y medio de euros, entran el Ayuntamiento y la Diputación, en una acción compleja de entender, a apechugar ese dinero en conjunto con el compromiso de que se buscaría un accionista privado que comprara sus acciones, lo que por otra parte anularía la intención inicial de que no lo controlase una única persona… si es que esa intención era real, que visto lo visto uno ya lo duda.
Entonces aparece el salvador, un empresario de origen lucense pero que está afincado en Luxemburgo llamado Gerard López. Se realiza una adjudicación por parte de la Diputación (que, por cierto, también se encargó de enajenar las acciones del Ayuntamiento, cosa llamativa), y el único que concurre al proceso es Gerard López. Pero resulta que en su solicitud puso que la forma de pago sería aplazado, cosa que no contemplaban las bases, así que queda desierta la adjudicación. Hay que repetirla.
Gerard López. Foto: La Voz de Galicia |
Se comienza nuevamente el proceso y se publican las nuevas bases, en que se incluye la fórmula de pago planteada por el empresario… y a última hora (literalmente) Tino Saqués hace una propuesta en que mejora la oferta económica de López y se hace con el concurso. Aquí es cuando se lía parda.
El concurso tiene dos fases en que se valora la propuesta económica y la deportiva. La nota de Saqués en la parte deportiva es muy inferior a la de López, pero estamos un sistema capitalista y la Diputación valoró más la pasta, así que los 1,6 millones de euros propuestos por Saqués superan a los 1,5 de López y se lleva el gato al agua.
A partir de ese momento las cosas se precipitan: la directiva del Lugo muestra sus disgusto porque por lo que se ve los desencuentros con Tino Saqués eran habituales, e impugnan el concurso (curioso, porque la primera vez les pareció maravilloso) reconociendo incluso que si hubiera ganado López no lo habrían impugnado, que ya es decir.
Tino Saqués Foto: El Progreso |
Personalmente, como lucense y como modesto accionista, les diré que a mí me preocupa muy poco que el máximo accionista sea Saqués o López pero sí me intranquiliza un poco más que sea una única persona el que tenga el 49% de las acciones del club de mi ciudad. Se supone que el Lugo es un bien común de los lucenses, si bien hay que reconocer también que el escaso interés colectivo que se demostró cuando se pusieron a la venta las acciones es lo que originó este caos.
Tengo un recorte en casa de una entrevista que le hicieron a mi abuelo Cándido en un partido del Lugo en que se ofrecía a poner 5.000 pesetas de las de aquella para comenzar una suscripción popular para poner luces en el estadio. Hoy eso no creo que funcionara porque todos somos “aficionados” de boquilla pero no de cartera.
Tino Saqués aprovechó la ocasión, porque es un tipo espabilado, y logró adjudicarse el concurso porque su competidor enseñó sus cartas con la confianza de que sería el único que quería comprar ese 49%. Se equivocó y Saqués aprovechó la ocasión, lo cual es lícito. Además, que el propietario viva en Lugo es un punto a favor, qué quieren que les diga.
No defiendo a Saqués ni ataco a López porque ni conozco a ninguno de los dos ni tengo referencia alguna, pero tampoco veo clara esa animadversión contra alguien que lo que ha hecho es poner su dinero sobre la mesa para salvar al C.D. Lugo. Si Gerard López era un salvador, Tino Saqués también lo es, digo yo. Lo que pase a partir de ahora lo veremos, pero si les soy sincero es preocupante que las cosas se tuerzan cuando al equipo le iba tan bien.
Esperemos que esto sea solamente un bache y que pronto las aguas vuelvan a su cauce.
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