Hoy he votado

Hoy he votado. Lo he hecho por correo así que ya no hay vuelta atrás. No hace falta que me den más folletos, bolígrafos, mecheros o caramelos de ningún partido porque ni los necesito ni les van a servir de nada.

Aunque el voto es secreto, mantenerlo así es una cuestión meramente personal, así que les voy a decir a quién he votado y por qué lo he hecho. Empezaré por el final.

Lugo lleva 16 años gobernado por Orozco con diferentes opciones, pero tanto en bipartito, como en mayoría absoluta o simple, la marca de la casa es similar: políticas cortoplacistas y mucho “estamos en ello” pero sin estar en nada, gastando los cuartos en cosas poco necesarias mientras lo principal está como está.

Tras estos tres lustros largos, la ciudad hereda lo que hereda: nuevas moles de hormigón como las espantosas torres que están tras la estación de autobuses o el Garañón (el gran monumento a la corrupción de la ciudad); la eliminación de los carriles bici y el mantenimiento de las estaciones de préstamo de bicis fantasma, ya que funcionaron menos tiempo del que llevan paradas y vacías; la parálisis de los transportes hacia otras urbes, porque ferrocarril y bus siguen siendo los de siempre más o menos salvo puntuales mejoras que casi nadie conoce; cafeterías que nos han costado auténticas fortunas (baste recordar los más de 700.000 euros de la del parque); despilfarro del plan URBAN que sólo ha servido para destrozar dos plazas (San Marcos y O Cantiño) y hacer otra cafetería más encima de un edificio que no debería existir (para dejar a la vista la parte de la antigua cárcel, que es preciosa), pero que mantiene la pobre impresión desde la Muralla que sufrimos todos, locales y visitantes; el caos del tráfico, ridículo en una ciudad donde somos los que somos; los contratos caducados o judicializados a los que se paga puntualmente su mensualidad; el deficiente servicio de autobuses; la construcción de dos centros comerciales que dañan a las empresas locales; las investigaciones continuas por parte de los juzgados a los servicios municipales y sus privatizaciones; la detención de exconcejales que gozaban de la plena confianza del Alcalde; el uso y abuso caprichoso de las autorizaciones para actividades en la vía pública dependiendo del humor con que se levanta de la cama el primer edil; el torpedeo a iniciativas privadas porque no son “de su cuerda”…

Aunque este relatorio no debería ser necesario a estas alturas de la película, creo que justifica ampliamente el objetivo fundamental buscado a través de mi voto: es prioritario cambiar de gobierno en Lugo. De hecho me parece inconcebible que las encuestas sigan dando a Orozco los votos que le dan. En otra ciudad lo habríamos largado los ciudadanos sin esperar al final del mandato, como muy tarde el día que le pusieron las esposas a Liñares por primera vez. Sin embargo aquí a éste le llaman Don Francisco por la calle mientras le montan escraches a García Díez por las preferentes, cuando quien estuvo en el consejo de administración de Caixa Galicia fue el señor Orozco.

Una vez aclarado que mi objetivo fundamental es cambiar de gobierno en Lugo, es evidente que el PSOE no es el destinatario de mi voto. No creo que haga falta profundizar más en ello.

Tampoco lo es el BNG, que tras quedarse ronco diciendo que no confía en Orozco no solo le entregó la alcaldía en 2011 tras una serie de pactos (secretos y a puerta cerrada), sino que se marchó pero lo dejó a cargo de la tienda. Es decir, que no nos fiamos de ti pero ahí te quedas, con las llaves de la despensa. Como para volver a fiarse. Todos sabemos que si hay que pactar pactarán, a cambio de una porción de las jugosas tartas local y provincial.

También he de descartar a otras opciones como Lugonovo que afirma que no pactará con Orozco pero deja la puerta abierta a hacerlo con los que vienen detrás. Además, ideológicamente no coincidimos para nada, sobre todo a causa del protagonismo de Podemos.

Esto último también hace que no vote a Alternativa Cidadá de Esquerdas, más conocida como Izquierda Unida, a pesar de que Carlos Portomeñe me resulta simpático (también Fernández Rocha, la verdad, aunque lo conozco poco, hemos hablado dos veces) y además creo que es un tipo realmente coherente, al menos en lo que al discurso se refiere porque como no ha tocado gobierno no sabemos si lo sería en la práctica. He coincidido con Carlos en varias tertulias y en temas locales estamos de acuerdo en un 90%.

Descarto también a Foro Lugo Independiente porque francamente me parece un partido poco serio encabezado por una persona que ha demostrado que está ahí para ir contra su ex-partido político, y más concretamente contra una persona en particular. El argumento de “la despechada” puede ser bueno para una telenovela, pero no como alternativa seria de gobierno. Escucharlo hablar tampoco me ayuda a usar su papeleta, al menos para meterla en la urna.

Tampoco es el Partido Animalista el objeto de mis simpatías. Primero porque no creo en su objetivo fundamental (lo de los derechos de los animales no lo veo), y segundo porque ni ellos se toman en serio la campaña ni la ciudad. Al menos nadie los conoce de nada.

Me quedan, pues, tres opciones: PP, Ciudadanos y UPyD. Y ahí es donde entra la cuestión del voto útil. Recuerden que el objetivo para mí es cambiar de gobierno.

UPyD ha demostrado contundentemente que es el antibiótico de la corrupción a nivel nacional. Es un partido que se ha mojado económicamente (y de hecho está al borde de la quiebra) para poder pagar las denuncias que llevaron a Rato a donde está. Si algo necesita Lugo como agua de mayo es algo así, entre otras cosas para que dejen de decirnos cuando salimos de la ciudad eso de “¿qué os pasa en Lugo que no hacéis más que abrir telediarios por la corrupción?”. Lamentablemente han decidido seguir el mismo camino que Lugonovo y afirmar que no pactarán “con Orozco”. El resto de la lista del PSOE parece que les gusta más. A mí no.

La actualidad tampoco les ayuda, y en Lugo el Telediario pesa mucho a la hora de votar. Dudo que obtengan representación y por lo tanto el voto a UPyD sería un acto simbólico pero poco productivo. Por esto, sintiéndolo mucho por Agustín y por Ana, y no es una forma de hablar, sino un genuino sentimiento de pesar, los he descartado como opción. Les va a hacer la puñeta el “voto útil” de las narices, me parece.

El PP, por su parte, presenta a las elecciones a Jaime Castiñeira, acompañado por una lista de personas que supuestamente son la alternativa al gobierno. Incluso desde la oposición ya he tenido importantes desencuentros con varios de los primeros espadas de la candidatura, como es de muchos conocido. En un pobre aval para empezar un cambio en la ciudad desde mi particular punto de vista que es el que decide mi voto.

Además, la torpeza demostrada por el PP en muchos asuntos a nivel nacional y local, como el tema del HULA, hicieron que me alejara de ellos e incluso me diera de baja del partido hace unos meses, cabreado, decepcionado y dolido. Es muy complicado votar a quienes recientemente has dicho que no apoyas… y sin embargo… sin embargo son a los que he votado.

No lo he hecho porque despierten en mí una tremenda ilusión (no es el caso), sino porque para que salgan del gobierno Orozco y su gente la única opción es Jaime. Si Orozco gana en votos podrá gobernar en minoría. Me planteo la posibilidad de cuatro años más de Orozco y sus muchachos y me echo a temblar ante semejante perspectiva, que no es descabellada a menos que el PP supere en votos al PSOE.

También se abre el escenario de que Orozco se marche por la puerta de atrás y entre como reemplazo Lara o Santín, a quienes no conoce ni el gato en Lugo (y los que conocemos a alguno preferiríamos no tener ese dudoso honor). En cualquier caso, sería mantener a los mismos que han dejado esta ciudad en stand by desde 1.999, los que han tirado muchos millones de euros en caprichos y cosas improductivas. No puedo asumirlo.

La posibilidad realista, por tanto, de cambio de gobierno es que Jaime tenga más votos que Orozco, con o sin absoluta. Si no la consigue quizás la abstención de los otros grupos deje al PP con la alcaldía en minoría, lo que es un mal menor. ¡Qué triste tener que confiar en un mal menor!

Supongo que al PP le da igual que mi voto sea por ese motivo, mientras les vote, pero deberían entender que pase lo que pase sacar pecho (si les va bien) sería peligroso. Y si les va mal, a pesar de todo lo ocurrido en Lugo, sería para sentarse en el sofá de su casa y no en el banquillo de la oposición. No merecerían tal honor.

Dejo para el final el caso de Ciudadanos. A algunos les puede sorprender que no les haya votado. A mí también me ha sorprendido un poco mi propio voto, porque es más que evidente mi simpatía por Olga Louzao, que no hizo más que acrecentarse desde que la conocí, y por sus siglas.

El problema que tengo con Ciudadanos es que, al igual que Lugonovo o UPyD, aunque ponen la línea roja en Orozco no garantizan un cambio de Gobierno en Lugo, y en mi opinión con cambiar al número uno no se soluciona el problema. Entiendo que por estrategia no digan que van apoyar a Jaime, pero eso hace que yo no sepa seguro qué va a pasar a menos que éste saque mayoría. Y las encuestas no se la dan.

Me temo que lo que pase en nuestra ciudad le trae sin cuidado a Ciudadanos como partido. Entiéndanme bien, no me refiero a la buena gente que tienen en Lugo, que la tienen, sino a algo más global. Creo firmemente que su única aspiración como organización es el Gobierno de la Nación, las elecciones generales de final de año, y que si para subir allí tienen que pactar o dejar de pactar en ciudades y comunidades autónomas buscando un “equilibrio” que los haga parecer lejanos tanto del PP como del PSOE lo van a hacer, al margen de lo que opinen (hasta cierto punto) las agrupaciones locales de cada sitio, y no quiero que mi ciudad sea sacrificada en los altares del “bien supremo” o una mera moneda de cambio para nadie. Lugo es un fin en sí mismo.

¿Mi escenario ideal? Que yo fuera Alcalde de Lugo, como es obvio, pero como no me presenté me tendré que conformar con una victoria por mayoría simple de Jaime y una abstención de los grupos minoritarios, esperando que no le den el enésimo balón de oxígeno a Orozco. Me gustaría que Ciudadanos pudiera ser el árbitro de los próximos cuatro años en Lugo, y que todos se tengan que currar los debates y las posturas.

No soy enemigo de las mayorías absolutas, y de hecho creo que no pueden ser tan malas si los que no las obtienen se dedican a fabricarlas al día siguiente de las elecciones. Pero en esta ocasión no la quiero en Lugo y si realmente hay una abstención de los minoritarios quizás lo mejor sea un gobierno en minoría. Pero otro, no el que hay, no el de Orozco.

Hala, luego no digan que no me mojo.