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miércoles, 27 de mayo de 2015

Reina por un día

Reflexionando estos días sobre las formas y maneras que tiene el PSOE de imponer al candidato que quiera, al margen de lo que diga la Ley Electoral, he llegado a una conclusión terrible y que no tiene vuelta atrás, ya que incluso tendrían la garantía de que durante los siguientes cuatro años esa persona, sea Lara, Santín o quien prefieran, no podrá ser cesada ni siquiera por el Pleno del Ayuntamiento de Lugo.

El camino pasa por escenificar una opereta en dos actos, en que alguien exagera, otros se asustan, un tercero reina por un día, y luego es destronado.

Acto 1.- El desencuentro:

Orozco, actor principal en esta fase de la tragicomedia, sale al escenario arrastrando un pesado crucifijo de madera. Se da golpes en el pecho y grita “¡Lugo, Lugo! ¿Por qué me has abandonado?”. Tras unos momentos de gran emoción y tensión recompone el gesto, tira la cruz al público y se sube a un pedestal desde el que grita “¡Venir a por mí si tenéis lo que hay que tener!”.

Imagen de una opereta
El coro, formado por Lugonovo y BNG como sopranos, y Ciudadanos y ACE como voces de fondo, asisten aterrorizados a la escena, pensando que algunos se ven irremediablemente atados a pactar con un personaje tan variable o permitir que Jaime Castiñeira, que asoma por la cortina lateral, se haga con la alcaldía.

Ante los gritos del respetable, que exigen que se cumpla la palabra dada en campaña, el coro se retira a deliberar indefinidamente, con lo que llega el descanso y, según las normas, hay que elegir alcalde antes de que el público vaya al bar de la entrada. Con el silencio de los partidos-muleta, que no se atreven a votar a Orozco por si sus afiliados tienen una memoria que abarque más de 15 días, Jaime es elegido alcalde. En minoría, pero alcalde.

Tras unos segundos de muda impresión, el público aplaude (con algunos abucheos intercalados) mientras comenta por lo bajo “¡Quién lo iba a decir!”.

Acto 2.- La rebelión:

Tres meses más tarde de la elección del alcalde, todas sus propuestas han sido rechazadas por un pleno hostil, donde solamente se han aprobado las iniciativas de la oposición sobre temas tan importantes para la ciudad como la declaración de apoyo al Estado Palestino, la resolución para instar al Gobierno de la Nación a abrir un proceso de independencia de Galicia (que se anexionaría Asturias y tres provincias de Castilla-León en justicia con la historia escrita por un comité de sabios formado por los más altos estudiosos, elegidos por el espectro nacionalista, habitualmente tan objetivo), la crítica a las políticas de Ángela Merkel, y la petición de comparecencia del ministro de finanzas de Grecia para que explique el milagro de su bancarrota democrática. Se suspende el pleno durante un rato hasta que alguien busca en Google cómo se escribe su nombre para enviarle la invitación. El ministro por ahora no ha respondido a la petición, pero se confía en su pronta asistencia al pleno, en cuanto le dejen salir de Grecia y el gobierno heleno junte dinero para el billete.

Ante el desgobierno absoluto, y tras muchas horas de reflexión, el PSOE decide tomar la dura decisión de presentar a los demás grupos una moción de censura contra el alcalde. En esa moción presenta como candidato alternativo al número tres de la lista, un hombre al que el público mira con extrañeza mientras susurra “¿y ese quién es?” (o "¿y esa quién es?" si finalmente la opción es Lara).

Los grupos-muleta, tanto el habitual (BNG) como el “Novo” ven oportunidad de trincar un par de concejalías por barba y apoyan la moción de censura. Lara Méndez es la nueva regidora o Santín es el nuevo alcalde de la ciudad (depende de quien pierda su particular guerra y se tenga que "conformar" con la capital en vez de la provincia) o incluso el propio Orozco, vaya usted a saber, y quien sea tiene la tranquilidad de que lo será durante los siguientes tres años y nueve meses, ya que la ley electoral impide más de una moción de censura por mandato. Las vagas amenazas de Lugonovo y BNG de retirarle su apoyo provocan las carcajadas del respetable, que recuerda la tranquilidad con que gobernó Orozco tras la salida del Bloque del gobierno local.

Cae el telón.

Lugo tiene un nuevo alcalde a quien casi nadie conoce y a quien nadie votó. ¡Viva la democracia!

2 comentarios:

  1. Tercer acto:

    Se podría intercalar justo antes de la caída del telón.

    Tras seis meses del nuevo gobierno tripartito, el nuevo alcalde o alcaldesa decide expulsar del gobierno a los concejales de otros partidos. Estos, asqueados por la traición, deciden tomar medidas y echar al alcalde. Lamentablemente se encuentran con que la ley electoral dice que es necesaria una mayoría absoluta para plantear la moción de censura y que un concejal solo puede firmar una por mandato, con lo que como ya hay usado esa herramienta contra Jaime Castiñeira están atados hasta las siguientes elecciones.

    Las comparsas se echan a llorar y el público a temblar.

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  2. Pues no es descartable esa astracanada. Oye, ¿y si siguen la estela de la lideresa Aguirre y proponen un gobierno Psoe con apoyo pepero?. Piensa un poco y nos divertimos más aún.

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