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miércoles, 6 de mayo de 2015

Sale Franco, entra Cordeiro

Que Orozco es un viejo zorro (en el buen sentido, no se me alteren) y el mejor político que recuerdo en Lugo (aunque paradójicamente el peor alcalde) es algo que ya saben los que me leen de vez en cuando. Pero que la oposición caiga en sus redes con la candidez propia de una colegiala es más llamativo.

Placa de General Tella - Foto de El Progreso
Tras 16 años de gobierno, Orozco se acuerda repentinamente de que Franco sigue siendo alcalde honorario de Lugo (se le despistó el tema, por lo visto) y que hay calles en la ciudad que portan nombres de distinguidos miembros de la dictadura, mezclados con los de personas que fueron notables en esa época pero no por sus simpatías con el Régimen. Y lleva a Pleno cambiar eso a cuatro días de la campaña electoral. Y el PP vota en contra. A 20 días de las municipales.

Cualquier persona medio normal se daría cuenta de la obvia trampa, pero Orozco, hábil y astuto, sabe que no hay nada que le guste más a alguno que demostrar que sabe nadar a contracorriente aunque elija los ríos más peligrosos en que practicar tan discutible afición. Y caen como moscas en la trampa de la rica miel.

En resumen: el lunes se debatió en el Pleno municipal modificar 7 nombres de calles dedicadas a personas que en su día fueron honradas con tal honor, y en la misma propuesta se metió la retirada de reconocimientos a Franco. Y el PP votó en contra. A 20 días de las municipales.

Si les soy sincero me revienta el revisionismo histórico y más cuando pagan justos por pecadores. Que en el callejero había nombres de señores que no movieron un dedo por Lugo en su vida y que estaban ahí por ser activos colaboradores de la dictadura es una obviedad, y yo también los quitaría porque no pintaban nada en el callejero.

Pero lo grande es que el informe del secretario de la corporación especifica que de las 7 calles solo tres están afectadas por la ley de memoria histórica, ya que los otros cuatro no podían entrar en ese saco ya que no se habían ganado su calle por franquistas, sino por haber hecho cosas por Lugo… pero la argumentación es irrelevante porque Orozco metió, con toda intención, el tema de los honores de Franco en el mismo debate. Y el PP votó en contra. A 20 días de las municipales.

Es bien conocedor, el Alcalde, de que es más difícil razonar contra un eslogan que difundirlo, y así aunque haya algún motivo que pueda explicar (con dificultad) ese voto contra esto, nadie lo escuchará porque pesa más el “Jaime votó contra retirar a Franco sus títulos honoríficos” que todo lo demás. ¿Que se cometía una injusticia contra alguna persona? Sí, pero en ese caso lo que tienes que hacer es abstenerte en la votación y explicar por qué te abstienes, pero levantar el brazo derecha en contra… es muy complicado, la verdad.

Orozco, al menos por ahora, está pasando bastante de la campaña, y probablemente es porque ya tiene quien la haga por él. Tanto el circo de las camisetas, que colará probablemente, como las meteduras de pata de la oposición están facilitando notablemente su permanencia como alcalde por cuatro años más, por lo menos. Lo que es evidente es que si Jaime es alcalde no será porque no ha intentado evitarlo por todos los medios a su alcance.

Un aparte sobre Luis Cordeiro:

Por último, permítanme un reconocimiento concreto y expreso a uno de los nuevos nombres del callejero: Don Luis Cordeiro.

Don Luis Cordeiro
Conocí Cordeiro hace ya años, cuando él era Jefe de Gabinete del Presidente del Parlamento de Galicia y yo estudiante de Ciencias Políticas. Pedí autorización para ir de público a los plenos del Parlamento, y don Luis, por conocer a mis padres y mis abuelos, tuvo la amabilidad de venir a dármelo en persona. Ahí empezamos a conocernos y a apreciarnos, al menos en lo que a mí respecta. De vez en cuando me acompañaba un buen rato en los plenos, y me preguntaba siempre si no me cansaba de escuchar aquella verborrea. Me enseñó mucho, muchísimo, del funcionamiento interno de la institución y de la realidad que se esconde tras los discursos.

Un par de años más tarde me ayudó notablemente con sus consejos y experiencia a organizar un encuentro benéfico entre la S.A.D. Compostela (entonces en primera) y una selección de universitarios, y cuando el entonces rector, Darío Villanueva, nos intentó robar la idea para que el dinero fuera a la universidad (vergüenza debiera darle, por cierto) gracias a la intervención de Caneda (presidente del Compos en aquel entonces) y de Don Luis se recondujo la cosa y la Asociación Española Contra el Cáncer recibió unos generosos ingresos.

No puedo evitar relacionar a Cordeiro con su amadísimo Foz, y con algunos vinos que tuve la fortuna de tomar con él en los bares de cerca del puerto.

Fue mucho en Lugo e hizo mucho por Lugo, pero jamás le escuché una sola palabra vanagloriándose de lo que había traído a nuestra ciudad y a nuestra provincia.

Un gigante al lado de los enanos que pueblan hoy día el elenco político nacional. Lo echamos de menos desde que nos dejó, pero esta calle, aunque llega muy tarde, llega correctamente. Pocas más merecidas que la calle Luis Cordeiro.

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