Decía siempre la señora Marple, el inolvidable personaje creado por Agatha Christie, que ella no era investigadora sino una mera observadora de la naturaleza humana. Habría que ver qué decía del monstruo de Moraña.
Hay días en que la mera aplicación de una pena de cárcel nos parece insuficiente. Hoy es uno de ellos, sobre todo porque sabes que cuando un hijo de puta como éste entra en prisión probablemente sea para estar unos años, quizás diez, quizás veinte… pero desde luego mucho menos de los que ha robado a dos niñas que ya me dirán ustedes qué culpa tenían. Lo de la presunción de inocencia lo llevo peor cuando lo han pillado con las manos en la masa y el muy cabrón encima lo anunció por carta a su exmujer.
Me consuela brevemente saber que será el primer acusado que tendrá el dudoso honor de estrenar la nueva “prisión permanente revisable”, esa cadena perpetua de segunda que se han inventado para soslayar el discutible precepto constitucional por el que algunos interpretan que no puede haber cadena perpetua “pata negra” en España. Que encierren a este desgraciado el resto de su vida quizás sea mejor castigo que pegarle un tiro, por mucho que es lo que el estómago nos pida a todos. Bueno, el estómago nos pide algo peor, soltarlo en la plaza del pueblo a merced de la turba horrorizada e indignada y ver qué le hacen.
Me revienta el morbo con que la prensa suele tratar estos asuntos, pero en este caso he de confesar que veo justificado que se nos informe de la magnitud de su crimen. La frialdad de ir el día previo a comprar una sierra radial preguntando si corta dedos, la maldad absoluta de escribir lo que iba a hacer y meterlo en una carta dirigida a su exmujer, la inhumanidad de coger a dos niñas pequeñas y decapitarlas con esa sierra… Esto merece un castigo que rivalice con los supuestos fuegos de un infierno al que este tipo debería ir pero en cuya existencia no creo.
¿La pena de muerte? Muy dulce para este tío, porque incluso los Estados que matan lo hacen con una cierta dosis de clemencia que este deshecho de humano no tuvo con sus hijas. La inyección letal, el ahorcamiento o incluso el fusilamiento tienen en común una cierta rapidez que es muy lejana al horror que tuvieron que sufrir estas dos pobres crías. ¿Quién puede hacer algo así por Dios? Como ya no quemamos gente en la hoguera (a veces dan ganas) lo suyo serían trabajos forzados o algo similar para este tipo de personas. Para siempre.
Ahora me gustaría saber qué opinan todos esos “buenistas” que decían que la prisión permanente revisable era una barbaridad y que todo el mundo se puede reformar. Lleven a este para su casa. Hay monstruos entre nosotros y negarlo solo facilita su labor. Ese tipo de actitudes me recuerdan a la postura oficial de la Unión Soviética, donde supuestamente no había asesinos en serie porque eso era un “mal occidental”, así que los que se dedicaban a violar y matar niños operaban con la impunidad que les daba la inexistencia de una investigación como Dios manda de este tipo de asuntos.
La democracia no es sinónimo de mano blanda. Se puede ser perfectamente liberal, creer en el Estado de Derecho, y aun así tener una fe firme en la capacidad del miedo a una vida entre rejas para siempre que puedas inculcar en estos despojos, o a robársela. Porque esa es otra: “el parricida intentó quitarse la vida”…. Y yo me lo creo. Suicidarse no es tan complicado, pero le tembló la mano para cortarse su propio cuello más que para hacerlo con dos niñas de 9 y 4 años. Hasta escribirlo me repugna, que tengo dos sobrinas de edades similares.
¿Matar al asesino? Quizás no sea bastante castigo.
Hay días en que la mera aplicación de una pena de cárcel nos parece insuficiente. Hoy es uno de ellos, sobre todo porque sabes que cuando un hijo de puta como éste entra en prisión probablemente sea para estar unos años, quizás diez, quizás veinte… pero desde luego mucho menos de los que ha robado a dos niñas que ya me dirán ustedes qué culpa tenían. Lo de la presunción de inocencia lo llevo peor cuando lo han pillado con las manos en la masa y el muy cabrón encima lo anunció por carta a su exmujer.
Me consuela brevemente saber que será el primer acusado que tendrá el dudoso honor de estrenar la nueva “prisión permanente revisable”, esa cadena perpetua de segunda que se han inventado para soslayar el discutible precepto constitucional por el que algunos interpretan que no puede haber cadena perpetua “pata negra” en España. Que encierren a este desgraciado el resto de su vida quizás sea mejor castigo que pegarle un tiro, por mucho que es lo que el estómago nos pida a todos. Bueno, el estómago nos pide algo peor, soltarlo en la plaza del pueblo a merced de la turba horrorizada e indignada y ver qué le hacen.
Me revienta el morbo con que la prensa suele tratar estos asuntos, pero en este caso he de confesar que veo justificado que se nos informe de la magnitud de su crimen. La frialdad de ir el día previo a comprar una sierra radial preguntando si corta dedos, la maldad absoluta de escribir lo que iba a hacer y meterlo en una carta dirigida a su exmujer, la inhumanidad de coger a dos niñas pequeñas y decapitarlas con esa sierra… Esto merece un castigo que rivalice con los supuestos fuegos de un infierno al que este tipo debería ir pero en cuya existencia no creo.
¿La pena de muerte? Muy dulce para este tío, porque incluso los Estados que matan lo hacen con una cierta dosis de clemencia que este deshecho de humano no tuvo con sus hijas. La inyección letal, el ahorcamiento o incluso el fusilamiento tienen en común una cierta rapidez que es muy lejana al horror que tuvieron que sufrir estas dos pobres crías. ¿Quién puede hacer algo así por Dios? Como ya no quemamos gente en la hoguera (a veces dan ganas) lo suyo serían trabajos forzados o algo similar para este tipo de personas. Para siempre.
Ahora me gustaría saber qué opinan todos esos “buenistas” que decían que la prisión permanente revisable era una barbaridad y que todo el mundo se puede reformar. Lleven a este para su casa. Hay monstruos entre nosotros y negarlo solo facilita su labor. Ese tipo de actitudes me recuerdan a la postura oficial de la Unión Soviética, donde supuestamente no había asesinos en serie porque eso era un “mal occidental”, así que los que se dedicaban a violar y matar niños operaban con la impunidad que les daba la inexistencia de una investigación como Dios manda de este tipo de asuntos.
La democracia no es sinónimo de mano blanda. Se puede ser perfectamente liberal, creer en el Estado de Derecho, y aun así tener una fe firme en la capacidad del miedo a una vida entre rejas para siempre que puedas inculcar en estos despojos, o a robársela. Porque esa es otra: “el parricida intentó quitarse la vida”…. Y yo me lo creo. Suicidarse no es tan complicado, pero le tembló la mano para cortarse su propio cuello más que para hacerlo con dos niñas de 9 y 4 años. Hasta escribirlo me repugna, que tengo dos sobrinas de edades similares.
¿Matar al asesino? Quizás no sea bastante castigo.
La venganza no soluciona lo ya ocurrido y la violencia engendra más violencia. Hay que confiar en la justicia. Estas afirmaciones publicadas son de la más pura ultraderecha. Al parecer, los estados norteamericanos donde está instaurada la pena de muerte, no hay delitos de sangre ni violaciones.
ResponderEliminarSi lee con atención, verá que no defiendo la pena de muerte para este señor.
EliminarEn las cárceles, penales etc. , hay una justicia carcelaria. Ellos se hacen jueces y ejecutores.
ResponderEliminarEse asesino, hijo de puta; será juzgado y........