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miércoles, 12 de agosto de 2015

Se ha lucido, señor ministro

Iba a hablar de perros, pero eso lo dejo para mañana porque se me va la actualidad de fecha, aunque supongo que del tema de la “recepción” que le hizo el Ministro del Interior a Rato tendremos cuerda para ídem. Perdonen el chiste fácil.

Mi pregunta más básica es… ¿en qué coño están pensando? Es decir, que tú eres el ministro del ramo que se encarga de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, la guardia civil, la policía nacional, los temas de terrorismo, seguridad ciudadana… ¿y no se te ocurre otra cosa que reunirte nada más y nada menos que con Rodrigo Rato en tu despacho? Ahí, en plan descarado, que no sea que alguien piense mal.

Se ha lucido, señor ministro. Foto de La Voz de Galicia
Nos cuentan, en su nota de prensa, que el carácter de la entrevista era “exclusivamente personal”. ¿Entonces qué pintaba en su despacho en horas de trabajo? ¿Era la pausa del café? ¿Hablando de que le han encontrado un juanete o que hace mucho que no va a Canarias de vacaciones? ¿De verdad pretenden que nos creamos tamaña estupidez? Y aunque la creyéramos, ¿no se dan cuenta de lo que están haciendo?

¿Que no hay influencia sobre la investigación porque depende de otro ministerio? Un tecnicismo que nadie se traga. ¿Que no se habló de su “situación procesal”? Pues qué amigos más raros, porque Rato hablará de eso hasta con el espejo.

Resulta que ahora que España parece que es la leche en lo económico, que creamos más empleo que Alemania y crecemos más que la Unión Europea junta, que los panes van a empezar a nacer de los árboles y que la herencia recibida se va olvidando, hacen esto. Meten la pata en una cosa tan obvia y dan cuerda a que se hable del tema que les va a costar las elecciones: la corrupción.

No hace falta ser licenciado en ciencias políticas para ver que el elector no vota con la cabeza sino con las tripas. La lógica influye poco porque para eso hay que informarse y esas cosas tan cansinas, así que la mayoría se fía de cómo le van las cosas a fin de mes y de las impresiones subjetivas que recibe. Ver al ministro del interior recibiendo en el despacho al presunto Rodrigo Rato no ayuda a generar confianza.

Les puede extrañar esto viniendo de quien defiende con uñas y dientes la presunción de inocencia, incluso la de Rato, pero es que ese no es el tema. Si eres ministro hay cosas que debes dejar de hacer por una pura cuestión de prudencia, porque no eres Perico de los Palotes. Jurídica, penal, legal y hasta puede que moralmente el tema puede no ser reprochable, quizás, solo quizás… pero políticamente es una metedura de pata de las que hacen época.

“Es un amigo al que recibo para hablar de sus cosillas” no me parece ningún tipo de excusa. Hay que saber dónde está cada uno, y el despacho del Ministro del Interior no es lugar para eso. ¿Habría sido peor en el reservado de un restaurante o en una gasolinera? Sí, pero eso no quiere decir que esto esté bien, ni mucho menos. También es peor matar a diez personas que a dos y eso no justifica lo último.

Si realmente son amigos la respuesta correcta es “Rodrigo, macho, ahora no puedo recibirte en el despacho, que estamos a tres meses de las elecciones y las cosas ya pintan bastante mal. No entiendas que te dejo tirado, pero la que se puede liar…”. Y si le añades un “sé fuerte” ya lo bordas.

Pero nada, que no. Mejor entregar la campaña al adversario y dejar que te despedacen con razón porque has sido un inocentón en el mejor de los casos. En el peor no lo pongo que me enchironan. 

Siempre me llama la atención cuando la gente dice “¿Pero no tienen asesores?”. Creo que para una cosa tan obvia el único asesor necesario es el sentido común, que aquí ha brillado por su ausencia.

Y luego nos quejamos de que Podemos gobierne Madrid y Barcelona.

1 comentario:

  1. ¿Recibiendo en su despacho al presunto Rodrigo Rato? ¿Que puede que no fuese él? ¿O es que ya presunto es sustantivo, no solo adjetivo? ��
    Un saludo.

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