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jueves, 22 de octubre de 2015

Hoy va de dineros públicos

Leo las valoraciones de los presupuestos. Nada fuera del guion: el PP cantando las excelencias de las grandes inversiones que se hacen en Lugo a pesar de las tradicionales carencias de la ciudad (no olviden San Fernando) y el PSOE condenando el “olvido” de la ciudad a pesar de la lluvia de millones que cae con la mayor inversión por habitante de Galicia.

Pero estas cifras siempre son engañosas. Hoy ya no te puedes fiar ni del BOE ni del DOG que eran las fuentes que tradicionalmente nos decían la realidad que los partidos intentaban esconder tras farragosas e intencionadamente confusas sopas de cifras. Pero desde que se dieron cuenta de que los compromisos consignados en los presupuestos no están escritos en piedra y que las transferencias de crédito son una herramienta maravillosa para hacer lo que te salga de las narices a medio ejercicio, los presupuestos son una vez más una declaración de intenciones.

Ni siquiera las jugosas subvenciones de la Unión Europea nos garantizan que las obras se vayan a realizar. En Lugo, sin irnos de nuestras murallas, el gobierno local por boca de su portavoz reconoce que tiene la “intención política” de completar los proyectos que se subvencionan desde Bruselas. Como ya somos algo desconfiados, que maticen esa “intención política” nos viene a decir que la realidad puede ser mucho menos atractiva y que probablemente algunas de esas actuaciones queden en nada.

La Voz de Galicia de hoy recoge el listado de proyectos y los costes, y llama la atención que el primero de ellos, en el apartado de “investigación” cuyo coste era de “solamente” 1.850.000 euros, sea el de “eliminación de antenas y cableado”. Las antenas no sé, pero cables en fachadas hay los mismos que hace veinte años, cuando fueron prohibidos por un PEPRI que se cumple solo cuando interesa sancionar a los particulares.

Las otras dos entradas de ese apartado son la “mejora de la calidad de los productos alimentarios autóctonos en la plaza”, de sorprendente redacción porque la calidad del producto nunca ha estado en tela de juicio sino la forma de presentarlos, que no ha variado demasiado a pesar de un lavado de cara de la Plaza que aún tiene lo más gordo por hacer, y la “creación de un espacio de sensibilización de nuevas tecnologías”, que me suena a algo muy de los noventa porque hoy día todo el mundo sabe lo que es el Whatsapp.
Los paneles que no funcionan. Foto: El Progreso

Puntos de información públicos, contenedores subterráneos, mejora del transporte público (aquí está la subvención de los paneles horarios que ya no funcionan, supongo), captación de inversiones hoteleras (ni la primera, que yo sepa)… todo adornado con 300.000 eurazos para “promoción del proyecto” (es decir, publicidad y anuncios) y 350.000 para “gestión”, que vienen a ser sueldos e “informes” encargados a las empresas de los colegas.

16 millones de euros en total. Se dice pronto. Un pastizal del que solo son visibles cuatro caralladas muy discutible como la rehabilitación de la antigua cárcel (proyecto maravilloso que se cargaron al decidir dejar el edificio que tapa lo más bonito y plantarle encima una cafetería que aumenta la altura), el callejón de Santo Domingo y, eso sí, muchas páginas web que costaron dinero a lo loco y que hoy no funcionan.

Lara Méndez me cae bien. Tiene pinta de ser una persona preocupada y trabajadora. Su problema es que ha recibido una herencia envenenada de la que encima no se puede quejar. Me imagino sus cabreos diarios al enterarse de cómo están las cosas y no poder salir a los periódicos a decir “oigan que eso es cosa de Orozco a mí no me metan”. Las esclavitudes de servir a unas siglas antes que a una ciudad, que le hacen decir cosas como que “compromiso cero con Lugo” en los presupuestos cuando las cifras son las que son. Hay que soltar esas “perlas”, pero creo que a veces es un poco ridículo caer en maximalismos que solo se creen los “hooligans”.

Bueno, hoy por comillas no será.

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