Firma de Rosa Díez en el libro de visitas de la Domus del Mitreo |
Ahora se enfrentan a la desaparición. Rosa Díez y otros líderes históricos y no tan históricos se han dado de baja y defienden la disolución como partido político, lo cual es chocante ya que ella fue quien lo fundó. Suena un poco a “sin mí no sois nada” pero dicho con cierta dosis de cariño, suponemos.
Conocí a Rosa Díez uno de los días que estuvo de campaña en Lugo de la mano de mi amiga Ana Argiz. Me pareció una persona enérgica y sincera, simpática y abierta, imagen que me casaba poco con la que transmite por televisión, donde parece más “coco”. Es dura, sí, pero eso no es malo porque en un mundo en que estás luchando por los ideales en los que crees a veces te enfrentas a enormes desafíos que no son molinos, sino auténticos gigantes.
Tampoco es que nos hiciéramos íntimos, pero estuvimos tomando unos vinos por el centro, concretamente en la terraza del Verruga, y la verdad es que hubo bastante fluidez en la conversación. Buena impresión, insisto.
Sin embargo, a pesar de esa simpatía que me despertó, no comprendo bien el movimiento que acaba de hacer. Si se quiere marchar me parece correcto, es una decisión personal, pero pedir públicamente la disolución de su partido no lo acabo de ver lógico.
UPyD presentando la denuncia contra Rato - Foto El País |
Sin embargo los españoles dieron la espalda a UPyD en las urnas y optaron por opciones más clásicas como PSOE o IU en la izquierda o por Ciudadanos por la derecha. Me cuesta creer que alguien de ese partido haya elegido la papeleta del PP y por eso lo dejo fuera de la ecuación, aunque hay mucho despistado por el mundo.
UPyD se enfrenta ahora a su desaparición o a su reconversión en una asociación. Quizás esto último pueda parecer un disparate pero no creo que sea tan absurdo si no tiene medios para mantenerse como partido político. Irse a “vivir” a la sociedad civil, y dar el coñazo desde allí a quienes tienen que dárselo, tal y como hacen Manos Limpias u otras organizaciones, no es nada indigno, nada malo. Por supuesto pierde un poco el “poder” que le otorga estar en las instituciones, pero total, para las que les quedan tampoco es que sea un gran sacrificio.
Personalmente lo siento por este partido con cuya ideología no me identifico pero en el que hay gente a la que quiero y que sé que hace las cosas por convicción. No se merecen este castigo y lo han tenido.
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