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viernes, 19 de agosto de 2016

Lo que nos faltaba, terroristas en los parlamentos

La radicalización no suele ser buena, salvo cuando te enfrentas a ciertas cosas. Por ejemplo, en su día la lucha contra los nazis en algunos países invadidos (Francia notablemente) no dejaba de ser una forma de terrorismo, dulcemente denominada “resistencia”, lo que le da un toque romántico y heroico que si les soy sincero comparto plenamente. Lo mismo con nuestros propios personajes locales durante la invasión napoleónica y demás ejemplos similares. Todo está en quién vence al final y, por lo tanto, escribe la histor

Incluso en ocasiones puntuales diría que es negativo no ser radical, por ejemplo en la defensa de la libertad o del cumplimiento de las sentencias judiciales. Esto hace algo malo a mi modo de ver no oponerse al desafío evidente, descarado y chulesco que Bildu en general y Arnaldo Otegui en particular han lanzado al Estado de Derecho y las instituciones democráticas de este país.

Que un señor condenado por los tribunales, siguiendo un proceso en que disfrutó de todas las garantías de ese “Estado opresor” contra el que dice luchar, tenga las narices (por ser educado) de pretender saltarse las normas para presidir el gobierno vasco, es para hacérselo mirar. Que lo consiga (presentarse, no ganar las elecciones por supuesto) ya sería de traca, por mucho que esta afirmación pueda escandalizar a esos que le llaman “hombre de paz” y “preso político”.

En este país donde se pierde el tiempo persiguiendo a personas que han fallecido hace décadas y cuyo mayor crimen fue desarrollar su profesión o su carrera bajo un régimen dictatorial (¡qué fácil es a veces hablar de toros desde la barrera!), parece que hay que tragarse que terroristas condenados (aquí no hablo solo de Otegui sino de algunos compañeros suyos de candidatura) vayan a las elecciones como si nada.

¿La próxima mesa del Parlamento Vasco?
Que se discuta si la inhabilitación judicial para cargo público es de aplicación o no en este caso es de chiste. Es decir, que estamos dando por sentado que estos señores no pueden opositar a ser funcionarios de la administración pública, pero dudamos si pueden entrar en el Parlamento para hacer normas que atan a todo un pueblo. Esto solo puede pasar en España.

Por otra parte tengo que reconocer mi sorpresa de la falta de valentía de algunos partidos que, usando la táctica de mirar para otro lado, no van a luchar contra esta barbaridad. Me sorprende concretamente del PSOE, que tiene el dudoso honor de ser uno de los grupos que más bajas sufrió a manos de estos cabrones. Transigir con esto es algo inconcebible cuando la sangre de tus propios colegas sigue manchando las manos de cierta gente.

Particularmente me choca viendo la determinación que demuestran contra Rajoy, cosa que me parece comprensible por mucho que nos conduzca inevitablemente a unas terceras elecciones. Que el PSOE aduzca problemas morales para permitir gobernar al PP incluso con su abstención, con todo lo que ha pasado es razonable e incluso acorde con su labor de oposición, pero comparativamente es una locura cuando ves que su inacción puede permitir que terroristas condenados entren en el Parlamento Vasco. Me gustaría que me lo explicaran, con gráficos si es posible porque no me veo capaz de entenderlo a la primera.

Y hasta aquí llego hoy, que me vienen a la cabeza cosas muy duras que no me apetece escribir.

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