Llevo dos días criticando duramente la adjudicación de las casetas y los calderos del pulpo, y explicando por qué no estoy de acuerdo con el sistema. He justificado, creo yo, por qué me parece una barrabasada que se consienta a una empresa ajena a la hostelería el monopolio de uno de los principales atractivos de nuestras fiestas, pero en contra de mi costumbre no he ofrecido un punto de vista de cómo creo que debiera organizarse el asunto para ser adecuado. Hoy pretendo corregir esto.
Muchas veces se dice que la orientación ideológica no influye en los asuntos municipales porque éstos son “prácticos” y no “teóricos”. Nada más lejos de la realidad, porque ser socialista, conservador, comunista o liberal interviene notablemente en cómo ves los temas. Por ejemplo en este caso.
Un liberal puro diría que se instalen los puestos de pulpo que cada uno quiera en cualquier sitio y sin pagar nada. Pero yo no soy un liberal puro, que me suena poco menos que a anarquía, sino una persona de tendencias liberales pero matizadas.
Mi parte liberal me dice que no es lógico que se limite el número de casetas a cuatro. ¿Por qué cuatro? ¿Por qué se cierra la competencia a cuatro únicos puestos en un tema tan tradicional y popular como el de la gastronomía de nuestras fiestas? No me vale la justificación del espacio en el bancal del parque, porque se podrían instalar las casetas en más sitios o directamente mover todo el chiringuito a una zona diferente.
Si yo fuera el Ayuntamiento abriría la participación a todos los que quieran montar casetas, pero exigiría una cierta pericia profesional. Es decir, que se acredite que se sabe distinguir un pulpo de un elefante, cosa que no ha pasado este año.
Hay más cosas que creo que deberían cambiarse. Las casetas están cada vez más tiempo instaladas, cosa que no me parece normal. No es lógico que en suelo público se tolere la instalación de restaurantes móviles durante más de un mes, haciendo una competencia tremenda al resto de locales (esto antes no lo podía decir porque me acusarían de barrer para casa pero ahora sí). No es normal que las barracas tengan que estar los estrictos días de la fiesta y las casetas estén hasta que El Corte Inglés empieza con los anuncios de turrón. En la feria de abril se montan medio millar de casetas y están seis o siete días.
Pulpería García. No los conozco de nada (la foto es de Internet) pero este tipo de casetas no me parece incompatible con nuestra tradición "pulpeira" |
Por otra parte, es una vergüenza que no den carta de precios cuando te sientas, y que te digan de palabra “tenemos jamón ibérico, lacón, carne ao caldeiro…” cosa que te tienta para pedir sin saber que luego te van a meter el sablazo del siglo. Este año las bases sí tienen algo muy positivo y es que exigen que se expongan los precios en cartelones. A ver si se cumple.
Es decir, que si yo organizara esto las bases serían diferentes: abrirían la puerta a todo aquel que, con respaldo profesional, quiera participar en las fiestas con su caseta. Dejaría libre competencia para que el público sea quien elige si quiere ir a la carpa con cuatro palos o a la caseta de arañas de cristal, y pagar los precios que cada uno establezca.
Hay grandes profesionales que van a múltiples ferias y que a Lugo no asoman porque no pueden permitirse montar una caseta como las que se ponen aquí. No defiendo eliminar las habituales para poner otras peores, sino que puedan convivir, estar los días de las fiestas y ofrecer variedad al público.
Es decir, imaginen un San Froilán con 9 casetas, o 15, o 30, las que se quieran montar, que estén los días de la fiesta únicamente y en que sepan antes de pedir cuánto les va a costar lo que van a comer. Imaginen que pueden pasear por el ferial y ver que en tal sitio tienen un menú de 30 euros y en otro uno de 15, que pueden optar y elegir, que tienen libertad para huir del monopolio, o del oligopolio que había hasta ahora, en nuestras fiestas patronales. ¿No les sonaría bien?
Creo que el negocio del pulpo ha ido degenerando de año en año. Mi recuerdo de niña y no tan niña, las casetas eran toldos y mesas corridas. Hace poco, se llegaron a tirar árboles del parque para construir pseudo restaurantes.
ResponderEliminarCreo que las tendencias políticas en los concursos publicos sigue existiendo.La fiesta del San Froilán está agonizando. Ya no tiene la esencia de antaño.