Defendella y no enmendalla

De la comparecencia de Carmen Basadre en el pleno de ayer se pueden decir muchas cosas, pero sin duda una de ellas es que era previsible. Nadie esperaba una disculpa ni mucho menos una explicación, sino únicamente lo que obtuvimos: una huída hacia adelante en que no reconoció nada, ni un error, ni un despiste, ni un pequeño fallo, ni, líbreme Dios, la ilegalidad que el interventor entiende que existe en el convenio, que no contrato, con la editorial MIC.

Basadre aseguró sin rubor alguno que ella hizo todo porque ya se hacía antes. Se ve que es muy conservadora en ciertos temas. En otros ya sabemos que le gusta provocar y romper moldes, llevando alegres músicas y obras de teatro a nuestro cementerio.

Carmen Basadre Foto: La Voz de Galicia

Es curioso que la señora Basadre se preocupara de cambiar las bases de las casetas del pulpo para adaptarlas a una supuesta ley de contratos que según ella impide pedir solvencia técnica (en realidad lo exige), pero que no se planteara si es legal conceder la explotación exclusiva de la revista oficial de las fiestas del San Froilán a una empresa sin tramitar expediente, concurso, ni anuncio de ningún tipo. Ninguna empresa de Lugo ha tenido oportunidad de participar en este asunto porque todo se hizo a escondidas. ¿Qué intereses se están defendiendo aquí?

Si a la concejala de Cultura le parece totalmente normal sentarse a puerta cerrada a firmar un convenio para que la editorial MIC se lleve en exclusiva los beneficios publicitarios de la revista oficial de las fiestas de nuestra ciudad, imaginen cómo se hacen las cosas en la concejalía que Basadre dirige.

En este caso hay un considerable lucro que se ha generado usando la imagen y el nombre del Ayuntamiento de Lugo y eso implica un procedimiento con luz y taquígrafos. No lo digo yo, lo dice la ley, y por mucho que la señora Basadre insista en que ella solo pasaba por allí casualmente, ha cometido una ilegalidad. Al menos debería pedir disculpas por habernos mentido reiteradamente, pero ni eso, ha preferido defendella y no enmendalla.

Este artículo se publicó en La Voz de Galicia del 28 de octubre de 2016