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lunes, 22 de mayo de 2017

Cuatro historias de autoeditores

La mesa en pleno en la noticia publicada por El Progreso

La autoedición se suele considerar una forma secundaria de sacar un libro a la luz, que se da cuando te lo rechazan las editoriales y no te queda más remedio que afrontar por libre el riesgo de pagar tú la imprenta y lanzarte al vacío. Sin embargo, el pasado sábado se demostró en la mesa redonda organizada por la Federación de Libreros en la Feria del Libro de Lugo, que esto no es así necesariamente.

Héctor Castiñeira
De los cinco ponentes que estábamos solamente uno se metió a la autoedición porque le habían rechazado en las editoriales, y, cosas de la vida, es el más exitoso de los cinco y al que luego esas mismas editoriales persiguieron para publicar sus libros. Se convirtió en un fenómeno de masas con su “Enfermera Saturada”. El lucense Héctor Castiñeira, una persona amable y cordial a la que no se le suben a la cabeza los 150.000 libros que lleva vendidos (¡mi madre!) es el ejemplo de lo que la mayoría aspira a hacer, aunque con excepciones.

Lo de Héctor además promete, porque si consiguió llegar a esas cifras con un tema tan particular como la enfermería, lo que no hará ahora con la maternidad y su nueva "mamá saturada". Les voy a confesar una cosa: su primer libro lo compré un poco por compromiso (y porque él me caía bien)... y me reí como un descosido. Me lo leí de una sentada, literalmente, y aunque algunas coñas no las pillé bien porque son un poco "técnicas" en general me lo pasé de miedo. Con lo siguientes ya iba con otro espíritu y eso es peligroso, porque creas expectativas... que no defraudó. El último, el de mamá saturada, es el mejor.

Dr. Neira Pampín - Foto: El Progreso
Una de esas excepciones de las que les hablaba antes sobre el concepto de éxito,  también estaba sentada a nuestro lado. El siempre interesante doctor Neira Pampín, un hombre renacentista del siglo XXI, va ya por su tercer libro, y la prueba de que no busca una notoriedad revolucionaria es que el primero de ellos lo imprimió para uso doméstico, para sí y sus amigos porque, como nos confesó, al ser un libro de poemas le produce pudor que lo lea gente que no le conoce. Esa especie de “desnudez” literaria también la sentía Rosalía de Castro, que se dice que en su lecho de muerte pidió que se quemaran los manuscritos que no había publicado. Ya ven. Afortunadamente nuestro convecino sí se animó a publicar "El Quijote de madera" y "El sabor amargo de la fruta madura", y este último confieso que no lo he leído pero que me han entrado unas ganas que ni les cuento.

Pero a lo que íbamos, que no siempre se pretende estar en el “top ten” ni esas cosas, aunque mentiríamos si no reconociéramos que todo escritor tiene un puntito de amor propio (como el resto de los mortales), si bien con escalas como todo en esta vida. Tampoco entienda nadie que el hecho de tener éxito significa que eres más narcisista que los demás, que no van por ahí los tiros.

Juan J. Prieto - Foto: La Región
Los otros dos compañeros de mesa, Juan Prieto, autor de “La primera Meiga” y Pablo Piñeiro, con “De tu corazón a mi libro” aportaron sus experiencias, radicalmente diferentes a las de los demás. El primero, publicista de profesión, se animó a publicar el libro y fue librería a librería “colocándolo”, que es una de las cuestiones más duras de la autoedición. Ahora Juan está lanzado a conquistar el resto de España en papel, porque en digital ya lo hizo más que bien superando a Matilde Asensi y a Julia Navarro en su campo, que es mucho decir.

La historia de la primera mujer condenada por brujería por la Santa Inquisición es un punto de partida fantástico que hace el libro muy atractivo. Además yo que llevo un montón de tiempo con una novela histórica rondando por la cabeza admiro profundamente el valor de quienes se atreven con ese tema, que es más que peliagudo por si se te mete un tomate en pleno siglo XII o algo así.

Pablo Piñeiro
Foto: Faro de Vigo
Pablo Piñeiro fue el único de los cinco que recurrió al “crowfunding”, que viene a ser una forma de Sociedad Anónima pero sin anonimato. Buscas que la gente haga aportaciones a cambio de las cuales te comprometes a diferentes recompensas, según su importe: un libro firmado, el libro y un audio de una de las historias en su caso… o incluso una cena con los autores. Como Pablo es modelo imagino que esto último habrá funcionado razonablemente bien, pero el proyecto lo vale por sí mismo porque la idea es tan buena como sencilla (ambas cosas suelen coincidir): escuchar historias de amor de personas reales y pasarlas a un libro.

En el libro de Pablo hay de todo, como en botica, y nos contó una de las que más le impactó y que fue de una prostituta que se enamoró de su jefe. No les digo más que les reviento el final, pero confiesen que algo ya les ha picado la curiosidad.

Cuatro apasionantes puntos de vista que tuve el honor de acompañar en esta Feria del Libro, y que nos dieron a todos diferentes perspectivas de cómo se puede llegar a un fin similar, aunque con diferentes resultados también. Un orgullo haber podido presentarlos y mi agradecimiento a los organizadores. Ha sido un placer.

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