El sistema democrático de gobierno y oposición a veces tiene momentos de brillo, como el que pudimos ver ayer en el pleno del Ayuntamiento de Lugo, donde los votos de Partido Popular, Ciudadanos y Alternativa Cidadá de Esquerdas bloquearon la votación de la ordenanza fiscal de ocupación de vía pública que iba camino de acabar en el juzgado y, probablemente, anulada por los tribunales como ocurrió con la de 2016.
Con el panorama actual, en que el gobierno ni siquiera está formado por el grupo más representativo, es fundamental que la oposición haga un buen trabajo, tomándoselo con más seriedad que en momentos de mayorías absolutas, donde su papel es puramente decorativo a efectos prácticos. Un voto en contra a día de hoy es relevante porque puede suponer, como en este caso, ahorrar un problema grave a la ciudad y poner freno a la torpeza del gobierno, cuya huida hacia adelante en este asunto no se puede justificar por la cabezonería de un concejal o incluso de un funcionario.
Es llamativa la falta de seriedad de la concejala de Economía, que aseguró que las tasas de Orense son más caras que las de Lugo sin fijarse en que la de la ciudad de las Burgas establece los precios para dos metros cuadrados de terraza, y por tanto para comparar hay que dividirla a la mitad, con lo que el casco histórico de Lugo sigue pagando las tasas más caras de Galicia. Con esos argumentos ya me dirán qué debate cabe esperar.
La ordenanza de 2017 en su actual redacción es inasumible y contradice principios legales evidentes. No se trata de impedir su entrada en vigor por capricho, sino por razones más que fundadas. Ahora confío en que se abrirá un proceso de negociación, con participación de los afectados, que podrá dar como fruto un texto razonable y lo que es más importante aún, legal.
Hay que felicitar a los tres partidos de la oposición (PP, Ciudadanos y ACE) que en esta ocasión han dado la cara por sus vecinos y se han opuesto a una forma de política que no es ni de lejos la más adecuada.
Artículo publicado en la Voz de Galicia del 28 de Julio de 2017
Lo más curioso del asunto es la reacción del gobierno local. Ha convertido el asunto en una historia de buenos y malos, en la que los buenos ciudadanos de los barrios han sucumbido ante los malvados constructores y hosteleros del centro, que han sido capaces de presionar al no menos malvado PP.
ResponderEliminarDa igual que lo que hubieran alegado tuviese o no la entidad suficiente como para darle una vuelta al asunto.
No, es un problema de legitimidad de origen. Los malos siempre son malos y punto.Da igual lo que propongan.
Estoy convencido de que si esa misma alegación hubiera sido suscrita por cualquier otra entidad o asociación, y creo que se me entiende bien, ya estaría montada una mesa informativa o artefacto similar para estudiar el asunto.
Qué pena. Así nos va.
¿Otra entidad como una Federación, por ejemplo? ;)
ResponderEliminarSiempre dije que era usted persona de amplias entendederas, Don Luis. Y para muestra, un botón.
ResponderEliminarAquí no se poner iconos pero entienda los de chat de toda la vida: :D :D ;)
EliminarBueno, es que en esa Federación están los reyes del mambo. Los "representantes" de los vecinos (???)...
ResponderEliminarBueno, es que en esa Federación están los reyes del mambo. Los "representantes" de los vecinos (???)...
ResponderEliminarPor qué no hablan para que todos entendamos lo que quieren decir? Ustedes lo tendrán muy claro, pero los demás no tenemos por que saber a que se refieren. Y nos interesa.
ResponderEliminar