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lunes, 14 de agosto de 2017

El 2% de la Plaza de Abastos

Plaza de abastos de Lugo - Foto: Ola Estudio

Cuando compré mi primera vivienda fue un piso muy viejo que reformé. Por cuestiones que no vienen al caso la vendí y compré la segunda, que es donde vivo ahora y también la reformé, y para ambas obras solicité subvención. La primera me la concedieron pero la segunda se me denegó porque, con cierta lógica, hay un margen temporal que impide que la misma persona pida en menos de 10 años una segunda subvención para el mismo fin.
Pero se ve que ese razonamiento se aplica, como tantos otros, de forma diferente si eres un particular que si se trata de la todopoderosa administración, porque de otra manera no se explica que el Ayuntamiento de Lugo haya pedido, y obtenido, una subvención de la Xunta de 14.000 euros para reformar el sótano de la Plaza de Abastos.

La Plaza de Abastos de Lugo sigue siendo el principal mercado
de la ciudad. Foto: La Voz de Galicia
No deja de ser peculiar que tras haber “invertido” casi un millón y medio de euros en poner la plaza de abastos al día el adecentar y arreglar un espacio bastante amplio (estamos hablando del toda la planta inferior del edificio de Santo Domingo) solamente cueste 28.000 euros, el 2% de lo gastado en el total. O lo uno fue muy caro o lo otro es muy barato.

Nadie duda de la importancia de la obra en sí misma, ya que el sótano de la plaza sigue siendo un lugar poco recomendable e incluso me atrevería a decir que de dudosa legalidad en un local en que se venden productos frescos y de alimentación, pero aquí no hablamos de si es necesaria esa actuación, que claro que lo es, sino de si los presupuestos son proporcionales y razonables, que claro que no lo son.

Las obras públicas siempre son muchísimo más caras que las privadas por razones que escapan a mi comprensión. La nueva legislación sobre contratos nos deja claro que a la hora de buscar un proveedor el precio ha de primar sobre otras consideraciones, pero se ve que los que hacen reformas a los particulares enloquecen cuando les piden un presupuesto público y así nos luce el pelo, con acciones multimillonarias de difícil entendimiento. La que hablamos es solamente un pequeño ejemplo.

Es una buena noticia que tras casi dos años de plaza reformada por fin se vaya a acometer la última parte que hacía falta, de forma imperiosa. “Sen tempo non foi” como se suele decir, y esperemos que la finalización esté a la altura del resto de la obra... Pero permitan que tenga serias dudas sobre la gestión presupuestaria para que ahora haya que gastar más dinero en ese "dos per cent".

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