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lunes, 4 de septiembre de 2017

Vaya, vaya, ¡seguimos sin playa!

Playa fluvial en Cacabelos. No parece tan complicado hacer algo así en Lugo... ¿o sí lo es?
 Con la finalización del periodo vacacional para el común de los mortales podemos dar por acabada la esperanza de tener, aunque fuera en los coletazos finales del verano, una playa fluvial pública en Lugo.

Este tema, que según nuestra alcaldesa era una cuestión que estaba en su “hoja de ruta” ya en el 2015, es una de las cuestiones que denotan la parálisis administrativa y política de nuestro Lugo, que parece que espera con ansia las elecciones de 2019 para ver si así se van cristalizando algunas de las viejas, viejísimas, demandas ciudadanas.

Supongo que no será una cuestión de dinero, porque gastar se gasta a manos llenas y se podía haber incluido algo entre las propuestas llevadas al pleno extraordinario de agosto. Si se metían como “urgentes” cosas que llevan 20 años muertas de risa (sobre eso tendremos que hablar un día) extraña que no estuviera la dotación necesaria para que los vecinos de Lugo tengamos una zona pública de baño que no nos exija el pago de una mensualidad, como ocurre ahora con el Fluvial. Se ve que no hay prisa.

Hace más de un año, en junio de 2016, la alcaldesa decía que la zona de baño se haría “más pronto que tarde”. Habría que ver qué se considera “pronto” y “tarde” a su buen entender, porque desde aquel momento no tuvimos más noticias que las generadas por el BNG, que logró metiendo un escrito en la Confederación lo que el Ayuntamiento no se molestó en hacer: un permiso para poner un acceso al río. Parece que tan complicado no era, si se tiene voluntad que es lo que parece faltar aquí.

La fábrica de la luz cerrada a cal y canto
Foto: La Voz de Galicia
Se otorgó por cuatro perras (445 euros mensuales, tras una inversión pública de más de 1,7 millones de euros) la concesión de la antigua Fábrica de la Luz a una empresa que la mantiene vallada, cerrada, arruinada y vedada al público. En una ciudad mínimamente normal se habría aprovechado ese edificio y su entorno para hacer una alternativa pública al Fluvial, aprovechando los amplios aparcamientos del entorno y haciendo de la Fábrica una referencia ciudadana, con cafetería, museo e instalaciones de ocio, pero eso es mucho pedir, sería usar el sentido común que tan ajeno es a nuestra Corporación.

La última jugada es dejar la playa en manos del DUSI, uno de esos proyectos faraónicos con los que se consiguen millones de la Unión Europea o de sabe Dios dónde, sin que se traduzca en grandes avances para la ciudad. También el URBAN iba a ser la repera y Lugo sigue siendo más o menos lo que era antes de esa anunciada lluvia de millones, que quedó en arreglar un par de edificios y poco más.

La ciudad no se hace a golpe de talonario externo, sino día a día. Hay que tener claro a dónde se va y qué se quiere hacer, pero aquí las únicas intentonas para crear una visión de conjunto son también campañas políticas, como el malogrado “Plan estratégico”, que se hizo para una campaña electoral y que duerme el sueño de los justos cogiendo polvo en algún cajón, previo pago, eso sí, de una generosa cifra a la empresa que lo realizó.

Una de las alternativas que se daban y de la que no se supo más
Foto: La Voz de Galicia
Lugo necesita ambición de mejorar, y no necesariamente creciendo o expandiendo su zona urbana, porque “mejorar” y “crecer” no tienen que ser sinónimos necesariamente.

Podría escribir que “confiemos en que en este año escaso que falta para el inicio del próximo verano se den los pasos para crear la zona pública de baño”, pero francamente lo dudo. Quizá para el 2019 que tocan elecciones se haga “algo”, pero en formato papelote y presentación ante la prensa, para que parezca que nos movemos quedándonos exactamente en el mismo sitio.

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