La Federación muerde la mano que le alimenta

Una de las pancartas retiradas, en la avenida de Madrid. Foto: La Voz de Galicia

La retirada de las pancartas colocadas por la plataforma “non perdas o tren”, cuya principal entidad impulsora es la Federación de Vecinos es significativa. Se produce a los pocos días de haberse publicado una carta en la que el portavoz de esta Federación apoyaba a la Xunta de Galicia y su labor en la extinción de la ola de incendios provocados en nuestra tierra, lo que obviamente no gustó nada a las instituciones gobernadas por el partido socialista, tradicional sustento político y económico de las acciones de la entidad vecinal.

Pancarta puesta en el balcón municipal. Foto: Cadena SER

Es curioso ver cómo se retiran las famosas pancartas, para las que se asegura que se había pedido permiso (aunque no se llegó a conceder, supongo que por la tradicional lentitud de la burocracia pública), cuando en otras ocasiones las mismas lonas colgaban de los balcones de la Diputación o el Ayuntamiento. De hecho el propio Ayuntamiento de Lugo hizo campaña por esta causa en su página web, y pueden ver todavía colgada la noticia del día 9 de junio de 2016, claro que de aquella estábamos a tres meses de las elecciones autonómicas y tocaba hacer campaña.

Estamos acostumbrados, lamentablemente, a que las instituciones no sea institucionales (valga la expresión), sino meras extensiones de sus partidos. Las ruedas de prensa de los gobernantes ya no tienen ni el más mínimo atisbo de neutralidad, y son indistinguibles de las notas enviadas por las organizaciones políticas. Incluso en algunos casos, como el de Lugo, los colores, logotipos y estéticas son similares, ahondando en esa confusión interesada entre siglas privadas e instituciones públicas.

Las autoridades de Ayuntamiento y Diputación apoyando
la campaña cuyos carteles ahora retiran.
Foto: www.lugo.gal

La Federación ha sabido jugar bien con la enemistad política, nutriéndose de generosas subvenciones por parte de entidades locales y usando, según se rumorea (que esto no sé si pertenece al imaginario colectivo o es cierto), talleres e imprentas públicos para elaborar el material de sus protestas. Pero eso fue antes de que su carta en apoyo de la Xunta los convirtiera en un cabo suelto, algo que hay que atar de cara a las municipales de 2019.

Tal vez por eso el ayuntamiento, tan parsimonioso a la hora de cumplir las normas en temas como el Garañón, la fábrica de la luz o la protección de los lucenses y su patrimonio haya estado tan sumamente diligente para retirar las dichosas pancartas. Es lo que tiene confiar en los partidos, que cuando haces algo que no les interesa se te revuelven.

Supongo que en breve habrá algún tipo de comunicado de la Federación desautorizando a su portavoz, diciendo que iba por libre y que la entidad en su conjunto no está de acuerdo con lo publicado, porque aquí no se trata de si tiene o no razón o de si refleja la realidad. Se trata de no morder la mano que te alimenta y de volver a la “legalidad política” con los padrinos.

Y todo por las malditas subvenciones.