Cena de asociaciones de 2017 captada por Jesús Burgo, el notario gráfico del Arde Lucus |
El sábado por la noche tuvo lugar una nueva edición de la cena de asociaciones del Arde Lucus, una cita que desde hace unos años (creo que cuatro con éste si no me equivoco) se celebra fuera de la fiesta histórica para reunir a sus artífices, las entidades que la hacen posible.
La cena en sí es lo de menos, porque lo importante es verse las caras. Personalmente yo no insistiría en que la gente vaya con sus trajes de época por varios motivos. El primero de todos es que sería como obligar a que en una cena de deportistas la gente acudiera en chándal, una tontería, y además hay cuestiones prácticas como que en noviembre hace frío como para ir con trapitos pensados para junio o que es fácil manchar la toga en una cena donde te apetece estar más pendiente de divertirte que de no pringarte. Sin embargo todo esto es una cuestión accesoria.
Lo importante realmente es estrechar lazos entre las asociaciones participantes, aunque queda raro que lo diga yo precisamente que nunca he podido ir a la cena de marras por diversas causas, este año por ejemplo porque estaba en el cumpleaños de mi sobrina Lola en El Escorial (a que suena pijo, como la boda de la hija de Aznar… pero nada que ver por suerte para todos).
En esta edición las asociaciones hicieron un más que merecido reconocimiento a la labor de Jesús Burgo, el fotógrafo del Arde Lucus. El trabajo de Burgo es mucho más importante de lo que pudieran pensar, porque si los diversos reconocimientos que la fiesta ha tenido, como por ejemplo su elevación a los altares del “interés turístico”, tienen una buena base son precisamente las imágenes que se envían de los eventos a los lugares donde se deciden estas cosas. De nada sirve, a efectos de este tema, tener una gran fiesta si no consigues plasmar su estética, su importancia, la participación y el ambiente en el informe que envías con la solicitud. Aquí es donde Jesús Burgo usa su cámara, dando el punto de vista objetivo, nunca mejor dicho. Sabes que un año te ha salido bien la actuación del Arde Lucus si en las fotos de Jesús te ves bien, cosa que tampoco es excesivamente complicada por la pericia del artista de la cámara.
San Vicente también ha sido objeto de su atención |
Pero además de todo esto, como si fuera poco lo dicho hasta ahora, hay un punto importante con el que Jesús Burgo se ha ganado no solo la admiración profesional, sino el cariño personal de la gran familia del Arde Lucus. Es un tipo simpático, sencillo, sin dobleces, que está pendiente de todos y de todo, que se preocupa por intentar captar cada detalle sin personalismos ni pretende deslizar más mensaje en sus fotos que el de la realidad. No lo hace solo con el Arde Lucus, sino con muchísimas cosas de nuestra ciudad, y tanto le vale un árbol navideño como un evento deportivo para tirar de foto y dejar reflejado para siempre un instante perecedero.
Jesús Burgo entra por su propio pie en el elenco de registradores de la realidad del que son precedentes Juan José Vega o Delgado Guissasola. En este momento en que todos tenemos móviles con cámaras que harían palidecer de envidia a las que usábamos hace unos pocos años hay un plaga de imágenes… de más que discutible calidad. Sobresalir entre ese océano de vulgaridad es tarea difícil, y más hacerlo con esa actitud de participación y colaboración.
Creo que estos son los principales motivos por los que las asociaciones del Arde Lucus han querido hacer un sencillo pero cariñoso y sincero homenaje a su notario de la imagen.
Felicidades, Jesús, no podemos agradecerte bastante tu labor, pero que sepas que se valora.
Se podrían hacer con facilidad postales de Navidad con fotos de Jesús Burgo |
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