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jueves, 14 de diciembre de 2017

La exposición sobre Muralla Limpia se retira el sábado. No se la pierdan

Una de las exposiciones más interesantes que he visto en Lugo. Solo está hasta el sábado.

Ramón Falcón, el artífice
Una de las actuaciones culturales y arqueológicas más relevantes de Lugo fue sin duda la operación “Muralla limpia”, encabezada por el nunca lo bastante reconocido Ramón Falcón. Consistió, como todos sabrán, en la demolición de los edificios adosados a nuestro principal monumento, liberándolo de las casas que lo escondían. Hoy, probablemente, no sería posible llevar a cabo tamaña proeza, o al menos eso parece cuando vemos que nuestras administraciones son totalmente incapaces de eliminar los cuatro tapones que faltan para completar la ronda interior.

En la Xunta han preparado una exposición que se puede ver desde el pasado día 2, y en que por primera vez salen a la luz fotos inéditas de los expedientes administrativos de aquel hito en la historia estética de Lugo. Solo estará hasta el sábado, así que les recomiendo vivamente que se acerquen a echar un vistazo antes de que la retiren.

Las fotografías nos dan una idea muy real de lo que era ese Lugo de los años 70, con sus hermosas casas de bajo y dos plantas, tres como mucho, a lo largo de toda la Ronda. Un lineal entero fue derribado, el que estaba adosado a la Muralla, pero lamentablemente el otro ha sufrido desde aquella terribles actuaciones que convierten la que debería ser la avenida más cuidada de Lugo en el estropicio urbanístico que sufrimos.

Edificios altos, demasiado altos de hecho, con un gusto más que discutible, conviviendo con los hermosos restos de un pasado que se resiste a desaparecer completamente y que nos recuerda que no todos los avances son para mejor. No cabe en cabeza humana que las sucesivas ordenanzas urbanísticas permitieran que los edificios superen en altura a la propia Muralla, o que se construyan aberraciones como alguna mole que parece una pesadilla que mezcla la Inglaterra decimonónica con el barroco más hortera.

Pero es lo que hay. Echar la vista atrás nos recuerda que hemos avanzado en muchas cosas y perdido otras por el camino. El derribo de las casas adosadas a la Muralla fue un gran acierto. Y hasta ahí.

Doble hilera de casas adosadas a la Muralla. Curioso.
Permítanme un consejo. Si aún disfrutan de sus abuelos, o de personas mayores en casa, invítenlos a ir a la exposición y que les cuenten lo que recuerden de esas casas. De hecho no hace falta que sean tan mayores, porque esto es de mediados y finales de los setenta, así que quien ande por los sesenta años ya recordará perfectamente todo aquel tinglado.

Recuerden, solo tienen hoy, mañana y pasado (el sábado solamente de mañana) para acercarse al edificio de la Xunta y ver la exposición. Por cierto, no deja de ser un sarcasmo que la propia sede autonómica haya sido otra de las actuaciones más que discutibles, porque se derribó un convento bastante más hermoso que el mamotreto de hormigón que hay hoy día, pero como lo de viajar al pasado está complicado… disfrutemos al menos de las fotos.

Si esto fuera una ciudad normal, estas fotos estarían expuestas permanentemente en el supuesto Museo de Historia de Lugo, el MIHL, pero ya sabemos cómo funcionan aquí las cosas. La guerrita entre partidos evita que el sentido común impere.

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