Las PDA de la policía local que nunca se llegaron a usar salvo para su presentación a la prensa. Foto: La Voz de Galicia |
Decía Don Hilarión en La Verbena de la Paloma que “hoy las ciencias adelanta que es una barbaridad”, y si esa frase tenía lógica en la época en que se ambientaba esa zarzuela, no les digo nada en nuestros tiempos, donde un teléfono de cuatro años es casi una pieza de museo y los dispositivos que llevamos en el bolsillo superan con mucho, literalmente hablando, al ordenador que envió a un hombre a la luna.
Y en esta orgía de adelantos tecnológicos nos encontramos con que la policía local de Lugo sigue usando papel y boli para todo, incluso para algo que teóricamente sale tan rentable al ayuntamiento como es sancionar a los conductores que se saltan las normas. ¿Por una falta de inversión en chismes electrónicos? No, que va, es más triste aún, porque no se usan y están cogiendo polvo en un cajón.
Denuncia el popular Enrique Rozas que en el año 2009 se sacó a concurso la adquisición de 25 PDAs para gestión de sanciones. El concurso lo ganó Tribuges, que casualmente es la empresa que gestiona el cobro de multas, y que por los 18.000 euros que se ofrecían (eso me suena a contrato menor, pero no lo podría asegurar) no solo facilitaron 25 sino 50 unidades de un aparatejo que se parece a aquellos móvils HTC que eran una maravilla de su época. Ahora ya no.
Pero quiere el destino cruel que esas máquinas nunca se llegasen a usar, a pesar de que se impartió a los agentes un curso de formación (otra de las minas económicas de este país). Siguieron durante estos nueve largos años utilizando papel y taco de multas, con esa adhesión al papel que tenemos muchas veces los funcionarios mientras la actividad privada se ha digitalizado enormemente durante estos años con la agilidad que le caracteriza.
¿Aprendieron nuestros próceres la lección? ¡No por Dios, no vaya a ser! Se gastan otros 190.000 euros en comprar 150 chismes para comunicaciones internas que supuestamente iban a permitir, según el Ayuntamiento, “mejorar las condiciones de trabajo de los agentes y la seguridad del municipio”… y no funcionan bien tal y como denunció también Quique Rozas. De hecho los policías locales usan sus teléfonos móviles porque los cacharros que les compraron distorsionan tanto las voces que no se les entiende cuando hablan. Una maravilla tecnológica, vamos.
En Lugo se confunde habitualmente el despilfarro con la inversión. Se considera que con gastar dinero en cosas importantes para que "parezca que..." llega, cuando lo realmente relevante es que ese dinero cumpla una función y que lo adquirido funcione. Lo demás no solamente es un malgasto, es un uso inadecuado de fondos públicos que, hasta donde yo sé, es punible.
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