Ya sé que estos días llueve, y en abundancia además sobre todo si tenemos en cuenta que estamos a 8 de junio. Sin embargo, la generosidad de agua no quiere decir que nos podamos despistar con su despilfarro por dos motivos fundamentales, el primero es que el uso hace costumbre y si hacemos una práctica habitual el malgasto de agua en los tiempos de bonanza nos costará más no hacerlo cuando vengan las bajadas de pantanos. El segundo es que el agua de la traída no sale gratis ya que está bombeada, tratada y distribuida por un carísimo sistema que nos cuesta una buena parte de nuestros impuestos.
Precisamente por todo esto sigo sin comprender que los grifos de las fuentes públicas de agua potable, que son precisamente las que distribuyen ese agua de la traída, sigan manteniendo unos grifos inadecuados, porque no se cierran solos. Lo hacían en origen pero el tiempo pasa y los materiales se deterioran o dejan de cumplir adecuadamente su función, y si no se revisan o se cambian pasa lo que pasa.
Hay uno que me pone particularmente de los nervios porque paso por ahí todos los días y aproximadamente una de cada tres o cuatro veces que lo miro está soltando agua como si no hubiera un mañana. Es el de la fuente que está frente al cuartel de San Fernando, una zona de mucho paso y una fuente peculiar. Pues ahí, como les digo, no me quiero imaginar la de litros que se tiran porque cuando alguien aprieta el botón del agua, a menos que lo vuelva a retraer conscientemente sigue manando sin freno.
Supongo que los grifos que se ponen en zonas públicas no son precisamente baratos, porque tendrán que ser duraderos y esas cosas, pero me parece que se amortizan en nada si tenemos en cuenta el ahorro que suponen de consumo de agua.
Ya sé que les puede parecer un tema muy menor, pero también les digo que no es el único grifo de la ciudad que está en la misma situación. En el canil de las Estantigas pasaba lo mismo y tras varios avisos los sustituyeron. Por un horroroso, cromado, que si lo ponen en la fuente de San Fernando tendrían otro artículo criticando el mal gusto, pero que al menos funciona adecuadamente.
No sé, anda que no hay diseños de fuentes hermosas y de griferías con personalidad para tener que apañar con uno que no cierra u otro que es como un puñetazo en un ojo. Por cierto, último apunte, no estaría mal que si lo sustituyen le den un repasito a la limpieza de la fuente y a la chapuza del entronque con la tubería, porque en una construcción de piedra noble meter ese hormigón visto… como que no queda bonito.
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